ONCE 3/3

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-¡Vaya Arami! Todos dicen que tengo una hija inteligente, que piensa antes de hacer las cosas, que no se deja llevar por los sentimientos, pero sólo mirate darías vergüenza —eso la quebró, había tenido unos de mis mejores días, pero sólo bino a casa  y su padre le daba está bienvenida, estaba consiente de lo que había hecho no habizo que iba a llegar tarde, que no dijo con quien iba pero tampoco la podían tratarla así, su pulso se aceleró, apretó sus manos en un puño, sus dedos se volvían blancos por lo fuerte que estaba apretando, ibas a hablar a decirle unas cuantas cosas, pero alguien te quito la palabra de la boca

-Rafael, perdon por entrometerme, pero creo que tampoco tienes que tratar así a Arami, no has dejado que te diga de dónde lo conoce, quien es, dejala hablar, y será  mejor nos vayamos 

-No liz, no tienen porque irse, ustedes también están metidos en esto son como familia y como Arami tubo la idea de desaparecer y que llamáramos a todos entonces quedense, insisto—quien le daba derecho de opinar o mandar, quien se creía, todos se sentaron en los sofás, tení la mirada hacia abajo, no queri ver a Dereck, pues las cosas con el no había terminado bien, y Jeck no quieras verlo, estaría decepcionado de ella, pero tuviste que levantar la mirada, y lo viste a los ojos y lo que viste fue  preocupación, tristeza, pero no decepción y eso de algún modo la alivio

-Arami, es tu turno de hablar—trago saliba, ella ya se creía la dueña, o la jefa de la casa y aún no se casaban, sólo penso en lo que le esperaba cuando ella vuviera ahí

-Antes, quiero pedir perdón, a todos los que involucre en esto, por preocuparlos

-Arami, será mejor que vallas al grano—solo que cambiaste un poco la historia, pues no ibas a decir que lo conociste afuera de un restaurante, que lo escuchaste tocar la guitarra, y que no estudiaba o eso pensaba, que tal vez estas enamorada, no ibas a decir eso, si no que lo que salió de tu boca fue..

-Lo conocí en el bus, estábamos haciendo fila, y, y se me calleron algunas cosas él me ayudó, y comenzamos a hablar, lo veía todos l..

-Arami, ¿te vienes en bus?—ahora que, tal vez ya te había cachado en la mentira, tenías que hablar ya, si no sospecharían

-A veces, bueno, eh cuando me iba en bus, lo veía, cuando solo pasaba por ahí tambien, luego me acompañaba a unas cuadras, nos se parábamos en unas cuatro cuadras de aquí, y lo dejé de ver por unas semanas hasta el sábado de la semana pasada, y que damos en vernos, ayer—vio a Dereck, cierto,  a él lo vio ayer y le dijo que sólo estaba caminando, cuando lo vio a los ojos, algo le estaban diciendo, tenía que decir algo más si no él sospecharía, que le mintió—perdón no, quedamos en  vernos hoy, hoy

-Y que se estuvieron haciendo desde la mañana

-me llevo a las afueras de la cuidad, a un campo, algo así

-Arami—dirigio su mirada a su papá—estas castigada—si ya se había tardado—y quiero conocerlo —¿que había dicho?, te ahogaste con tu propia saliva, tosiste, no no era posible

-c-creo que no se va a poder, ¿porque lo q-quieres co-conocer?—tu nerviosismo se notaba por los aires  

-Porque es tu amigo, y quiero conocer a todos los amigos de mis hijos—dijo “mis hijos” en plural, que hijo“s”, si solo tenia una hija, y es ella 

-N-no somos a-amigos, sólo salimos como conocidos, y el ya no vive por aqui, así que no se va a poder

-Bueno, si dices que no son amigos, y que no vive por aquí entonces dejemolo así, pero a la próxima Arami creeme te vas arrepentir—asentiste, se levantaron, los dirigieron a la salida, antes de cruzar por la puerta, Jeck le dio un abrazo, que duraron así unos minutos

 1.La Hora Del Atardecer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora