Peeta POV.
Despierto y lo primero que veo es una nota en la mesa junto a la cama.
Es de Gale.
Trabajará todo el día, pero nos veremos en la tarde aquí en casa.
No tengo nada que hacer en todo el día, así que me tomo mi tiempo para darme una larga ducha caliente, arreglarme, y preparar el almuerzo.
Tengo resaca mental y emocional.
La gira de la Victoria fue casi tan difícil como los juegos.
No tenía nada de "Victoria".
Katniss dijo que tendríamos que hacer algo para defendernos, pero aún no sabe qué cosa hacer.
Y la verdad es que yo no soy bueno planeando. No sirvo de mucho.
Mientras me dirijo a la cocina paso junto a la puerta del estudio.
Lo que me trae recuerdos de la visita que tuve antes de partir.
Debo ser sincero, durante un par de días no pude quitar de mi mente la imagen de Gale y Katniss.
Pero no puedo ser tan hipócrita, cuando durante toda la gira estuve con ella.
Así que yo mismo me obligue a comprender que la actitud que estaba tomando era la incorrecta.
Todos tenemos nuestros motivos, y lamentablemente esta situación se sale de nuestras manos.
Una vez en la cocina me centro en preparar un par de pasteles para la panadería, eso me consume mucho tiempo, y me entretiene bastante.
Para cuando termino ya es hora de comer.
Y como no tengo otra cosa que hacer, decido preparar algo muy bien elaborado.
Además serviría para que Gale comiera algo rico en cuanto llegase.
Así que lo preparo con mucho esmero.
Y cuando termino de cocinar ya se me ha abierto el apetito.
El vacío que se siente en casa es sofocante, por tanto decido empaquetar dos platos de comida e irme a casa de Haymitch.
El exterior es frio, pero no insoportable. Y dejó de nevar.
Entro a casa de Haymitch, que para mi sorpresa no huele a alcohol rancio.
-¿Quién es? –pregunta desde la sala.
-Traje comida –le digo.
Está sentado en el sofá, mirando la televisión.
-Me alegra que sepas cocinar –dice-. Para mi es innecesario todo lo que me mandan del Capitolio porque no tengo ni puta idea de cómo se cocina.
Sonrío y le entrego el plato de comida.
Comenzamos a comer, Haymitch está absorto en la pantalla.
Junto con la casa venia una colección inmensa de programas de televisión y películas. Por supuesto, todo regulado por el Capitolio.
La verdad es que yo jamás había visto una.
Todos en el Distrito teníamos televisión, era lo único que nos otorgaba el Capitolio completamente gratis. Pero solo podíamos ver su programación. Y por supuesto, los Juegos del Hambre cada año.
Aquí en la Aldea teníamos un poco más de opciones de programación. Pero para mí eran irrelevantes.
-¿Y eso que estas sobrio? –le pregunto después de que terminamos de comer.
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Sparks
RomanceLos Juegos los han cambiado a todos; su victoria trajo consigo felicidad, preocupación, esperanza, distanciamiento y rebelión. Pero trajo también algo más, algo que solo Gale y Peeta podrán descubrir.