Capítulo 16

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          El equipo se encontraba fuera de la habitación de la niña, todos estaban muy agotados, por alguna razón no podían acabar con este demonio dentro de la pequeña Tatiana. Dentro de la habitación, éste sonreía de forma macabra, al parecer tenía un plan. Los gemelos y Gloria se sentían frustrados al no saber qué hacer.

- Debemos volver ahí dentro. – Dijo David, agitado, agachado con las manos en las rodillas.

- ¿Estás loco o eres suicida? – Le respondió su hermana, quien trataba de recuperarse sentada al borde de la puerta de la habitación de donde acababan de huir. Necros la volteó a ver con una mirada irónica. – Lo siento... - Dijo ella dirigiéndose a Necros.

- ¿Cuál es el plan ahora? – Interrumpió Gloria acercándose a Necros y colocando la mano sobre su hombro.

- No lo sé. – Respondió Necros. Gloria le miraba, tenía algo diferente, no alzaba la mirada y la centraba directo en sus ojos para hablarle como de costumbre, ni siquiera levantaba la cara, como si estuviera evitándola.

De pronto todo comienza a temblar, todos en la casa de Javier se estremecieron, esta se movía tan fuerte que los cuadros se caían de la pared, el florero de la mesa se movió hasta llegar al suelo quebrándose en mil pedazos, las puertas crujían, el sismo era cada vez más intenso. - ¡Terremoto! – Grita David espantado.

- No. - Responde Gloria quien volteaba a ver de un lado a otro moviendo su cabeza con movimientos muy rápidos.

En ese instante David trató de correr, pero su amigo exorcista lo detuvo de inmediato. - Cálmate niño. – Le dice Necros.

– Esto es algo peor... Un demonio enfurecido... - Vuelve a decir Gloria empuñando su espada con la mano derecha.

- ¿Estas segura? – Le pregunta Estela.

- No se equivoca. – Responde Necros. – Solo un demonio es capaz de esas cosas. – Levanta la vista al techo. Pequeños trozos del mismo caían en su rostro. Baja la mirada de vuelta a los niños. – Y por lo visto estamos frente a uno muy fuerte y está muy enfadado. –

La niña trató de mantener la calma, pero nunca bajó la guardia. - De acuerdo... Solo hay algo que hacer... En estos casos... - Dijo Estela viendo sus posibles rutas de escape.

-¡Correeeeer! – Grita David e intenta salir corriendo nuevamente, pero Necros le detiene tomándole por el cuello de la camisa por segunda vez.

- Contrólate niño. – Le dice Necros mientras tira fuerte de su camisa. - ¿Qué acaso aun dudan de con quién están? – De pronto el suelo comienza a caerse. En ese momento Necros cambió de parecer. – esto no es normal... ¡Corran! ¡Rápido! ¡Todos a esa habitación! – Todos entran a la habitación que señala Necros. Dentro está todo oscuro. Estela encuentra el encendedor de la luz y no tarda en accionarlo. – Hemos desatado su ira... Al fin... - Dice Necros con una sonrisa en el rostro. Todos voltean a verle con rostros llenos de furia.

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Brenda y Ricardo se encontraban en la planta baja de la casa, esperaban impacientes tener alguna noticia del equipo o de la pequeña Tatiana. Brenda no paraba de caminar de un lado a otro frente a la puerta de la sala de estar, mientras Ricardo esperaba sentado en el sofá. Seguía a Brenda con la mirada, de pronto las luces se apagaron tras un estruendo que sacudió todo el vecindario.

- ¿Qué es eso? – Pregunta Brenda después del fuerte estruendo, volteando a su lado para buscar al médico. - ¿Doctor?... ¿Dónde está?... – Buscaba de un lado a otro. El doctor simplemente había desaparecido al quedarse la casa sin energía eléctrica.

Las crónicas de NecrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora