-...Vamos a tener un hijo—¿que? ¿Un hijo? Se escucharon gritos de alegría, te quedaste atónita, no te diste cuenta cuando Lilibeth te tenía abrazada, sólo veías a tu padre, ‘hazlo por él’, te repetías una y otra vez, te preguntabas por tanto drama por un hijo, porque tanto pleito que se va a casar, era algo fácil de superar, pero para ti era difícil, porque no sabías lo que más adelante se venia.
Después de horas de felicitaciones, se fueron los invitados, al estar solos les preguntaste cuando meses tenía
-Tiene dos
-Fe-felicidades
-Arami—volteaste, Johanna estaba parada en el umbral de la puerta
-Yo se que es difícil, pero tienes que aceptarlo, acaso no quieres que tu papá sea feliz, acaso eres egoísta
-No, no soy egoísta, quiero ver feliz a mi papá, pero sólo digo que es un poco difícil, hace tres meses pasó el accidente, hace tres meses ustedes empezaron a salir, y hace tres semanas mi papá te presento, hace tres semanas me dijeron que se iban a casar todo eso en un mismo día, y hace dos semanas me presentaron a tus hijos, y me dejaron menos de dos semanas para procesarlo, para aceptarlo, y dos semanas después me dicen que estás embarazada, lo peor fue que no me dijeron antes, me dan la sorpresa como una persona x, quiero ver lo feliz, pero es un poco....—viste a tu papá, se veia en sus ojos la decepcion, te rendiste—perdón, perdón por ser egoísta, perdón por no dejarlos ser feliz, perdón—que más quedaba, aceptarlo, y elegir el camino fácil
-Bueno ya que pediste perdón, estas perdona Arami, mañana quiero presentarte a mi familia, quería hoy pero estaban muy cansados
-Pero mañana tengo escuela
-No vas a ir—bueno algo bueno salía de esto, no ibas a ir a clases, que diría tu mamá.
Al día siguiente, te levantaron muy temprano, no querías, te alistaste. Iban a un restaurante elegante, tenían una reservación, era un lugar privado, era amplio, esperaron unos quince minutos para que la familia de Johanna llegará, ya venían, viste entrar a una señora no muy grande, luego venían dos mujeres y un hombre, supinias que eran sus hermanos, los niños venían atras, te atragantaste cuando la viste entrar, debía ser un error, por favor no, no esto, pensaste, al estar ya todos juntos los presentaron
-Arami te presento a mi mamá, Marta, mi hermana Cristina y sus tres hijos, Carlos, Víctor y Tom, él es mi hermano y su esposa, ellos son sus cuatro hijos, Natali, Raquel, Damian, y Abigail, ella es mi prima lejana y su hija Mónica, creo que a ella ya la conoces
-Si
-Bueno, sentemonos a comer—después de las presentaciones, preguntas algo incómodas, y un almuerzo raro, todos hablaban por su lado
-Ahora vamos a ser familia—si claro familia
-Si
-No quiero que esto sea incómodo para las dos ya que vamos a ser de la misma familia, se que los chicos te contaron lo que pasó con Heilli, no quiero que guardes rencor, y otra cosa que ni se te ocurra mencionarselo a Dereck, te quedo claro
-No me quiero meter en problemas, ni contigo ni con nadie, es tu asunto lo que haces, no te preocupes no le diré nada a Dereck—horas después se despidieron, pasaron por el restaurante que te gustaba, ‘cierto, Lucas’ se te había olvidado completamente, al llegar le dijiste a tu papá que habías quedado con una amiga en juntarse hoy, te dejo salir, ibas corriendo, Sonia te estaba esperando, llegaste asofocada, al entrar estaba más oscuro, viste a Lucas tirado, te acercaste con pasos veloces
-Lucas ¿estas bien?
-¡Vete!
-¿Que pasó aquí?
-¡Que te vayas! ¡No te quiero ver!
-Lucas, que tienes—al verlo, Dios que le había pasado, estaba borracho tenía la cara de golpes, habían medicamentos tirados, había una cerveza por su cama
-¿Que hiciste?
-Te lo dije, quiero morir
-Lucas es suicidio, lo que haces es suicidio
-No me importa, vete quiero morir sólo
-Estas loco, no me voy a ir despues de saber que te quieres morir
-¡Vete!, ¡No es a ti a quien quiero!
-Lucas, por fa....
-¡No entiendes, sin ella no puedo vivir!, ¡que vas a entender tu de dolor, si vives en un mundo perfecto!
-Lucas, no.. no hagas esto, vamos levantate —ibas ayudarlo para levantarlo pero el no dejo que te acercarás más
-¡No te acerques más!, ¡no quiero tu ayuda!, ¡vete!... ¡Estas sorda, vete Arami!—le costo levantarse, se acercó a ti, te agarro tu brazo y te guió a la puerta, intentaste forcejear, pero él era más fuerte, cuando te saco del apartamento, te diste la vuelta para encararlo pero te cerro la puerta en la cara, que era todo esto, que le había pasado, tocaste pero no te volvió abrir, querías llorar, tus ojos se llenaron de lágrimas, no otra vez, ya basta Arami, deja de ser débil, pensaste, ya era suficiente, siempre era lo mismo, siempre tan débil, tan vulnerable, estabas cansada de ti misma, te odiabas.
Llegaste a casa, fuiste directo a tu habitación, te encerraste, no querías hablar con nadie, intentaste calmarte, te sentaste en tu cama, cerraste los ojos, ya no más llanto, ya no más dolor, ibas a ser una chica nueva, te lo prometiste, te alistaste para dormir, te acomosdadte en tu cama, pero esta ves tenías miedo de dormir, que al cerrar los ojos volvieran tus demonios del pasado.
Una semana sin saber de el, habías ido a su casa pero nadie te habría. Una noche, fuiste a su casa, cuando tocaste una chica te habrio, sólo traía una camisa que le llegaban a los muslos
-¿Si?
-¿Este es el apartamento trece?
-Si—en el fondo se escuchó la voz de Lucas preguntando quien era, se apreció por la puerta y te vio, se acercó a ti, le pidió a la chica que entrara, cerro la puerta detrás de él
-¿Que haces aquí?
-Yo...yo quería ver cómo estabas
-No ves que estoy viendo,
-¿Quien...es ella?
-No te importa, vete Izabell no te quiero ver
-Yo—no sabías que decir
-Vete, no quiero saber de ti, no me importas, crees que es fácil para mí verte, a la cara me repugna—cada palabra te dolía era una espada a tu corazón, una lágrima resbaló en tu mejilla, así como apareció así se fue, intentaste no llorar
-Bebe, ya vienes—ella salió a la puerta, lo abrazo por atrás, el se volteó y le dijo que ya iba y la beso, cerraste los ojos, no podías verlo, algo en ti se rompió, tus ojos se cristalizaron, y te rompiste lloraste, te armaste de valor y abrsite los ojos, el te veía
-Creí que...
-¿Que?, ¿Que éramos algo?, que tonta eres, sólo era diversión— un sollozo salió de tus labios, llevaste tu mano a tu boca, te diste media vuelta y te fuiste, pero eras tan masoquista que volteaste a ver, pero el ya no estaba.
Todo estaba oscuro, nadie estaba en casa, tus lágrimas se habían sacado ya, te pusiste ropa deportiva, estuviste tres horas haciendo ejercicio, querías despejar tu mente, ya no querías llorar, estabas cansada, subiste a tu habitación, te bañaste, te acostaste, pero no tenias sueño, escuchaste la puerta abrir se, se escuchaban risas, viste la hora eran las diez, todo se estaba poniendo difícil.
Alguien llamaba, reconocías el número, creías que la ya no iba a llamar, como no podía entender que no querías hablar, creiste que había entendido la última vez que se vieron, pero estabas equivocada, no iba a parar hasta que le hablaras.
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1.La Hora Del Atardecer
Novela JuvenilUn amor enfermizo Ella buscaba ayudarlo El quería morir Y la vida da un giro inesperado, se había ido pero no pienses que murió, se fue sin decir un adiós así como llego así se fue. Pero al irse se llevó lo que quedaba de ella