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La puerta del baño se abre de golpe, Alex sale y mira la escena, no se lo esperaba y para ser sincero yo tampoco, hace apenas dos minutos estaba sentado en mi auto y ahora un objeto punzocortante está encajándose en mi cuello. Su rostro se desencaja cuando su mirada para en la navaja.

—Por favor —Dijo poniendo las manos por enfrente en simbología de tranquilizar al tipo. —No haga algo de lo que se pueda arrepentir, no se que está pasando, pero estoy segura que es un mal entendido.

—¡Que lo sueltes! —Dijo encajando más la navaja ignorando lo que Alex le dijo, sentí algo escurrir por mi cuello.

Lo solté y levanté las manos despacio, mi respiración estaba entrecortada. El tipo comenzó a toser en reacción a la falta de aire. Intentó levantarse, pero volvió a caer sentado. En este momento debe sentir mareo. Puso su mano en el cuello, y sus ojos se clavaron en mi llenos de odio.

—Ok todo bien —Dije con ambas manos arriba.

Hubo un silencio, miré a Alex esperando que me entendiera que debería salir de aquí, pero conociéndola sabía que eso no sucedería.

—Córtale el cuello —Fue lo primero que el tipo dijo al recobrar la postura.

—¡No, no! —Alex intervino llamando la atención. —Nos iremos, no diremos nada, aquí no ha pasado nada.

Escuché una risita de burla detrás de mi —Mira niña —Sentí como el filo de la navaja se alejaba de mi cuello donde ahora apuntaba a Alex. —El problema no es contigo.

Sin verlo venir, sentí un puño encajarse en mis costillas. Me doblegué ante la situación. Escuché el azote de una lámina.

—¡Aiden! —Volví la vista al escuchar mi nombre, Alex estampó su puño en la cara en Carlos. Me incorporé asimilando lo que acababa de suceder. En un movimiento el tipo de amarillo intentó ir por la navaja que estaba en el piso a un lado de ella. Lo empujé de nuevo tomándolo por el cuello hasta ponerlo contra la pared.

—Vámonos de aquí —Dije tomando a Alex de la mano antes de que ellos pudieran levantarse. Alex se agachó y tomó la navaja. Apenas entré al auto lo puse en marcha y salimos de ahí. Miré por el retrovisor para asegurarme que no nos siguieran.

—¡¿Me puedes explicar que mierda fue eso?! —Alex gritó de manera histérica.

—Tu explícame que fue eso — Dije pasando mi mano por el cuello, la herida no era profunda y para mi suerte no estaba sangrando, al contrario la poca sangre que había salido ya estaba seca.

—¿Yo? ¿Explicarte? ¡Demonios Aiden!, no puedo ni siquiera ir al baño a gusto cuando más tardo en salir conque... ¡joder me asuste! —Puso su mano en el pecho. Me miró por un momento, lo noté mientras la miraba de reojo. —¿Estas bien? —Estiró su mano y en seguida sentí su contacto en mi piel, pasó su dedo por la herida de mi cuello. Por inercia me llevé la mano haciendo que ella la retirara bruscamente.

—Sí, ¿tú estás bien?

Asintió —¿Por qué fue todo eso? ¿Qué demonios les hiciste para llegar a eso?

Abrí la boca para decir algo, luego pensé en la situación, las imágenes del tipo viéndola por la ventana vinieron a mi mente y descarté en un segundo decírselo. Lo que menos quiero es que sienta algún tipo de abuso.

—Ellos me echaron bronca.

—¿Y? ¿y ya? ¿Por eso te expusiste de tal manera? No puedo creerlo ¿Desde cuando eres tan fácil de hacer encabronar?

—No necesito sermones Alex, yo sé cómo llevar mis asuntos.

Ella abrió la boca con indignación ante mi respuesta —Claro que sí, puedes llevarlos como te de tu jodida gana, pero lejos de mí. No sabes como me sentí al ver que... —Ella se quedó callada, dejó de mirarme para ver por la ventana —Al ver que estábamos en peligro.

Volver a tiWhere stories live. Discover now