Cuando Jeremy era niño su madre le leía cuentos antes de dormir.
No era una costumbre realmente habitual porque ella trabajaba bastante y a veces "hacía turnos extra" que actualmente para Jeremy era directamente traducirlo a: "Se iba con su amante después del trabajo y volvía tarde", pero en ese entonces no estaba consciente de ello así que vamos a dejarlo en que trabajaba de más y listo.
Recordaba pocas cosas de ella además de su apariencia, tal vez porque no pasaban tanto tiempo juntos o porque simplemente se fue cuando era pequeño y su memoria apenas estaba comenzando a ser más efectiva para capturar pequeños detalles en su mente. Aunque sí recordaba algunas cosas, como que ella se sentaba junto a él en el enorme espacio de la cama sobrante que no podía llenar con su cuerpo de niño pequeño, y que entonces ella posaba el libro en su regazo y le acariciaba la cabeza mientras él se asomaba para ver los dibujos del libro y relajarse con el aroma a perfume frutal de su madre.
Eran momentos que disfrutaba antes de escucharla discutir al otro lado de la puerta con su padre.
Ella siempre escogía cuentos como "El gato con botas", "Caperucita roja", "Blanca Nieves", "El cascanueces", "La bella y la bestia", "Aladino y la lámpara mágica", etc. Ese tipo de cuentos de hadas con princesas, príncipes, dragones, duendes y demás. Se sabía de memoria la historia de todos ¿Cómo no hacerlo? Eran clásicos que se veían constantemente hasta en las películas de Disney y podías verlos miles de veces sin aburrirte.
Hasta el día de hoy tenía una relación amor-odio con esas historias ¿Cómo se atreven los escritores a hacerte creer que la vida real tiene un final feliz para todos? Eso de "y vivieron felices por siempre" era una rotunda mentira de porquería para engañar a niños y niñas ingenuos que al crecer chocarán con la realidad. Y créanle al geek de pecas, eso duele tanto como golpearte con una pared de ladrillos y romperte la nariz, quizá más. Aunque... Debía admitirlo, era lindo flotar por las nubes de vez en cuando con uno de esos libros en frente.
Si le preguntaban a él, probablemente solo podría mencionar una historia que fuese su favorita y que a la vez le trajera recuerdos amargos, y esa era "La Cenicienta".
Su madre le contaba muy seguido ese cuento, dentro de las veces que podía hacerlo, y cuando lo hacía él notaba que la mujer le tenía cariño a ese en especial. Le había preguntado una vez si ella creía que Paul era el príncipe azul de su cuento y ya estaba viviendo su final feliz, pero solo recibió una palmada en la cabeza y una risa divertida por respuesta. Tiempo después comprendió que su príncipe azul la esperaba todos los días de semana en una cafetería o en su departamento, que su carroza era el camión de mudanzas y que en ese final feliz que ella anhelaba no estaban ni él y su padre.
Su madre era una de las perfectas versiones de Cenicienta del siglo veintiuno, con sus ojos azules, su cabello rubio brillante, su belleza y su insatisfacción hacia su vida. Eso resumiría y justificaría un poco de su rencor hacia el cuento.
Mas sin embargo, estaba el otro lado de la moneda, donde el mismísimo Jeremy se preguntaba si podía llegar a ser como la joven Cenicienta. Y no, no se refería a usar vestido y asistir a un baile, sino a la parte fundamental y más importante de la historia de la chica de zapatos de cristal, esa que sin su presencia dejaría a Cenicienta varada con sus horribles hermanastras; tener un hada madrina.
Puede que Jeremy no esperara que una mujer con alitas y varita mágica lo hiciese lucir mejor para que al entrar a la escuela automáticamente todos se olvidaran de que era un perdedor y saco de boxeo, pero sí quería ayuda ¿No existiría nadie en la faz de la tierra que estuviese dispuesto a ello? No pedía demasiado. Tan solo quería que todos dejasen de molestarlo, incluso si eso significaba que tendría que ser invisible para ellos, no importaba.
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«Be more GAY» [Boyfriends Au]
Hayran Kurgu«Jeremy Heere es un idiota promedio de la escuela secundaria. Día tras día, busca la forma de confesarle su amor a su mejor amigo Michael Mell, el chico que cree nunca poder tener, y toma nota de cada pequeña humillación que viene hacia él. Hasta qu...