Capitulo 1.

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Gale POV.

Cuando crucé la alambrada llevaba únicamente un conejo, probablemente lo cambiaría en el quemador o quizá lo llevaría a mi madre para que lo cocinara, aun no decidía.

Katniss seguía ocupada con esas estupideces de la victoria. Está feliz, por supuesto, ella había ganado, había regresado con vida y sobre todo, habían logrado regresar los dos chicos del 12; pero en primer lugar, no se hubieran marchado si la estúpida ley no nos obligara.

No vi a donde me dirigía hasta que entré en el quemador; cambiaría el conejo, eso iba a hacer ahora.

-Gale –dijo Sae desde su puesto-. ¿A dónde llevas ese animal?

-A ningún lado –contesté sin muchos ánimos.

-Bueno, te lo cambio por dos cuencos de sopa.

-Sae, ni aunque muriera de hambre me tragaría tu sopa, es asquerosa, lo sabes.

-Tres cuencos.

-Trato –le entregué el conejo y esperé a que sirviera, a pesar de todo, el sabor de la sopa siempre era agradable.

Salí del quemador con los cuencos llenos, los llevaría a mi familia.

Cuando llegué a casa mi madre estaba afuera, me miró de lejos y sonrío ligeramente.

Mi madre y yo estábamos... ligeramente distanciados.

Ella no estaba de acuerdo con la actitud que había tomado yo hacia Katniss; pues alegaba que debería estar feliz por ella; que debería estar en su vida en estos momentos. Que era mi mejor amiga...

Mamá tenía razón. Pero simplemente no me apetecía ser "el mejor amigo" en estos momentos.

Entregue los cuencos a mi madre, le di un beso en la mejilla, y me marché.

El domingo era el único día que podía estar en el bosque. Antes lo disfrutaba. Ahora no. Y para colmo solo había conseguido un estúpido conejo.

Aun había luz solar, y faltaban algunas dos horas para que oscureciera. Podría regresar al bosque e intentar conseguir algo más para la cena.

Dentro de mí sabía que la única razón por la que quería regresar allá era porque albergaba la esperanza de que Katniss estuviera ahí.

Me odiaba a mí mismo. Pues aunque quería estar con ella, quería hablarle nuevamente, quería que fuéramos lo que éramos antes... no podía. Algo había cambiado. Nos había cambiado a todos.

Y no regresé al bosque, y aunque trataba de convencerme que no volvería ahí porque en realidad no hay nada que cazar en estas fechas... la verdadera razón era porque sabía con seguridad que ella no estaría ahí.

Y no estaría ahí porque estaría resolviendo algunos asuntos referente a la Gira de la Victoria. Eso había dicho Prim.

Estaba por regresar a casa cuando un horrendo gato pasó frente a mí.

Buttercup.

Y verlo ahí, caminando libremente, con varios kilos ganados, siendo aun horrendo, me hizo tomar la decisión que debí tomar desde el inicio del día: ira visitar a Katniss y asegurarme de que todo esté bien y no necesite algo.

Caminé con impaciencia hacia la Aldea de los Vencedores y me dirigí directamente a su casa.

-Katniss está con Haymitch –me dijo Prim después de que abriera la puerta.

-Gracias –le dije sonriendo levemente-. Tu gato pasó por la panadería.

-Gracias Gale –sonríe tiernamente-. Intentaré encontrarlo, aunque ya sabes como es.

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