Che vatos, volví jsjsjsjs
Quiero disculparme de antemano si empiezo a tardar con las actualizaciones, pues mañana empiezo las clases y mi horario es espantoso. Tengo de 7 a 19 los lunes y martes, de 13:50 a 19 los miércoles y jueves, y el viernes es el único día donde salgo temprano de la mañana. Trataré de ser lo más constante que pueda, pero mi escuela es bastante exigente y consume mucho tiempo.
Además vieron que yo también dibujo, jaja :c
Pero bueno, estuve ausente porque me fui de viaje, pero ahora mismo estoy regresando y me las arreglo con el 4G para subir esto (?) Espero que les guste mucho.
-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-_-Cuando Jeremy despertó, el dolor punzante detrás de su cabeza lo hizo desear no haber recuperado la consciencia jamás, incluso hasta deseó haber quedado en coma.
El olor a alcohol para las manos y a la higiene que no se sentía ni a dos kilómetros a la redonda en la cafetería, junto al extenso color blanco del sitio le delató que estaba en la enfermería. Su cabeza palpitaba de dolor, pero no le impedía recordar a la perfección la razón por la cual había terminado ahí, y eso solo lo hacía sentir un completo idiota ¿En qué momento se convirtió en un imprudente niñito enamorado que canta Helpless? Bueno, no es como si nunca lo hubiese sido en privado, pero... Jesucristo, sí que había metido la pata en grande, casi tan grande como el chichón que le iba a quedar después de esto.
–No dudes ni por un segundo en ello.
Jeremy bufó, visualizando a su Squip sentado en el extremo de la camilla con una expresión de reprimenda y los brazos cruzados. Esta vez no le diría exagerado, sabía que la píldora tecnológica estaba en lo cierto si quería catalogarlo como un tonto por haber ignorado sus instrucciones.
Estaba listo para escuchar más regaños de su parte, cuando volteó su cabeza hacia la puerta apenas la escuchó abriéndose, era Christine, con una expresión entre preocupada y feliz.
–¡Jeremy! Qué bien que estás despierto ¡Me preocupaste mucho cuando te desmayaste!
–Christine... –Jeremy trató de incorporarse para hablar mejor, pero apenas levantó un poco la cabeza el dolor se intensificó obligándolo a permanecer recostado ¡¿Qué puta altura tenía el escenario como para que doliera tanto la maldita caída?! De algo debía estar agradecido, y es que no se había muerto desnucado al caer sobre alguno de los asientos, pero no dejaba de doler. –C-Carajo.
–No te levantes aún. Hablé con la enfermera y dijo que esperaras hasta que te sientas mejor. –Habló con calma, prosiguiendo a sentarse en la silla de en frente y a juguetear con sus rizos como si pretendiera adelantar la ida del dolor. Jeremy agradecía el gesto, era justo lo que Michael hacía cuando lo notaba alterado y le relajaba bastante, pero que Christine lo hiciese destilaba un aire más maternal. Suponía que era porque ninguna chica había tenido ese detalle con él antes además de su madre. –Tuviste una caída muy fea. Por un segundo creí que estabas muerto.
–Creo que se necesita más altura que esa para matarme. –De por sí la altura de su propio cuerpo era bastante y ni siquiera esa bastó para matarlo.
–Te subestimé, tienes la cabeza muy dura ¿Eh? –Sonrió de lado soltando una risa, él no se rió pero sí sonrió a la par fijándose en que su Squip le hacía un gesto como indicando que todo iba de maravilla. –El señor Reyes creyó que estabas dormido y sugirió que te echáramos agua fría.
–Uh... Qué... ¿Considerado? –Alzó una ceja en una expresión confundida tratado de ignorar ese detalle. El señor Reyes nunca le pareció un maestro que se preocupara demasiado por sus alumnos, así que estas acciones de su parte no le movían el piso ni le resultaban extrañas. –Este... Lamento si te asusté o si te robé tiempo del ensayo, Christine. –Le sabría mal si ella hubiese estado todo el tiempo junto a él esperando por su despertar, más aún si sentía culpa por lo ocurrido. –N-No tienes la culpa de nada, yo solo...
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«Be more GAY» [Boyfriends Au]
Fanfiction«Jeremy Heere es un idiota promedio de la escuela secundaria. Día tras día, busca la forma de confesarle su amor a su mejor amigo Michael Mell, el chico que cree nunca poder tener, y toma nota de cada pequeña humillación que viene hacia él. Hasta qu...