Destinados - Sujin

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Seokjin ha mantenido la atención en cada acto realizado por el pálido desde la última conversación en la que pudo interactuar con un Yoongi mucho más centrado sin ningún tipo de broma de por medio. A raíz de esa breve conversación también le habían surgido muchas dudas y una de ella era el tema que tanto parecía acomplejar a Min Yoongi.

Cada tarde salía del departamento sin previo aviso, no informaba a dónde se dirigía a pesar de la continua insistencia de Kenta por acompañarlo. Esta rutina se repitió días tras día, a la misma hora, el mismo rechazo a ser acompañado y la misma actitud desanimada con la que volvía tras su salida.

Seokjin sólo se limitaba a observar intentando aparentar que sus pensamientos no estaban pendientes en el extraño actuar del pálido lo cual era un perfecta actuación ya que cada noche se preguntaba lo mucho que ocultaba Min Yoongi tras su carácter bromista.

— De verdad no lo entiendo, creo que intenta ocultar algún tipo de preocupación o sufrimiento tras esa actitud bromista y desvergonzada — Habló el rubio tras el teléfono contándole a su mejor amigo parte de las inquietudes que tenía — Estos últimos días ha estado mucho más desanimado, si bien no ha dejado de molestarme con sus bromas hay momentos en que su mirada está perdida en el espacio como si sus pensamientos lo estuvieran aniquilando.

— Siempre he creído que tras una persona bromista se esconde alguien el cual no lo está pasando del todo bien. Creo que deberías acercarte a el para generar un lazo de confianza, quizás sólo necesita alguien con quien desahogarse. Uno nunca sabe como realmente se sienten las personas, muchas veces vemos a gente aparentemente feliz pero desconocemos que en su interior están batallando con su propio infierno.

El rubio siempre seguía los consejos que su mejor amigo le brindaba, Ken fue el que le advirtió sobre su incipiente relación con Jungkook y si hubiera seguido sus consejos nada malo hubiera ocurrido con sus sentimientos.

Las palabras sabias de su amigo le hicieron crear una cuota de comprensión sobre las conductas de Yoongi, quizás el chico sí estaba pasando por un mal momento, quizás sólo quería olvidar su pesar y por ello lo molestaba continuamente, quizás debería tener un poco de empatía desde ahora en adelante.

— No ha regresado aún? — Preguntó apenas salió de su habitación.

— No, lo he llamado a su celular pero cada vez que lo intento me indica que la línea está ocupada — Respondió con preocupación Kenta que se encontraba sobre el sofá de la sala y la televisión encendida.

— Es normal que tenga esa actitud desanimada que ha mantenido estos días? ¿Crees que le pasa algo grave?

— Yoongi siempre ha sido alguien bastante reservado en cuanto sus sentimientos. Cuando lo conocí en Corea él siempre se mostró alegre y despreocupado, disfrutaba hacer cada una de sus clases porque ama con todo su ser su profesión. Cuando me dijo que vendría a visitarme me puse muy feliz pensando que me encontraría nuevamente con aquel chico misterioso pero alegre que conocí meses atrás pero cada vez que lo veo regresar de sus salidas aquella imagen alegre va desapareciendo de mis recuerdos.

— Disculpa que sea entrometido y te digo desde ya que estas en todo tu derecho a no responder mi pregunta pero ¿Cómo fue que ustedes se conocieron?¿Existió algún tipo de relación amorosa entre ustedes?

— Eso es lo más chistoso que he escuchado este último tiempo — Carcajeó Kenta debido a las suposiciones de Seokjin — Ni siquiera sé con claridad la orientación sexual de Yoongi, como te dije él es muy reservado con sus sentimientos. Yo lo conocí porque asistí a un taller que el dictó en Corea fue en ese contexto en el que nos hicimos cercanos ya que ambos compartimos el gusto por la fotografía y Yoongi es un gran referente para mi.