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Fueron dos meses los que el bebé Min había estado hospitalizado, dos meses en los que Yoongi se dividió entre las visitas al hospital, su trabajo y Seokjin. No quería que Seokjin se sintiera desplazado y olvidado por lo que cada vez que tenía algo de tiempo disponible no dudaba en correr hasta su departamento y abrazarlo para calmar un poco su agitada vida, Seokjin era la única persona que le podía brindar la tranquilidad que tanto ansiaba.

Durante estos meses había tenido que lidiar con la depresión post parto de Jennie la que prácticamente no podía ver a su hijo por lo que Yoongi con ayuda de Rosé habían tomado la responsabilidad de cuidarlo mientras estaba en el hospital. Jennie luego de asistir a unas cuantas sesiones con el psicólogo había desaparecido y no había rastro de ella. Su teléfono estaba apagado y sus redes sociales habían sido eliminadas, todo indicaba que había decidido huir para siempre dejando abandonado a su hijo en la fría sala de hospital.  

Nuevamente un peso que no le correspondía caía sobre los hombros de Yoongi que sea veía repentinamente tomando una responsabilidad para la que no estaba preparado. Ahora el bebé estaba en su casa y no tenía otra opción que cuidarlo ya que para todos el era el padre por lo cual era su responsabilidad hacerse cargo de la situación.

— Lamento no poder ayudarte con el bebé hoy — Dijo apenada Rosé mientras veía la aflicción en la mirada del pálido — Debo asistir a una presentación en el colegio de Soobin y Yeonjun. 

— No te preocupes estaré bien, además no puedes dejar de lado tu rol de madre más aún cuando Hoseok está fuera de la ciudad, los niños te necesitan.

— Prometo pasar por acá cuando me desocupe, traeré a los niños para que visiten a su primo.

Yoongi asintió y se despidió de la mujer. Cerró la puerta y fue hasta la habitación del pequeño bebé, lo miró dormir plácidamente ajeno a todo el asunto de su madre escapando de sus responsabilidades dejándolo solo y sin afecto.

— Pequeño Agust tu tía Rosé no podrá cuidar de ti esta vez por lo que tendré que pasar la tarde cuidándote.

Moría por ver a Seokjin, habían planificado una visita al cine con antelación la cual ahora debía postergar por los últimos hechos. Tomó su teléfono y presionó llamar, mientras esperaba que Seokjin contestara su corazón latía a mil por hora, no sabía cómo decirle que su plan ya no iba y que no podrían verse. 

Conocía a Seokjin y sabía que le diría que no se preocupara que todo estaba bien pero también tenía claro que aquello le hacía daño y lo que menos quería era dañarlo una vez más, menos ahora que las cosas iban tomando el camino correcto entre ellos.

— Yoongi ¿Ya vienes? — Preguntó ansioso.

— Jinnie lamento decirte que no podré ir contigo al cine, surgió algo y no puedo moverme de casa. Discúlpame prometo recompensarte.

— ¿Qué ha sucedido? Cuéntame, tú voz se escucha afligida, sabes que puedo escucharte cuando necesitas hablar con alguien.

— Juro que moría por verte pero debo cuidar al bebé, Rosé debe asistir al colegio de mis sobrinos por lo cual yo debo cuidar del bebé. Discúlpame por favor, sé que estabas ilusionado con ver esa película y yo te he fallado otra vez.

— No debes disculparte, sé que desde la huida de tu esposa has tenido que lidiar con muchas cosas y hacerte cargo de tu hijo. Entiendo que hoy nos podamos ver pero te puedo decir que tengo experiencia cuidando bebés por si quieres que me pase por tu casa y te ayude. 

Escuchar aquellas palabras era lo que Yoongi necesitaba para que su cuerpo se reactivara, jamás pensó que Jin estuviera dispuesto a ayudarlo a cuidar del bebé y mucho menos que la idea naciera de él.

Destinados - SujinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora