♧brendon♧
Los raspones en sus rodillas le molestaban pero igual se vistió y salió a escondidas de su casa, era de noche y se suponía que al día siguiente Anne y Frederick regresarían de Los Angeles. Mentiría si dijera que no le pareció raro como la mujer pospuso tanto el día de su regreso, e incluso estaba hasta preocupado por ella.
De todos modos, en ese momento, luego de oír a su padre chocar contra cosas e ingresar a la casa a los gritos antes de encerrarse en su habitación, había decidido pasar la noche con Dallon.
Sabía que aunque el ojiazul no lo dijera, sentía demasiado la ausencia de su madre. Y lo entendía, estaba al tanto de lo cercanos que eran Anne y Dallon, desde sus noches de películas hasta sus bromas internas. Era una hermosa relación madre e hijo, que él también tuvo con su ya difunta madre.
Llegó a la casa y golpeó la puerta con entusiasmo, lo recibió un cansado y despeinado Weekes. Le sonrió con dulzura y este lo miró de costado como si de un cachorrito se tratase, dando así una imagen demasiado tierna para el azabache.
-Hola.-Murmuró sin borrar su sonrisa, y el más alto correspondió con cariño su saludo antes de dejarlo entrar.-Lo siento, sé que es tarde, no quería molestar... ¿Sophie está dormida?
-Primero, sabes que puedes venir ya sean las cinco de la tarde o las cuatro de la mañana.-Le recordó rodando los ojos con diversión.-Segundo, nunca me molestas, Brenny. Y tercero, sí, Soph se durmió hace rato.
Brendon asintió y tomó asiento en el sofá, mirando el reloj en la pared que marcaba las dos de la madrugada. Bajó la vista un poco pero luego volvió a observar al castaño, con ese pequeño toque especial que aún no lograba descubrir qué era.
Había una chispa que se encendía en él cuando estaba con el más alto, podía sentirla en la punta de sus dedos y en la boca de su estómago. Eran como suaves cosquillas que lo hacían querer sonreír.
¡Pero claro que sí! Si Dallon era su mejor amigo y lo quería más que a nada del mundo. ¿Cómo no lo iba a hacer sentir así?
-¿Quieres galletas?-Ofreció Dallon poniendo Netflix en la televisión, él aceptó y cuando el otro se alejó buscó The OC para reproducir el primer capítulo por quinta vez.
-¡Mira que pequeño estaba Ryan!-Comentó apretando sus propias mejillas con emoción.
-Shh, Sophie duerme.-Rió Weekes poniendo el tarro de galletas en la mesa de café y acomodandose junto a Urie.
Brendon tomó una galleta y se acurrucó contra su amigo, haciendo que este sonriera con diversión y lo abrazara de costado.
Terminaron aquel capítulo, ambos seguían completamente despiertos cuando el telefono de la casa sonó y Dallon se acercó a atender frunciendo el ceño.
Fueron un par de segundos en los que estaba calmado y dio a entender que hablaba con Frederick antes de que algo lo hiciera alterarse.
-¿Qué?-Balbuceó, Brendon acercó un poco pero lo miró desde lejos con preocupación.-No puede ser, Fred.
Luego de un silencio el castaño comenzó a temblar y su respiración se aceleró, sus ojos estaban inundados en lágrimas.
-¿Dall?-El azabache no tardó en llegar a su lado.-Dall, ¿qué ocurre?
-No puede ser.-Murmuró y su voz se rompió, comenzó a sollozar.
Brendon lo abrazó y le quitó el telefono de las manos, se apresuró a hablarle al hombre del otro lado de la línea.
-¿Frederick? Soy Brendon, ¿qué ocurrió?-Cuestionó desesperado sintiendo como Dallon temblaba en sus brazos.
-¿Brendon? Por favor cuida de Dallon, Anne lo necesita.-Rogó el adulto, confundiendolo aún más.
-¿Qué ocurrió?
-Uh, se descompensó hace unas horas...-Pausó por unos segundos y el menor solo quería gritarle que hablara de una vez.-Anne está muy enferma, Brendon, no sé si podrá regresar a Chicago.
Urie sintió como su corazón se estrujaba en su pecho.
-¿Qué? ¿Qué es lo que tiene?-Apretó a Dallon más contra él.
-Cancer, siempre lo ha tenido, vinimos aquí a L.A. solo para ver a un doctor... Por favor, cuida a Dallon, es lo más preciado que ella tiene.
-Usted no dude ni un segundo, claro que lo haré.-Aseguró, el movimiento que se oía del otro lado de la línea aumentó.
-Debo irme, dile que lo lamento.
-Lo haré.
Una vez que la llamada terminó, no tenía ni idea de que hacer, Dallon se separó y lo miró a los ojos por unos segundos.
-Sé que es dificil.-Murmuró tomando las temblorosas manos del mayor.
-No...-Volvió a balbucear, respiraba entrecortadamente, cerró sus ojos con fuerza y soltó a Brendon y puso sus manos ambos lados de su propia cabeza.-Ella está bien, yo, no puedo.
-Estará bien, Dall, pero debes ser fuerte.-Tomó otra vez sus manos y las apretó.-Abre los ojos, mirame, respira conmigo, mirame, ¿sí?
(...)
De algún modo, ambos terminaron arrodillados sobre la alfombra de la sala, y Dallon había llorado oceanos en el hombro del más bajo. Ahora solo estaban ahí, en silencio.
-Ven, Dall, vamos a tu habitación.-Sugirió poniendose de pie y ayudando al otro a pararse.
-No quiero dormir.-Reprochó el otro.-Quiero ir a Los Angeles y estar con mi madre.
-Pero no puedes, y ella quiere que descanses bien.
Ambos llegaron al cuarto, y en el camino verificaron que Sophie aún dormía en la habitación de invitados. Al ingresar, Brendon tomó asiento en la cama y palmeó el lugar junto a él indicandole al más alto que lo acompañara.
Tomó una manta fina que estaba ahí y les cubrió las cabezas a ambos.
-¿Qué...?-Preguntó el mayor con una ceja alzada y una media sonrisa cansada.
-Mira, Dall, sé que es díficil.-Repitió una vez más, acariciando la mano del chico con cariño.-Y será díficil, pase lo que pase, si ella vuelve o-
-Ni lo pongas como opción.
-De acuerdo.-Asintió con comprensión.-Pero no te atrevas a pensar que estás solo, ¿sí? Porque yo siempre voy a estar aquí.
Dallon sonrió con un atisbo de tristeza y también asintió antes de hablar.
-¿Y la manta para qué?-Preguntó con curiosidad en su debil voz.
-Es un escondite, nadie va a encontrarte aquí para decirte malas noticias, nadie va a encontrarte para molestarte, nadie va a encontrarte para interrumpir tu tranquilidad.-Explicó con una sonrisa nostálgica.-Es nuestro lugar, es donde quieras que sea.
-Es... ¿Londres?
-Claro que sí.-Rió un poco.
-Y también es Marte.-Siguió el juego, Brendon asintió.-Y es otra galaxia, y es un universo paralelo donde puedo hacer esto.
Dallon tomó el rostro de Urie y lo acercó para besarlo lentamente, con cariño y dulzura. Ambos parecían estar completamente bien con eso, y lo disfrutaban.
El azabache no se puso a pensar ni un segundo en las intenciones de esa acción, sabía que Dallon estaba abrumado y confundido, debía haber sido producto de una rara mezcla de emociones para él.
-¿Un universo paralelo donde los mejores amigos se besan?-Lo miró con ternura cuando se separaron, y el castaño asintió riendo ligeramente ante su pregunta.
-Un universo paralelo donde los mejores amigos se besan, Brenny.-Aseguró, lo empujó con diversión y ambos terminaron acostados en la cama, la cabeza de Dallon sobre el hombro de Brendon.
-Gracias.-Murmuró el ojiazul antes de bostezar.-En serio, gracias por todo.
-Gracias a ti por existir.-Bromeó Brendon entrelazando sus manos.
Y mientras el sol comenzaba a asomarse en el horizonte, ambos cayeron completamente dormidos luego de una larga noche.
n/a: hideaway - grace vanderwaal.
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[Teen Idle] brallon/joshler
Fanfic[ brallon + joshler + ¿parenting? ] Joshua Dun vive con sus padres, los cuales con suerte saben como se llama y lo que hace con su vida. Tyler Joseph está bajo el cuidado de sus abuelos, fanáticos religiosos, necesita ser el nieto perfecto. Brendon...