[Teen Idle] brallon/joshler

Hands.

♧dallon♧

n/a; trigger warning ?? no es muy explicito but be advised, los/as tkm ahre.

Su respiración estaba agitada y se sentía asustado, muy asustado. Sus manos temblaban ligeramente por su reciente "pesadilla". Observó a todos sus amigos durmiendo en el suelo de su habitación y suspiró intentando relajarse.

Pero las imagenes y sensaciones se seguían repitiendo.

Una y otra y otra vez.

Sentía las manos sobre su cuerpo y oía las risitas retumbar en sus oídos.

-Basta, por favor.-Murmuró dejando salir un par de lagrimas, abrazando sus rodillas.

¿Por qué no podía ser un adolescente normal? ¿Tan díficil era eso?

-¿Dall?

La suave voz de Brendon lo hizo reaccionar, y dirigió su mirada al otro sentado con sus oscuros ojos en él. Al ver las mejillas humedas del más alto, el azabache no tardó en acercarse y abrazarlo con fuerza.

Y Dallon sollozó en silencio.

-Tranquilo, todo está bien.-Intentó calmarlo acariciando su cabello, no entendiendo que ocurría.-¿Qué sucedió, dulzura?

-Paralas, por favor, no quiero sentirlo más.-Rogó en un susurro con su voz rota.

-Dall, nadie te hará daño.-Aseguró tomandolo por las mejillas y haciendo que lo mirara a los ojos.-Mira, nadie te hará daño, ¿ok? Nadie lo hará si yo estoy aquí.

Asintió soltando un suspiro y volvió a dejarse abrazar por su mejor amigo. Estaba agradecido de que Urie estuviera ahí para calmarlo, incluso aunque no tuviera una mínima idea de lo que lo atormentaba.

Y no lo podía saber, oh dios, si se enteraba lo vería raro. Lo vería diferente, tal vez hasta le daría asco.

Nadie, nadie podía saberlo, solo Anne lo sabía, solo por el hecho de que su estúpida boca de niño pequeño se lo había dicho hacía años.

-¿Quieres contarme que ocurrió?-Cuestionó el menor cuando se separaron, tomando la libertad de acariciar la mano de Dallon con cariño.

-Una pesadilla.-Dijo concentrandose en el tacto del chico.

Era hermoso como el hecho de escuchar la voz de Brendon y sentir sus caricias lo había calmado.

Era asombroso el hecho de poder sentir cosas lindas cuando el azabache lo acariciaba con sus manos.

Manos.

Todo eran manos a su alrededor. Se alteró y no se le ocurrió otra cosa que gritar, gritar que sacaran a esos adultos de allí.

-¡Papi!-Llamó Dallon, las caricias y besos en su cuello lo incomodaban.-¡Sueltame, le diré a papá!

Los dos hombres frente a él lo ignoraron por completo y pasaron sus manos con más fuerza sobre el cuerpo del niño. La mujer a su lado rodó los ojos y tomó al pequeño Weekes, quien lloraba, alejandolo del otro.

-Suficiente, ahora...

Al ser empujado fuera de la habitación, la puerta se cerró detrás de Dallon y no oyó nada más.

-Dall, ¿estás bien?

Soltó el aire que no sabía que estaba reteniendo y se alejó de Brendon, temblando.