Capítulo 19

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          Se escuchó otro estruendo que sacudió toda la casa. Esta vez las luces parpadearon. Todos buscaron de donde sostenerse para mantenerse de pie, usaban las paredes y mesas como apoyo para no caerse, David intentaba rescatar un florero, a punto de caer de una mesa frente a un gran espejo, lo tomaba a prisa en sus manos mientras todos le veían. El temblor cesó, entonces Necros entró a la habitación de la niña seguida de los demás miembros de su equipo, David dejaba el florero de vuelta en la mesa, se vio frente al espejo, arregló su cabello y corría mientras se incorporaba a un lado de su hermana. Estaba oscuro nuevamente, se sentía un frio ártico que recorría el cuerpo de todos, los paralizaba, los hacia más lentos. Necros estaba decidido a acabar con la niña, entonces seguía adelante.

La niña los ve entrar, todos entraban tratando de no ser percibidos, sigilosos, y muy despacio, pero fue inútil, y en seguida intenta distraer al equipo para poder continuar con su plan. - Veo que has vuelto exorcista. – Dijo la niña dirigiéndose a Necros.

- Y yo veo que tú insistes en otorgarme ese asqueroso e insignificante título de exorcista. – Le respondió Necros quien caminaba hacia ella con las manos empuñadas. No le gustaba que le llamasen exorcista, pues no era su intensión permanecer mucho tiempo haciendo el trabajo sucio de Mikael, él solamente quería su vida de vuelta.

- Tú te encargas de devolver a mis amigos a casa. – Le dijo la niña haciendo un ademán. - ¿Entonces cómo quieres que te llame? – Decía sarcásticamente mientras sonreía al ver como Necros intentaba llegar a ella, tambaleándose mientras caminaba, junto con todo el equipo detrás de él.

Necros le sonrió al ver como el demonio seguía la conversación, justo como estaba planeado. – Considérame, un medio, un puente, para devolver tu trasero con tu papi Luci. – Le dijo él mientras se acercaba a la cama. – Tarde o temprano estarás débil y todo esto acabará. – El exorcista trataba de acercarse a la niña sin que esta lo notara, caminaba en círculos, pegado a las paredes, intentaba hacerlo parecer como si estuviera a la defensiva, pero conforme se movía, se acercaba un poco más a la cama.

- Ja ja ja...- Mofó la niña. – ¿Qué acaso no te has dado cuenta que mientras más permanezco en la casa, más fuerte me vuelvo? – Le preguntó la niña a Necros mientras se sentaba en la cama.

Los niños volteaban a todas partes viendo la casa, entonces se dieron cuenta que entre más tiempo pasaba la niña en la casa, esta cambiaba su aspecto y el demonio se hacía más fuerte. - Pudimos haberlo notado. – Dijo David interponiéndose entre ellos. La casa se veía más tétrica y podían verse las paredes mohosas y viejas, corroídas.

- Eso no importa. – Dijo Gloria molesta, rechinando sus dientes, al punto de casi quebrar unos con otros. – Yo creo que la única forma de acabar con esto es matar a la niña. – Sostenía fuerte la dorada empuñadura de su espada.

Necros tomaba las manos de la hibrido tratando de detenerla. - Hay otras alternativas. – Le dijo mientras bajaba las manos de Gloria que empuñaban su espada frente al rostro del demonio. – Te recuerdo que la niña es un hibrido, por lo tanto existe una parte humana dentro de ella. – Dijo mientras volteaba a ver a la niña. – Y mientras pueda salvarle, no le mataré. – La niña sonreía ante la reacción de Necros, pensaba que aquel hombre la había salvado de un final trágico.

- Allá tú. – Respondió Gloria. – Pero cuando nos mate a todos... - Quitaba la mano de la dorada empuñadura, sin bajar la guardia. Con la otra mano guardaba su espada de vuelta a su espalda. – Solo te recuerdo que... - Veía al exorcista angustiada.

- Lo sé. – Interrumpió Necros. – No tienes que repetírmelo a cada momento. – Le lanzó una mirada molesta a la híbrido.

- Yo estoy de acuerdo con la hibrido ángel... - Dijo Estela que sintió de repente la mirada de Gloria sobre ella. – Perdón... Con Gloria. – Repuso un poco avergonzada.

La hibrido suspiró cerrando los ojos. - No importa. – Dijo Gloria con un ademán. La niña asintió con la cabeza y le sonrió a Gloria en señal de aceptación. Estela asintió con la cabeza, aunque se sentía muy apenada.

- Eso no importa ahora. – El exorcista las vio a ambas interrumpiendo el incómodo momento. - Creo que aun puedo salvarle. – Dijo Necros, a pesar de todo, creo que todos merecemos una segunda oportunidad, - dijo viendo a la niña. – Y si a mí me otorgaron ese privilegio, ¿Por qué he denegárselo a una pobre alma inocente? Además tú eres mitad ángel, creo que no deberías pensar desea forma. – Reprendió a Gloria quien en seguida se sintió avergonzada ante las palabras de Necros.

La niña interrumpió la discusión. - Ejém... - Dijo el demonio. – Les recuerdo que sigo aquí. – Sus ojos se dirigían a Necros. – Entonces. – Dijo. – Exorcista, ¿No me digas que todavía lo quieres intentar? Deberías escuchar a tu noviecita, ella es sensata. Matarme sería una buena opción. – Sonreía al ver como el equipo discutía.

- Escúchala, - Le dijo Estela acercándose a Necros. – Es una petición que el mismo demonio te hace. – Tomaba la mano del exorcista.

- Yo pienso que si quiere morir, podemos concederle ese último deseo al engendro. - Dijo David acercándose a su hermana.

- No. – Repuso Necros. Gloria lo observaba de reojo, suspiraba. – Es un alma, puedo salvarla. – Veía al demonio, tal vez sabía lo que tramaba y por eso persuadía a los demás de dejarlo con vida.

Todo el equipo dirigió su mirada al exorcista. - No existe alma dentro de ella. – Le dijo Estela.

David lo ve enojado. - ¿Qué no ves? – Le dijo a Necros. – Es un jodido hibrido. – Decía alterado.

- Escucha a tus amigos. – Decía el demonio. – Ellos saben lo que dicen exorcista. -

- No lo acepto. – Dijo Necros. Se le escuchaba calmado a pesar de la presión que los demás ejercían sobre él.

- ¡Entonces sufre las consecuencias! – Gritó el demonio. Necros abrió los ojos delante del demonio. Entonces se escuchó un grito espantoso, como de una niña. Todos caían al suelo sus vistas se nublaban. De repente todos quedaron tirados en el suelo.

Las crónicas de NecrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora