La vida adolescente no es tan buena como te la cuentan los adultos, al menos si se lo preguntaban a él.
Lo había escuchado cientos de veces de bocas de famosos, hasta incluso de maestros o familiares. Siempre la misma frase "Es la mejor etapa de tu vida donde no tienes las responsabilidades de un adulto pero tienes más libertad que un niño." Sumado a que te venden esos clichés de películas con trama escolar—Como High School Musical—donde todos los estudiantes son amigos sin excepciones, sonríen, van a fiestas y cantan sobre lo divertido que es ir a encerrarte ocho malditas horas en un establecimiento a soportar los maestros, las tareas, los trabajos ¡Pero claro! Nada de eso importa—Por no decir que ni siquiera lo toman en cuenta o existen— mientras tengas a tu grupo de amigos para tener esa sonrisa feliz y reluciente de comercial de pasta dental las veinticuatro horas del día.
Y una mierda.
Puede que haya creído en eso de niño, pero no podían ocultarle la cruda realidad tanto tiempo, en algún momento sería adolescente y él mismo comprobaría que tan "buena" sería dicha etapa.
¿Y qué podía decir hasta ahora? La adolescencia puede ser genial, pero no para todos, no para él.
Porque para comenzar, la escuela no está llena de gente amistosa que te reciben con los brazos abiertos o se molestan en ser buenas personas, no. Está llena de chicas bellas pero altaneras y chismosas, chicos tontos pero atléticos y atractivos, nerds interesados hasta en la vida de los microorganismos que viven en un mohoso sándwich de pollo, los normales que pasaban desapercibidos o tal vez no, profesores amargados sin el más mínimo rastro de interés más allá de llegar a fin de mes y finamente los que eran como él.
¿Y cómo era él? Pues... Un perdedor, para catalogar fácilmente.
Jeremy Heere no pasaba de ser más allá que un geek promedio. El típico chico que prefiere pasársela en su casa jugando videojuegos y comiendo comida basura en vez de hacer algo más interesante o bueno por su vida como socializar con otros, estudiar para al menos aprobar raspando o molestarse en hacerse notar, porque las últimas opciones se le daban fatal.
La secundaria es el infierno, la adolescencia es el infierno, todo a esa edad es un infierno.
"La etapa de los cambios" ¿Por qué? ¿Por qué las cosas deben cambiar si están bien así como son? ¿Por qué los chicos que son amables se convierten en cabezas huecas que solo hablan de deportes, la chica con la cual tuvieron sexo el fin de semana—O más, uno se sorprende— y solo dirigen la mirada a tipos como él para molestar sin motivo aparente? ¿Por qué las chicas gentiles y tiernas se vuelven unas perras que se aprovechan de su belleza para sacar provecho, hablan mal de sus amigas a sus espaldas y traicionan cuándo pueden?
¿Es que acaso el cambio era obligatorio para ser aceptado? Eso parecía, porque él no lo había hecho y no es que estuviese en un buen estatus por ello.
Como si cambiar tu cuerpo y soportar las hormonas no fuese bastante, debes cambiar el interior. Algo así como cambiarle la funda a tu teléfono celular para que se vea mejor, y luego darte cuenta de que no queda bien con esa marca, tiras el teléfono y consigues uno nuevo. Un reemplazo completo, básicamente.
Odiaba los cambios, al mismo tiempo que los anhelaba. Los odiaba por no tenerlos.
Odiaba seguir siendo él.
–Vamos, vamos, ve, ve. Estúpida computadora.
Maldijo como por milésima vez su lento internet, y de paso a la inocente barra que se iba llenando de azul mostrando el mensaje de "Descargando" y el porcentaje congelado en 34% desde hace media hora en la que ya debería haber llegado a 100%. Si no le reventaba una arteria o el cerebro de la rabia que le daba que esta situación se le diese justo hoy sería un milagro.
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«Be more GAY» [Boyfriends Au]
Fiksi Penggemar«Jeremy Heere es un idiota promedio de la escuela secundaria. Día tras día, busca la forma de confesarle su amor a su mejor amigo Michael Mell, el chico que cree nunca poder tener, y toma nota de cada pequeña humillación que viene hacia él. Hasta qu...