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Aiden

Teclee en la computadora unos datos. Esperé unos segundos y me arrojó la información que estaba buscando. Tocaron la puerta de la oficina y en seguida se abrió. Beck apareció con el café que todas las mañanas traía a la misma hora.

—Su café señor —Dijo poniéndolo sobre el escritorio. Intenté no poner los ojos en blanco, anteriormente le había dicho que me hablara de tu, pues es solo 3 años mas joven que yo. Pero al parecer no se siente a gusto al hablarme de tutearme.

—Gracias —Dije tomando el termo color gris que había comprado en mi último viaje.

—¿Algo más?

—¿Confirmaste la cita de hoy?

—Sí, a las 11 en el restaurante acordado.

—Bien, es todo, gracias.

—Con permiso. —Cerró la puerta detrás. Di un sorbo al café y sentí como calentaba mi garganta, era reconfortante, hoy el clima había amanecido fatal.

Vi la hora en el computador, seguramente Alex debió de abordar el avión hace minutos, claro si es que no se retrasó por el fuerte viento de esta mañana.

Blake me habló temprano para preguntarme si iría a despedirla, creo que mi respuesta no era la que esperaba porque escuché el tono de decepción en su voz. La verdad no le veía el caso, hace años no sabía de ella, la última vez que la vi fue cuando estaba encerrada tras unas rejas y desde ese día me decidí a no volver a buscarla o tener algún contacto con ella. Simplemente lo que sucedió entre nosotros fue un momento de arrebato, y no negaré que hasta cierta forma éramos buenos amigos, pero la vida es así, pone y quita personas a su antojo.

De verdad sentí mucho su pérdida, de igual forma Tyler ha sido un buen amigo mío desde la primera vez que lo conocí hasta ahora y a pesar de todo lo que pasó con Alex, nosotros nunca tuvimos problema alguno, al contrario, ese fue un tema que nunca volvimos a tocar. Gerald se volvió una persona recurrente en mi vida por una u otra cosa, si no era por trabajo, lo veía seguido por eventos o parilladas que él hacía donde Blake también con el tiempo se volvió un buen amigo de él. Es trágico lo que sucedió pues no se le desea a nadie una pérdida así.

Debo admitir para mis adentros que me da gusto que Alex tenga su vida resuelta y no sea aquella chica loca que conocí. Aquella chica que iba perdida sin rumbo, que si bien nunca fue una mala persona, necesitaba sanar tantas heridas que al final terminaron consumiéndola. Vino a mi mente la primera vez que la vi y con toda la intención le tiré un balde de agua lleno, justo con el que estaba sacando el agua que se había metido a la habitación.

—¿Por qué tan sonriente? —La voz de Matt me sobresaltó. No me di cuenta cuando entró a la oficina por estar metido en mis pensamientos. Sentí como forcé mi rostro a volver a una expresión seria ¿Cuándo demonios comencé a sonreír como estúpido frente a un monitor?

—¿Qué quieres? —Dije tomando un sorbo de nuevo.

El me guiñó un ojo —Números papá —Aventó unas hojas sobre el escritorio, levanté las cejas y los tomé para leerlos.

—Son el doble que el trimestre pasado —Dije verificando que no estaba leyendo mal el reporte.

—A este paso, seremos millonarios —Soltó una carcajada levantando los brazos.

—¿Seremos? —Dije viéndolo fijamente.

—Bueno el dueño de todo esto, y con ello viene el aumento de sueldo ¿no?

—Mándame unas copias de esto al correo por favor —Dije regresándole los reportes.

—¿Crees que me promuevan? —De verdad el tipo se veía ilusionado.

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