*55

971 152 61
                                    

Y así fue como terminaron, en un tranquilo bar a fueras de la ciudad.

Llegaron hablando, lo normal, poniéndose al día sobre aquel tiempo que tuvieron, Donghyuck, tratando de esquivar su conversación que tuvo con Jaeno, y Mark, solo contado minorías sobre su tranquila vida, tomando en cada espacio.

Y así fue como terminaron.

Con un Donghyuck sobre el regazo de Mark, mientras que el castaño besaba al mayor.

Ambos con una gran cantidad de alcohol en sus venas, pero también con gran adrenalina en ellas.

Todo era tan irreal, pero tan satisfactorio, Donghyuck pudo conseguir lo que buscaba mientras que Mark había sido correspondió.

Pero, en realidad, no lo era.

Él no era correspondió, lo sabía, porque la forma en la que el menor se había subido en su regazo, besándolo bruscamente mientras movía sus caderas...

Donghyuck no lo estaba correspondiendo, Donghyuck solo estaba buscando alguien más en su lista...

Separandose del menor, este lo vio confundió, el mayor lo tomó de la cintura, él pensó que era algo bueno, así que se volvió acercar, sin embargo, Mark lo detuvo.

—No hagas esto, Donghyuck. —El menor lo vio confundido nuevamente.

—¿Hacer qué? —Susurró viendo al mayor, el cual, solo lo miraba con dolor.

—Besarme cuando sabes que me gustas, buscando amor con la única persona que es capaz de dártelo ¿No? —El menor lo miró en silencio. — Qué por ello ninguna de tus aventuras funcionaba ¿No es así? —Desvió la mirada y Mark soltó una adolorida risa. —Debí suponerlo, como soy él único, y estás tan desesperado por amor, vienes a mi, claro... —El mayor lo bajo de su regazo, tomando el último trago, exclamó. —Buscas tanto alguien que te ame, cada día, cada noche, pero nadie lo hace, y cuando la encuentras, no la amarás, sin embargo, estás dispuesto a quedarte por algo de amor. —Se reincorporó. —Y eso, Donghyuck, es desepcionante.

Y se fue, sin alguna despedida, sin alguna palabra.

Sin notar, que acaba de romper un poco más una persona.











































Pero la realidad duele tanto, mata tanto, que las dulces mentiras son lo mejor.

¿No es así?

My Boy | nohyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora