Capítulo 1: Destino

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Como acostumbraba hacer todas las mañanas, un joven apuesto se encontraba sentado a orillas del mar, con la mirada perdida hacia el horizonte, esbozando una hermosa sonrisa, tan tierna como él y genuina como ninguna otra. Era una persona difícil de entender, Nadie sabía nunca lo que pensaba porque siempre se tildaba y se perdía en su mundo. Su cabello castaño se movía por el viento y, justo cuando iba a dejar llevarse por un sentimiento que inundaba su pecho dejando escapar una lágrima, un llamado lo despertó. 

-¡Hey! Donghae – Su amigo le tocó el hombro haciendo que el joven volteara – No me digas que otra vez ibas a llorar – el joven se palmeó la frente, sabía que su amigo no tenía remedio.

-RyeoWook, ¿te das cuenta que ya estamos por terminar la universidad? – El joven con un dedo se secaba las lágrimas de su rostro.

-Sí mi pez, es nuestro último año y seguramente cuando terminemos te vas a casar – El joven estaba algo agotado, normalmente no entendía como su mejor amigo podía ser tan sentimental. Habían tenido esas charlas innumerables veces. Y los cambios de ánimo de su amigo Donghae lo tenían harto.

- Siempre estuve muy feliz con la idea de casarme... pero-

Los ojos de RyeoWook se abrieron sorprendidos y cayó sentado junto a su amigo – No puedo creerlo, por primera vez escucho que tengas dudas sobre tu matrimonio con tu "perfecto Siwon".- dijo haciendo comillas en el aire. Repentinamente la curiosidad llegó hasta él, había salido a la luz ese tema que jamás podía mencionar. 

-No me malinterpretes, yo no tengo dudas sobre mis sentimientos. Yo sé que lo amo y que él será el esposo perfecto – Donghae hablaba con la mirada altiva, pero ese sentimiento triste que inundaba su alrededor no se disipaba. Intentaba mover las manos mientras buscaba las palabras para explicarse correctamente. 

-¿Entonces?... - Su amigo bajó el tono de voz, mostrándose comprensivo, pero de todas formas se lo notaba expectante. 

-Me parece extraño que nunca nos hayamos comunicado.- Donghae bajó la mirada a sus propias manos que no dejaban de jugar entrelazando sus dedos.  

Y ahí se encontraba el gran problema, eso que todos sabían pero nadie quería decir realmente. Lo que cada persona curiosa o cercana a él quería saber, luego de tantos años sin hablar del tema, sin contactarse, sin conocerse realmente, ¿todo seguiría igual? ¿o simplemente fue una ilusión llevada por las olas del mar? 

- Entiendo que él está muy ocupado terminando su carrera en Europa, pero en todos estos años nunca me ha escrito. Ni siquiera sé si sabe mi número- La mirada del joven de pelo castaño se fijó en la pantalla de su celular. - Y yo tampoco me animé a escribirle cuando la tía me dio su número. Es extraño. 

Su amigo comprendía la preocupación del castaño, pero no tenía la intención de explicarle lo que pensaba en realidad. Recibir un golpe de Hae, con lo mucho que había entrenado su cuerpo no era una opción para Wook. Además creía que no era bueno meterse en esos asuntos. Palmeó un poco su hombro y asintió. 

-Bueno Wookie, es tiempo de irme – Con gran velocidad, el pez ya se había levantado, y se sacudía la arena. Formó una sonrisa y le extendió la mano a su mejor amigo para que también se levantara.

-¿A dónde tienes que ir? Es tu día libre – Wookie se sacudía la ropa mientras miraba a su amigo. 

- A misa, ya es hora de la primera Misa del Domingo –

-Claaro, seguro que Siwon va a Misa también todos los Domingos – El joven agotado de escuchar una y otra vez los mismo discursos rodó los ojos. Y dejó escapar una risa sarcástica. 

- Basta no seas así – Donghae palmeó el hombro de su amigo haciendo que este trastabille en el lugar, mientras se reía de las palabras de Wook. 

-¡AH, HAE! –

Corazón Salvaje [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora