Prólogo

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En una enorme mansión ubicada en las afueras de Mokpo, un pueblo simple pero con vistas al mar que podrían aparecer en cualquier folleto de turismo se encontraba Lee HyukJae un hombre de carácter fuerte pero con un corazón que es muy sensible en el fondo, en su oficina terminando de organizar papeles cuando fue interrumpido por el sonido de que alguien llamaba a su puerta.

El leve golpe que sintió fue suficiente para sacarlo de sus pensamientos e irritarlo por un momento. Dejó su boligrafo en la mesa soltándolo de mala gana.

Nadie osaba molestarlo cuando se disponía a trabajar en su oficina de campo, todos sus empleados lo sabían. Por temor a ser echados nadie sería capaz de tocar a su puerta a esas horas. Así que la situación lo tomó desprevenido y con la mirada llena de furia esperó a que, la persona con sus huevos bien puestos como para enfrentarlo, entrara a la habitación.

-¿Acaso molesto?- Preguntó un joven entrando con la sonrisa más radiante. Abriendo la puerta como si de su propia casa se tratase. 

La ira desapareció de la mirada de HyukJae al ver a su amigo. Debería haberse imaginado que la única persona capas de llegar sin previo aviso e interrumpirlo sería el joven de sonrisa angelical que lo aguanta año tras ofreciendole siempre su amistad. 

-JungSoo!- Hyukjae formó la más tierna sonrisa de encías que podía hacer – Para ti siempre tengo tiempo. Extendió los brazos hacia su joven amigo.

Ambos hombres se acercaron y se abrazaron con fuerza. Pese a sus diferencias, tanto de clase como de edad, su amistad permanecía inquebrantable. 

Enseguida el dueño de la casa se dispuso a ofrecerle bebida y demás cosas a su invitado. Lo sentó cerca de él dejando de lado el escritorio para que pudieran tener una conversación amigable y a cada momento que encontraba la oportunidad lo observaba y sonreía. Jungsoo era la única persona con la que podía conversar libremente, sin prejuicios ni ventajas de por medio. Ambos se sentían a gusto platicando con el otro. 

Luego de reír un buen rato y de servirse copas del más fino vino, JungSoo relajó su rostro dejando ver algo de tristeza. Hyuk aprovechó el silencio para preguntar

-¿Sucedió algo con él de nuevo?-

-Oh, no no.- JungSoo simplemente no podía ocultar sus sentimientos, las lágrimas siempre lo traicionaban – El simplemente se fue – un breve silencio inundó la habitación.

El mayor ahogó un suspiro y pensó en hacer más preguntas o tal vez si lo mejor era abrazarlo, pero al ver como el joven luchaba por no tocar el tema y contener sus lágrimas decidió dejar de lado el tema por el momento.

El joven llevaba mirada triste, pero sacudió su cabeza e intentó continuar como si nada le estuviera causando dolor – ¿Sabes? Pienso abrir un gafete de abogado. Lo llamaré Leeteuk!- alargó la frase final y simuló aplausos.

-jajajajja ¿de dónde sacaste ese nombre? - Su amigo enseguida mostró entusiasmo y con una sonrisa lo instó a seguir explayandose.

- Quería que fuera especial, único y angelical, como tu servidor- llevó ambas manos cerca de sus mejillas fingiendo inocencia y ternura. Lo que provocó las carcajadas de ambos. Sus risas resonaban en la cómoda oficina, comenzaron siendo muy sonoras y luego cada vez se escuchaban mñas bajo. 

Pero duraron muy poco. JungSoo se puso serio y volvió su mirada hacia HyukJae. – En realidad vine porque hay algo urgente que debes saber-

Eunhyuk ya se lo imaginaba, si su joven amigo estaba allí a pesar de su mal momento no era para reir y bromear solamente, seguramente tenía algo entre manos. Algo muy importante que decir. Así que rodeo el escritorio colocándose detras de el. 

Corazón Salvaje [EunHae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora