*58

912 152 40
                                    

—Donghyuck.

Jaeno no imploraba a gritos, ni se arrodillaba para humillarse a si mismo, si, trataba de seguir al menor, pero su orgullo siempre presente.

El menor ya estaba exasperado por la insistencia del mayor, así que, cerrando su casillero, miró al mayor.

—Ahora que quieres. —Prácticamente escupió aquellas palabras.

—Que me escuches. —Y el monólogo, daba inicio nuevamente. —Se que te he lastimado tanto por mis acciones, con mis palabras, pero es que yo de verdad te amo, yo de verdad estoy arrepentido...

Y Donghyuck bostezo, pero estaba vez le dio un aplauso al mayor, le había agregado unas palabras.

Pero ya estaba harto.

Harto de todos, de sus amigos, de sus compañeros, de Hyeonji y sus perras, de Mark y su estúpida indiferencia.

Y principalmente, de Lee Jaeno quien convirtió su vida tan miserable, ta podrida.

Lo odiaba, lo hacía, por qué él no era así, sin embargo, le dio su más puro y lindo amor a un idiota tan egoísta y mentiroso, que se terminó rompiendo con él.

Ya estaba harto.

Harto de sentir su corazón vacío y roto, de vivir con la desesperación de tener algo de amor.

Él ya estaba muerto en vida.

Lee Jaeno lo había matado con cada te amo falso, con cada beso brusco, con cada promesa de cambio y con cada foto que era envíada.

Él ya estaba harto.

—Jaeno, deja de mentirte, no lo haces, todas tus palabras son tan vacías, sin significado alguno. —Y aquellos bellos ojos que antes transmitían felicidad y tranquilidad, ahora son filosos y solo trasmiten arrogancia y odio. —Deja de buscarme, solo déjame, ya obtuviste lo que querías ¿No? —Jaeno se mantenía firme aunque en el fondo solo quería tomar al chico en brazos y sanarlo. —Siempre quisiste tener al tierno castañito ¿No? Ya lo tuviste, pero él ya no está.








Tú quieres que yo sea tuyo, pero tú debes ser mío.

Pero odias ser solo mío.

My Boy | nohyuckDonde viven las historias. Descúbrelo ahora