Fuiste a buscarlo, necesitabas verlo, saber de él, tocaste su puerta pero nadie te abría, regresaste tenías una sensación rara.
Estabas sentada en una banca, tenías tu mirada perdida, se vía rota, alguien te tocaba el hombro, diste un pequeño brinco en tu lugar al darte la vuelta sonreiste, ibas a abrazarlo pero te contuviste con el aprendiste a ser distante, a no mostrar cariño
-H-hola
-Me buscabas—que le decías preferiste callarte
-Vamos—lo seguiste, iban caminando hombro con hombro, te pidió que subieras a la moto te llevaba a su lugar, al bajarte el te esparaba, estaban cerca muy cerca, puso su mano en tu cintura, te acercó más a él junto sus labios, el beso fue intenso, se separaron por falta de aire, tenías tus labios hincados, pero ya no sentías lo mismo y el lo vio
-Perdón, ayer estaba muy mal pero tu también tuviste la culpa—y tenía razón, todo era tu culpa, volvió a besarte este fue más despacio fue tranquilo, le sonreiste, te abrazo era la primera vez que lo hacía, que te abrazaba al separarse te agarro de la mano y te llevo a la roca, se sentaron, sentías su respiración en tu oreja, te gustaba la sensación que producía
Se estuvieron hasta la hora del atardecer, el tenía recostada su cabeza en tu hombro tenía su mano al rededor de tu cintura fuiste la primera en hablar
-Yo m-me ten-tengo que ir
-Quedate
-Yo...
-Te amo—porque lo hacía, le encantaba torturarte, pero te gustó que te dijiera eso y te quedaste
Estaban ya en casa, algo te pasaba pero ni siquiera tu sabías que te pasaba, al entrar te encontraste con Dereck, se vaian directo a los ojos
-Arami, ¿estas bien?—asentiste con la cabeza
-Qu-que haces a-aqui— se levantó del sillón y se acercaba a ti, tu pulso se aceleró, tu corazón bombeaba más rápido, tus manos empezaron a sudar
-Quería verte—sonreiste cuantas veces no quisiste escuchar eso y ahora te lo decía eso provoco que sintieras mariposas en el estómago, ya estaba cerca de ti, puso sus manos en tus hombros, pero querías que te abrazara, que te diera un beso como la otra vez, te veía a los ojos, buscando algo, se acercaba más, bajo su mano hasta tu cintura, su otra mano la puso detrás de tu cabeza, te iba a besar estaba cerca un poco más y te besaba, pero Lucas a pareció en tu mente, no podías hacerle esto, diste un paso hacia atrás, su ceño se frunzio no había entendido por que lo hiciste
-No quería incomodarte
-No lo haces, tengo novio
-¿Novio? Por favor Arami—aun tenía su mano en tu cintura, pedías que no la apartará, <Dios Arami, eres una mala novia, una pésima persona, le eras infiel a tu novio>—eso no es novio, una ves me dijiste que Mónica y yo lo que teníamos no era noviasgo era algo enfermizo ahora yo te digo lo mismo es algo enfermo, no mereces que te traten a si
-No es cierto, no soy inteligente, habló puras tonterías, soy una gorda
-Por dios Arami, eso te dijo él, estas peor que yo, no es cierto, nada es cierto, eres inteligente y no estás gorda, no le hagas caso, dejalo Arami,
-No puedo, lo amo
-Lo estas confundiendo no es amor
-Tu no sabes nada, tu no sientes lo que yo siento
-Porque, dime porque, porque lo eliges a él
-Lo haría una y otra vez
-Te esta lastimando, yo te quiero
ESTÁS LEYENDO
1.La Hora Del Atardecer
Teen FictionUn amor enfermizo Ella buscaba ayudarlo El quería morir Y la vida da un giro inesperado, se había ido pero no pienses que murió, se fue sin decir un adiós así como llego así se fue. Pero al irse se llevó lo que quedaba de ella