Cuando llegaste al colegio, llevabas un pequeño y diminuto moretón, sólo se vía si se acercaban mucho, al entrar a clases, Jeck y Heilli te estaban esperando, cuando te sentaste no prestaste atencion, no estabas con ánimos para sus preguntas, pero ellos se acercaron a ti, cuando Jeck estuvo sentado frente de ti se asustó
-Arami, ¿que te pasó?
-Nada sólo me golpe con la puerta de mi armario
-pero ese no parece un golpe dado por un armario, quien hizo esto—¿quien?
-Jo-Johanna
-¿Que?,¿porque?
-Porque dije algo que no estuvo bien
-¿Tu papá lo sabe?
-el vio todo
-Pero...
-Por favor, no quiero hablar del tema—te dejaron en paz, pero sabías que Jeck no se iba a quedar tranquilo si no le contabas todo, pero no era el momento y el lo sabía.
Estaban los cinco en la cafetería, ya se les había pasado lo de tu golpe, y tu extrañamente estabas feliz, pero duro poco, Mónica y Dereck se acercaron
-Arami, ya se lo que hiciste, que cobarde eres, la niña educada, buena, ers una hipócrita—no ibas a pelear, no con ella—mi tia esta muy mal, no vas a decir nada, claro sabes con quién meterte—se acercó a ti—no eres nadie, sólo mirate
-Ya basta Mónica
-Ya veo, no les has dicho nada, que pasa si les digo—¿iba hacer para tanto, que tus amigos te dejaran de hablar por eso?¿eran capases?
-Ya veo, quieres que se los diga yo—las palabras de Lucas vinieron a tu mente, vas a dejar que te hablen así, armate de valor y demurstrales quien es la que manda, ya saben que eres vulnerable y saben que no actúas, ¿pero vas a dejar que te humillen?, no lo ibas a dejar, le diste la cara
-No es asunto tuyo Mónica, si yo quiero les cuento, vete y dejame en paz
-No asustas Arami, eres una cobarde
-Y ¿tu?, ¿que eres?, ya deja el papel de la niña bonita, sólo seduces por placer
-Arami—dereck te hablo pero ya era tarde, ya no eras la misma
-Estas tan necesitada de amor que buscas a los hombres, pero sin ellos no eres nada, necesitas saber que era deseada por los demás para sentirte superior
-Arami—Jeck te hablo—Ya no le hagas caso, mejor vámonos—les dieron la espalda pero ella no iba a dejar que le hablarán así
-¡y tu!, ¡eres una gorda, no importa cuanto ejercicio hagas, siempre será así!, ¡los hombres sólo te buscan por sexo, no por amor, y desesperada se los das, crees que no me e dado cuenta, te ves con alguien!—todos gritaron, te vio, pero no te daba miedo ya no más miedo, ya no más temor, te diste vuelta, los chicos intentaron detenerte
-¡Eres una cobarde, desde que murieron tus queridos hermanos
-No Mónica, no vallas por ese camino, te lo advierto
-¡Y que vas hacer!,¡decirme que no soy tu familia, que somos los segundos, a mi no me duele!, ¡eres un asco de persona, eres una basura, no eres nada!
-No, al menos yo si se que no soy nada y no ando detrás de otros para sentirme bien conmigo misma—te fuiste, que había sido todo eso, tu pulso estaba acelerado, nunca te criste capaz de hacer algo así, pero sabías que Mónica no sé iba a quedar tranquila, pero estabas preparada.
Dos semanas de no saber de él, estabas desesperada, sentías algo en tu pecho y la última vez que lo sentiste ellos murieron, tu cabeza jugaba contigo, ¿y si al fin hizo lo que tanto quería?, ¿estara muerto?, sacudsite la cabeza, no, sólo quiere estar solo, te convencías una y otra vez, y dos semanas que tu papá te ha estado ignorando, intentabas hablar con el pero siempre te ignoraba. Ibas a su casa, le preguntabas a sus vecinos si lo habían visto, pero te decian que no salía de su apartamento hace dos semanas, te asustaste, intentaste calmarte, sólo quiere estar solo te repetías una y otra vez.
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1.La Hora Del Atardecer
Teen FictionUn amor enfermizo Ella buscaba ayudarlo El quería morir Y la vida da un giro inesperado, se había ido pero no pienses que murió, se fue sin decir un adiós así como llego así se fue. Pero al irse se llevó lo que quedaba de ella