Shopping.

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♤josh♤

El frapuccino del starbucks y los brownies que Brendon había comprado eran una bendición para el chico que desayunaba en ese momento. Sí, desayunaba a las doce del mediodía pero ¿qué más daba?

Vio en silencio como la niña reía de las bromas de su amigo, estaba seguro de que Urie tenía ese encanto, le agradaba a todo el mundo. Las nubes comenzaban a cubrir el cielo y una brisa ligera movía los cabellos de los tres, quienes seguían sentados en el medio del jardín.

-Buenas tardes.-Dijo una voz conocida haciendo que todos voltearan a verlo, finalmente le sonrieron a Dallon.

-Hola, Dall.-Brendon respondió mirandolo con atención, observando como el más alto acomodaba su bicicleta.-¿Todo bien?

Ante la mirada del castaño, Josh decidió dejar a ambos solos haciendole una seña a Sophie para que fueran dentro. La niña lo siguió y el tintado tomó asiento en el desayunador.

-¿No debes ir a tu casa?-Cuestionó ella rompiendo el silencio, el mayor se encogió de hombros.

Claro que debía, cada segundo que pasaba fuera de aquel lugar podía ser un año más castigado. Pero solo si sus padres lo descubrían. Cosa que todos sabían que era practicamente imposible.

Al verla fruncir sus labios mientras se subía a su lado, luego de ayudarla, Dun la empujó suavemente con una sonrisa.

-Creo que este es más mi hogar que la casa donde están mis padres.-Confesó él bastante sincero.-Y no le veo nada de malo, tu familia de sangre no es siempre sinónimo de hogar.

-Por momentos siento que extraño a mi padre.-Murmuró con su dulce voz ganando que el otro frunciera el ceño.

-¿Y lo haces?

-No creo que haya nada que pueda extrañar realmente. ¿Extrañar gritos, desorden, amenazas y miedo?-Respondió igual de confundida.

-Debe ser la costumbre, estabas acostumbrada a tu estilo de vida.-La menor asintió ante las palabras moviendo sus pies.

-Podría acostumbrarme a esto.

Los dos sonrieron y Josh la abrazó por los hombros. No era sorprendente que comprendiera un poco, pero era triste. Saber que al rededor del mundo hay millones de malas historias además de las pocas que él conocía, era muy triste. Pero era reconfortante saber que podía ayudar un poco.

-¡De acuerdo, pequeños!-Habló Brendon entrando con el ojiazul detrás de él.-Tenemos planes para hoy, ¿no, Soph?

-Brendon dijo que iremos de compras.-Aclaró la niña ante las miradas interrogantes de Dallon y Josh.

-Quiero ir a mi casa, por unos minutos, para evitar problemas.-Dijo el peli-azul poniendose de pie.-Puedo alcanzarlos en el centro comercial, ¿les parece?

Sophie asintió, pero los otros dos jovenes lo miraron no muy convencidos. Josh rodó sus ojos y suspiró caminando hacia la puerta antes de volver a hablar.

-Agh, está bien, vamos todos.

-Todos para uno y uno para todos.-Bromeó el azabache palmeando su hombro y abriendo la puerta, frenando antes de salir.-Demonios, llueve.

-Tenemos un paraguas aquí.-Avisó el chico de ojos rasgados caminando para tomar el objeto de un estante antes de echarle un vistazo a la castaña.-Pero lo último que queremos es que la niña se enferme.

-Tengo una chaqueta en mi mochila, ya vuelvo.-Corrió escaleras arriba hacia la habitación.

Los tres adolescentes quedaron en silencio.

-Y... ¿todo bien allá afuera?-Preguntó Josh.

-Si, nada grave.-Sonrió Dallon ante la preocupación de su amigo.-Tal vez luego te ponga al tanto.

-Lo escucharía con gusto, caballero.-Hizo una reverencia y rieron mientras la más pequeña regresaba usando una chaqueta impermeable.-De acuerdo, vamos.

(...)

-¿Si caes de así de alto puedes romperte un hueso?-Susurró Sophie luego de que Dallon ayudara al tintado a subir al arbol.

