Extra

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Algo me quemaba por dentro. Y hacía que mi cuerpo se moviera por sí solo.

Estiré el brazo para volver a acariciar su mejilla, estaba sonrojada y caliente.

En el silencio que se hizo entre nosotros podía escuchar su respiración. Pasé mi mano por su rostro muy lentamente, y toqué sus labios. Tan gruesos, tan rosados, tan húmedos. No pude evitar mirarlos fijamente.

Entonces sentí como acariciaba mi mejilla también, me tocaba como si yo fuera algo delicado, algo precioso para él. Haciendo que inconscientemente pasara mi lengua por mis labios.

Tenía sed.

Tenía tanta sed, pero sed de su boca.

Desde la primera vez que mis labios tocaron los suyos me sentí un adicto. Cada noche revivía en sueños cada contacto que hubo entre nosotros, pero sus labios, sus besos, eran algo que se repetían en mi mente una y otra vez incluso despierto.

Se acercó lentamente hasta que nuestros labios llegaron a rozarse, haciendo que todo mi cuerpo se estremeciera.

Sentía su respiración y mis latidos.

Presionó sus labios sobre los míos en un beso corto, que me hizo cerrar los ojos. Pero cuando se separó su rostro seguía muy cerca del mío.

Podía notar el oscuro de su mirada, profunda y deseosa. El mismo deseo que tenía la mía. Que seguramente él había notado, porque repitió el beso otra vez.

Lo agarré del rostro con ambas manos, y lo acerqué a mí con los ojos cerrados. Haciendo que el los cerrara también. Volvimos a besarnos, esta vez fue un beso mucho más largo. Hyuk comenzó a jugar con mi labio inferior, luego pasó su lengua por mi labio superior haciendo que yo abriera la boca.

Mis brazos se abrazaron a su cuello, y sus manos viajaron a mis caderas, acariciándolas dulcemente.

Dejé que profundizara el beso tanto como quisiera.

Mi corazón iba casi tan rápido como nuestras respiraciones.

Su olor me embriagó, su lengua se movía de una forma que me hacía temblar. Y con un beso logró que poco a poco me pusiera duro.

Metió una de sus manos bajo mi pijama y pasó sus dedos por mi espalda.

Yo llevé mi mano a su pelo, metía mis dedos despeinándolo.

Nos separamos para respirar. Entonces abrí los ojos y lo vi. Lo vi totalmente despeinado, con los labios más rojos que de costumbre, bastante sonrojado y avergonzado. En ese instante volví en mí y me di cuenta de lo que acababa de pasar.

Mientras Eunhyuk se rascaba la nuca, sin saber que decir, yo por dentro entré en pánico. Ambos mirábamos en direcciones opuestas, recorrimos la habitación con la mirada como si las paredes y el techo ocultaran la respuesta que nos debíamos en ese momento.

El sonido de nuestras agitadas respiraciones solo lograba ponerme más nervioso.

Hyuk tosió un poco para llamar mi atención –Creo que .....emm, tengo que ir-irme- A pesar de que me hablaba evitaba mirarme a los ojos.

Me rasqué la nuca incómodo, no sabía que decirle. Algo dentro de mí no quería que se fuera.

-Lo siento-

-No tienes por qué disculparte- las palabras salieron por si solas. No tenía que disculparse por nada.

-Esto no es algo que hagan los amigos- Lo miré a los ojos, entendía muy bien lo que me decía. Pero me gustaban tanto sus besos que no quería dejarlos.

Corazón Salvaje [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora