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Aiden

Esperé con paciencia que el ascensor se abriera, puse mis manos sobre mi boca soplando para dar un poco de calor, afuera estaba helado, la tormenta apenas había iniciado. El ascensor se abrió y yo entré, oprimí la clave de mi piso. Me vi en el espejo mientras subía, en el piso 4 hizo una parada. La señora Evans subió.

—Buenas noches.

—Buenas noches. —contesté con una sonrisa. Ella oprimió otro botón y yo volví la vista al espejo, vi mi cabello goteando, y mis zapatos con un poco de lodo por las orillas.

—¿Te ha golpeado la tormenta? —Preguntó ella acomodando sus lentes.

—Sí, es más fuerte de lo que pensé —El ascensor marcó el piso 7 y las puertas se abrieron. —Si va a salir abríguese bien.

Ella asintió y las puertas se cerraron detrás de mí. Fui hasta mi departamento y abrí la puerta, me quité el saco en seguida, necesitaba un baño caliente.

—¿Aiden? —Escuché una voz saliendo de la cocina. —Dios, te vas a enfermar —Dijo ella sujetando mi saco.

—Lo sé, la tormenta calló casi al terminar el entierro, el paraguas no sirvió de mucho —Dije aventándolo ya descompuesto a la esquina de la puerta.

—¿Cómo estuvo? —Volvió a la cocina

—Se intentó que fuera algo emotivo, como Gerald lo hubiera querido, pero... —Dije recordando el momento en el que Blake me dio la noticia.

—¿Ella volvió?

Asentí mientras me quité los zapatos y calcetines.

—¿Se va a quedar? — Salió con una taza de Té en sus manos, me miró por un momento.

—No sé, no hablé mucho con ella.

Agachó la mirada y caminó hacia el sofá, dio un sorbo a la taza.

—Olivia, mi amor —Dije caminando hacia ella —Si se queda no importa —Acaricié su rostro —No soy el mismo chico de hace años, cuando volvimos te dejé en claro que lo que sentía por ella había desaparecido. Hoy estoy haciendo las cosas bien, contigo —Le di un beso en la frente mientras ella asintió. —Me daré una ducha —dije caminando hacia la habitación.

El vapor me envolvía dentro de la regadera, sentía como el agua quemaba hasta cierto punto mi piel, pasé mis manos por mi cabello, volví la vista a puerta transparente que a pesar de que estaba empañada pude ver como unas piernas se acercaban a la puerta de vidrio.

—¿Hay espacio para mí? —Me sonrió de forma coqueta, Olivia tenía puesto solo una bata de baño.

Sonreí, le hice una seña con la cabeza de que entrara, dejó caer la bata y se adentró a la regadera, nos miramos por un momento, veía como su cabello se mojaba por completo, en un segundo puso su mano detrás de mi nunca y me compactó en un beso.

Alex

—¿Estás segura de que te quieres quedar aquí? Sabes que en mi casa habitaciones son las que sobran —Tyler recién se había aparcado fuera de la casa de mi padre.

—Está bien, ya extrañaba este lugar —Volví la vista hacia el jardín, el parabrisas del auto estaba encendido, pero no servía de mucho, estaba lloviendo como nunca. —Tal vez sería bueno que pasaras la noche aquí, está muy feo el camino para que manejes. Él vio un momento.

—Tienes razón, batallamos mucho para llegar hasta aquí, le hablaré a Emily — Recordé que ella se tuvo que ir momentos antes en el funeral porque los niños estaban muy inquietos.

Volver a tiWhere stories live. Discover now