-Nah.-Respondió antes de analizar la altura y palidecer un poco, nunca antes lo había pensado.-Tal vez, pero no va a pasar, practica.

Les hizo un ademán a sus amigos indicandoles que lo esperaran e ingresó por la ventana de su habitación. Observó como todo parecía seguir intacto, dejo su mochila en el suelo y suspiró. Miro el reloj en su escritorio y decidió que podía tomar una rapida ducha, tomó unos jeans y una camiseta al azar antes de meterse al baño.

Menos de diez minutos después, secó un poco su cabello con una toalla, aunque luego se mojaría otra vez y salió de la habitación con su chaqueta de cuero puesta. Lo único que se oía era el murmullo de una televisión y risas divertidas. Se sentía un intruso en su propia casa, y era un sentimiento tan familiar en él.

-¿Mamá? ¿papá?-Llamó desde la puerta de la sala, viendolos a ambos en el sofá.

-¿Ah? ¿William?-Laura volteó a verlo por un segundo.-¿Regresaste de la escuela?

Frunció el ceño y suprimió un grito de frustración, solo suspiró. ¿La escuela? ¿Siquiera sabía que había terminado el ciclo escolar hacía más de dos semanas?

-Voy a salir.-Soltó tomando las llaves y su padre lo miro de reojo antes de encogerse de hombros.-No se preocupen, regresaré temprano.

Ninguno de los adultos reaccionó al tono sarcástico de su hijo, volvieron a su burbuja. Josh salió de la casa rapidamente y lo primero que hizo fue golpear el poste más cercano, soltando un quejido luego. La lluvia comenzó a mojarlo.

-Woah, ¿qué ocurrió?-Dallon lo tomó por el hombro en un intento de calmarlo.

-Me preguntó si había regresado de la escuela.-Respondió aún sin creerlo.-¡De la escuela! En vacaciones de verano, luego de que haya firmado todas mis calificaciones aprobadas.

-Amigo, a veces me pregunto como tú naciste producto de la mezcla de los genes de esos dos seres.-Comentó Brendon genuinamente confundido con su vista en el suelo antes de negar y mirar a Josh.-Pero, bueno, ¿qué se le va a hacer?

-Emanciparme.-Se encogió de hombros y miró la hora en su celular, los cuatro comenzaron a caminar, Brendon debajo del paraguas con Sophie cerca de él y los otros dos despreocupados del agua que caía del cielo.-Nah, es lo mismo que la vida que tengo ahora, solo que sin la comida gratis del refrigerador de Laura y Bill.

-Touché.-Murmuró Weekes, alzando una ceja luego.-¿A dónde estamos yendo?

-Tyler no responde hace un día y quiero asegurarme de que está vivo.

Ninguno cuestionó nada, y caminaron en silencio por cinco minutos antes de llegar a una gran casa. Josh tragó saliva antes de tocar el timbre con sus amigos y la niña detrás de él. Unos segundos después una terrorifica y elegante anciana les abrió la puerta, inspeccionó de arriba a abajo a cada uno de los chicos.

-Joshua.-Habló con su molesto tono de voz, era una señora mayor bien parecida, miraba de manera tan despectiva a aquellos jovenes.

-Señora Joseph.-Respondió él escondiendo su nerviosismo.

-Ya entiendo las actitudes de mi nieto, si se junta con muchachos como ustedes.-Escupió acomodando sus gafas dandole otra mirada a Dun.

-Veníamos a ver a Tyler, o a preguntar por él, al menos.-Explicó Brendon obviando el comentario de la mujer.

-Robert no va a verlos ni a salir de casa, gracias a Dios ese chiquillo malcriado se queda aquí de vez en cuando.-Dio unos pasos hacia atrás para comenzar a cerrar la puerta.-Si me disculpan...

-¡Espere!-La detuvo Josh.-¿Por qué? ¿Está bien? ¿Está enfermo?

-Está castigado.-Sentenció antes de cerrar la puerta con fuerza, haciendo que el tintado retrocediera.

Los cuatro se miraron mutuamente, Dun tenía un mal presentimiento pero no podían hacer nada.

-Bueno, vamos de compras.

[Teen Idle] brallon/joshlerWhere stories live. Discover now