Corazón Salvaje [EunHae]

Capítulo 34: "Confianza"

Pov Donghae

Acababa de ver una escena que no quería volver a ver, solo que mientras caminaba rápidamente hacia la salida la escena se repetía una y otra vez en mi mente. Como si por dentro algo quisiera atormentarme.

No quería darle vueltas al asunto, no quería pensar en eso. Ver a Hyuk con Jongwoon abrazado a su cuello era algo que me dejó muy aturdido, pero a pesar de eso tenía que ser fuerte. Llegué a la puerta principal y salí casi corriendo de la mansión para internarme en el bosque.

Corrí hasta perderme completamente. Estaba algo asustado, no sabía cómo reaccionar ni a dónde ir. Solo quería calmarme alejado de todos. Especialmente lejos de mi Hyukjae.

Seguí dando vueltas hasta que el cielo oscureció completamente, las piernas me temblaban del cansancio y mi cuerpo no quería avanzar más así que simplemente me dejé caer para sentarme apoyando la espalda en un tronco.

Estaba tan completamente agotado que incluso la escena dejó de repetirse. Al fin lograba estar tranquilo.

Levanté la vista hacia el cielo, era una noche hermosa, el viento me acariciaba y la sensación de tranquilidad calmaba mi agitado corazón.

Solté un largo suspiro y extendí los brazos hacia el cielo para agarrar una estrella.

Ni siquiera las hojas de los árboles lograban tapar mi vista. Podía ver cada una desde allí. Los lugares lejanos a la ciudad eran realmente hermosos. Frente a mis ojos estaba la prueba de ello.

-¿Qué haces?- Una voz llamó mi atención haciendo que bajara los brazos.

Volteé lentamente para encontrarme con los ojos más profundos y bellos del mundo. Hyukjae me había ido a buscar.

Bajé los brazos en un movimiento y me abracé las rodillas contra el pecho, al mismo tiempo fui bajando la mirada. – Estaba agarrando una estrella-

-Ya veo- movió la cabeza con comprensión.

Con las manos en los bolsillos lentamente se acercó a mí y apoyó su espalda en el árbol.- ¿Te gustan las estrellas? – Fue bajando hasta quedar sentado a mi lado.

-No realmente- Me encogí de hombros y volteé para mirarlo a los ojos.

-Entonces, ¿Por qué intentabas agarrar una?- Estiró una de sus manos hasta llegar a mi rostro.

Con suavidad y ternura me acarició la mejilla logrando que un sentimiento indescriptible se apoderara de mi pecho.

-No sé si te gustan tanto, pero quería agarrar un para ti-

Sus ojos se volvieron vidriosos, al mismo tiempo que sentí mis mejillas arder. Acercó su rostro al mío rozando nuestros labios.

Podía sentir su respiración, su aroma, todo su ser cerca de mí, y mi corazón comenzó a latir desenfrenadamente mientras el besaba castamente mis labios.

Cerré los ojos aceptando su beso y sintiendo con cada fibra de mi ser como su mano iba desde mi mejilla hasta mi nuca. Como poco a poco transformaba un beso casto en uno apasionado, desesperado, como yo llevé mis manos a su cabello y le mordí el labio inferior.

Rápidamente sentí como su lengua pedía permiso para entrar en mi boca y yo con gusto la dejé pasar, además de que también jugué un poco con la mía. Los gemidos se perdían en el bosque y la mano que agarró mi cintura hizo que una electricidad me recorriera por completo.

Quería seguir besándolo, quería seguir sintiéndolo, pero el aire se había agotado y no nos quedó de otra que separarnos.

Con los ojos aún cerrados y la respiración agitada pegué mí frente a la suya. Entonces abrí los ojos, él aún no los había abierto así que me dediqué a admirar su hermoso rostro. Sus mejillas y sus labios estaban rojísimos, su cabello estaba alborotado por mi culpa y sus ojos que comenzaban a mirarme poco a poco eran tan intensos como la oscuridad de la noche.