Blue house.

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◇dallon◇

A pesar de ser casi las siete de la tarde, el cielo seguía iluminado como si fuera pleno día. Era una de las cosas menos favoritas del chico sobre el verano, noches más cortas.

Había llegado a su casa hacía dos horas luego de haber dejado a Tyler en la suya. Y ahora estaba en su habitación revisando los mensajes en su celular, encontró uno de Brendon y se incorporó con el ceño fruncido. El mensaje era de las seis de la mañana por lo que a esta hora debería estar de nuevo en Chicago, salió del cuarto y se encontró a su madre en las escaleras.

-Mamá, voy a salir de nuevo.-Avisó caminando hacia la puerta, pero la mujer lo frenó.

-Alto ahí, jovencito.-Dijo intentando ser autoritaria, a lo que su hijo la miro sonriendo y con una ceja alzada.-Avisame si vuelves a pasar la noche fuera, Dall.

-Supongo que volveré para dormir, tranquila.-Besó su mejilla y la señora Jackson sacudió el cabello de su hijo con cariño antes de verlo salir.

Anne Margaret Jackson era la madre adoptiva de Dallon, desde hacía unos largos siete años. Aún lo cuidaba como si se tratara de un niño de diez años que necesitaba que lo arroparan para dormir y lo abrazaran luego de sus pesadillas. Su novio, Frederick, se había adaptado al papel de "padre" en los últimos dos años pero, aún así, no era tan cercano con el castaño como lo era la mujer.

La vida de Dallon antes de ser Dallon James Weekes 'Jackson' no era un tema de conversación.

Nadie sabía y nadie preguntaba, por suerte. El adolescente estaba bien así, con su vida actual.

Tomó su bicicleta y se puso en camino a la casa azul. Era un nombre estúpido según él, pero sus amigos la habían nombrado así como si fuera un refugio.

El azul es asociado a la tristeza, y al ser las paredes de la pequeña sala de la casa de este color, ellos decían que todo lo malo se quedaba fuera.

Era su lugar, los cuatro acudían ahí cuando necesitaban un escape, como Tyler el día anterior.

En teoría, se trataba de una casa que no se había intentado vender en años, por lo que no había nada de malo en que fuera su punto de reunión. Ya fuera para luego de una de las terapias de Dallon, uno de los castigos de Tyler, una mala noche de Brendon o una decaída de Josh.

Llegó cansado a la casa y dejó su bicicleta en la parte de atrás, notando el auto de Brendon en la calle. Quitó el sudor de su frente y maldijo nuevamente las altas temperaturas del verano, que no lo dejaban usar sus sueteres tranquilo.

Debería comenzar a usar incómodos brazaletes.

Abrió la puerta, ingresó quitandose su sueter para dejarlo en el desayunador, quedandose solo con su ligera camiseta.

-¡Brend, llegué!-Gritó y unos segundos después su amigo bajaba las escaleras con una sonrisa.-Hola, ¿qué tal Detroit?

-Estuve allí como diez minutos.-Se encogió de hombros.-Y en realidad estuvo bastante interesante.

El más alto asintió esperando a que hablara y se acercó a un cajón para sacar un paquete de papitas antes de ponerse cómodo.

-Josh no encontró a su hermano pero encontró a alguien más.-Explicó sentandose junto a Weekes.-Una niña.

-¿Jordan tuvo una hija?-Preguntó bastante asombrado causando una risa en el menor.

-No, tonto. Aunque... algo así.-Frunció el ceño antes de comenzarle a contar lo que sabía de la historia.

[Teen Idle] brallon/joshlerWhere stories live. Discover now