Detroit.

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♤josh♤

La estación de tren de Chicago estaba igual de concurrida que siempre, incluso más por el hecho de que el verano había comenzado y la gente se iba de viaje.

El joven de cabello azul se aferró a su mochila y subió el volumen de la canción que se reproducía en sus auriculares mientras le mostraba su boleto al hombre frente a él. Una vez en el tren soltó un largo suspiro, no entendía por qué demonios estaba tan nervioso.

No era la primera vez que escapaba a Detroit.

Su celular marcaba ochenta y tres porciento de batería, lo que sería más que suficiente para las casi cinco horas de viaje que le esperaban. Estaba en modo no molestar, así que los mensajes de sus amigos no estarían para hacerlo sentir culpable de no avisar que planeaba irse otra vez.

Por otro lado, para cuando sus padres se dieran cuenta de su ausencia probablemente ya estaría demasiado lejos. Pero a ellos no les importaba.

Estaba camino a buscar a su hermano, Jordan, quien había abandonado su casa hacía dos años al grito de:

"Y si les importa lo que haga con mi vida, ¡busquenme! De todas formas no lo harán."

Estaba completamente en lo correcto, Laura y Bill no se habían preocupado ni un segundo de su hijo mayor, parecía que hasta habían suprimido su recuerdo. Pero era obvio que lo harían, si lo odiaban, a él y a Josh. Era lo malo de ser hijos no planeados, accidentales, errores de una noche mágica.

Hasta ellos a veces llegaban a pensar que hubiera sido mucho mejor que su madre decidiera no tenerlos.

Sus padres se amaban entre ellos, claro que lo hacían, pero nunca habían querido tener hijos, aquellos dos chicos habían arruinado su perfecta vida. Habían intentado criar a Jordan, pero cuando este tenía solo cuatro años la mujer quedó embarazada nuevamente.

Y con la llegada de Joshua todo se fue al diablo.

Pero bueno, al menos se tenían mutuamente. Porque Jordan nunca abandonaría a su hermanito menor.

Hacía una semana había sido la última vez que habían hablado, Josh le había explicado la gran emoción que sentía por estar de nuevo con él. Jordan le aclaró mil y un veces que no era nada seguro poder verse, que su vida era muy inestable en aquella peligrosa zona de Detroit.

De igual forma, allí estaba, iniciando un largo viaje en secreto solo para ver una vez más a la persona que más quería.

(...)

Cinco horas y media después salía de la estación de trenes de Michigan, subiendo a un taxi directo hacía la dirección que tenía anotada en un pequeño papel.

No tardó mucho, eran aproximadamente las cinco de la tarde cuando le pagó al chofer y estuvo solo en medio de los barrios bajos de Detroit. Ingresó al edificio que coincidia con la dirección y comenzó a buscar el departamento número veinticuatro.

El estado del lugar era desastroso, la humedad y la pintura arruinada en las paredes le daba un aspecto abandonado. Detestaba la idea de que ese era el día a día de su hermano, y temía que fuera el suyo en un futuro.

Llegó a la puerta número veinticuatro, golpeó y esperó.

Pero no hubo respuesta.

Frunció el ceño y tomó su celular a punto de llamar a su hermano pero recordó las palabras que le había dicho. Robaron su celular hace un mes, por eso lo llamaba desde teléfonos públicos.

Estúpido Jordan.

Tal vez había salido por algo, por lo que Josh decidió que volvería más tarde luego de encontrar algún lugar para comer.

[Teen Idle] brallon/joshlerWhere stories live. Discover now