-Mamá, hablame mamá, dime algo
-Arami, necesito que seas fuerte
-No mamá, no lo digas, vas a estar bien, van estar bien
-Mi niña, no—tosio, te dolía verla asi, le diste un poco de agua, para que su tos parara —no ol-olvides que te amamos
-no lo digas, se van a recuperar, lo sé, vamos a salir de este, así como salimos de muchas, vamos a salir de esta, lo prometo
-no Arami, esta vez no será así—el aparato que indicaba sus latidos empezó a sonar más fuerte, las enfermeras llegaron, el médico, te sacaron de allí pero no querías alejarte de ella, gritaste, suplicaste que te dejarán ahí, cuando te calmaste viste a tu alrededor, personas perjudicadas por el incendió, los veías, cerraste los ojos no soportabas, ver más eso, se podía oler la sangre con el metal, te dieron nauseas.
Despertaste, tu pulso esta acelerado, siempre pasaba lo mismo, a veces cuando despertabas no te acordabas que soñaste, pero siempre sentías ese ollo en tu estómago, esa tristeza que te embriagaba, y a veces si sabías lo que soñabas, no sabías que era peor, despertar y no saber que soñaste y sentirte desesperada, o recordar que soñaste y recordarlo una y otra vez, pero ninguna era peor que la otra, las dos eran peores, te levantes, te bañaste, ese día había mucho calor, te pusiste una pantaloneta, te llegaba un poco más arriba de las rodillas, no mostrabas más ni menos, te pusiste una bluca ligera, te viste al espejo, a veces no te gustaba como te mirabas, y está vez era una de esas, te paraste recta, aún se notaba tu estómago, tus lentes negros, si ellos no veías nada, hace un año los tenías, necesitas bajar de peso, saliste de tu cuarto, cerraste la puerta detrás de ti, al bajar nadie estaba, viste la hora en tu celular, eran las nueve, tenías un mensaje de Dereck, que decía si se podían ver a las once, tenías tiempo de sobra, al bajar el último escalón, te mareaste, todo se movió, duraste hací unos segundos, te recompusiste, sentías algo en el estómago, algo raro, no se si les a pasado que sientes algo en el estómago, como si algo fuera a pasar o estuvieras nerviosas de algo, pero no sabes que es, así le pasaba a Arami, pero no le diste mucha importancia.
Ya era hora, tocaron el timbre, saliste corriendo, estaba parado, distraído en algo, querías sonreír, te gsutaba como se miraba, te contubiste, si no podía sospechar, lo dejaste pasar, le preguntaste si quería algo de tomar, se negó, no sabías porque estabas tan nerviosa si era algo común que el llegará a tu casa, y sin Jeck, estabas muy rara ese día.
-Como estas
-Bi-bien
-¿Que hacías?
-Eh, nada, sólo ordenando un poco
-¿Estas sola?
-Si
-Porque no dijsite nada
-De que
-Que se va a casar
-Creí que Jeck te lo había dicho, o que tal vez ya lo sabían, ya sabes cómo tu papá y mi papá son muy amigos creí que ya se los había dicho
-Mi papá no sabía nada, se enteró el día que tú te desapareciste, era sorpresa, dijo que iba a ser una cena para anunciarlo
-¿Ya la conocían?
-¿A quien?
-No te hagas el tonto, que no te va
-Si, ya
-No me dijeron nada
-Tu papá y los nuestros dijieron que no teníamos que meternos, que él te lo tenía que decir —te empezaste a reír, estabas cansada de mentiras, de engaños, así iba a ser siempre
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1.La Hora Del Atardecer
Teen FictionUn amor enfermizo Ella buscaba ayudarlo El quería morir Y la vida da un giro inesperado, se había ido pero no pienses que murió, se fue sin decir un adiós así como llego así se fue. Pero al irse se llevó lo que quedaba de ella