El gran banquete: Dos encuentros inesperados

43 2 0
                                    

Cantaba la hermosa doncella, su hermosa voz inundaba el vacío de aquel salón, lograba mantener a los invitados callados, disfrutando de aquel banquete en honor del Príncipe, disfrutando de tan hermosa música… Ahí, canta la hermosa doncella, la hija del bosque, canta con dulzura, con delicadeza y con pasión.

Mira hacia la mesa de los amigos del Príncipe y lo que ve la deja casi sin voz para seguir cantando…

Ahí entre los invitados del Príncipe está aquel caballero, aquel hombre que viene a buscar, al fin lo ha encontrado, ahí entre aquellos que disfrutan de los exquisitos manjares del palacio, ahí está el hombre, el macho, el varón, el caballero, el guerrero por quien ha arriesgado su vida en más de una ocasión y justo a su derecha… oh ¿desilusión?, ¿confusión?, ¿desesperación?, junto a aquel hombre que la intriga, esta aquel caballero que apenas unos días en la aldea la intimidaba, está ahí el otro hombre que parecía vigilarla, que parecía cazarla… confundida, ilusionada, aterrada, emocionada, asustada… ahí… está cantando la hermosa chica que no puede evitar sentirse insegura y al mismo tiempo esperanzada, canta sin cesar, canta casi sin aliento, se asfixia en cada respirar, se ahoga en su propio canto y vuelve a comenzar…

Ninfa Celtica: La AldeaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora