Capítulo 13

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De eso nada señorito Branko. No te creas mejor que el resto. Yo que tú me alejaría de este asunto o tendrás problemas.

Al girar a la derecha veo a Nathan.

- Hola Diana - me dijo en bajo para que nadie escuchara mi nombre.

- ¿Dónde está Daryon?

- Lo estoy buscado. Me digeron que estaba enfermo, y cuando fui a su habitación, ya no estaba. Ha dejado una nota para ti - me entrega un trozo de papel: "Te espero en el lugar en el que te vi por primera vez".

Yo me quedo mirando la nota. Entonces lo de que estaba enfermo era todo cuento. Mejor. Nathan levanta las cejas como preguntando si sabe a que me refiero.

Yo asiento, me despido y me encamino a la salida, pero no sin antes cruzarme con la bruja.

Yo intento seguir recto haciendo una reverencia al pasar por su lado, pero la reina, no contenta con eso, hace señal para que me acerque a ella.

- Caballero, como mi hijo no esté aquí en una hora, os cortaré la cabeza a todos, que serán una buena decoración.

- Sí, excelentísima y señora reina - digo cambiando lo que puedo el tono de mi voz.

Entonces me da permiso para marcharme.

Si colocáramos la cabeza de Isabella a la entrada de la ciudad, ya nadie, ningún monstruo ni persona que quiera hacer el mal entraría por el susto de verla allí.

- Vamos Nieve.

Llegamos al bosque.

Veo a Daryon jugueteando con mi arco. Claro, él había visto dónde lo había cogido.

- ¿No sabes seguir un plan? - le pregunto, pero el ni se imuta, sigue intentando tirar con el arco.

- Nunca se me ha dado bien esto.

- Lo vas a romper.

Se gira, guarda el arco en su sitio y se acerca a mí.

- Tienes que darme unas clases.

- Eso si llego viva a mañana, me contaron que estabas enfermo, me asusté y fui a palacio. Por tu culpa casi tu madre me descubre.

- ¿Te preocupaste por mí? - dice sonriendo.

- Vuelve ahora al castillo y haz lo planeado. Quiero acabar ya con esto.

- Tranquila Diana.

- Esto no es un juego Daryon...

- Pero es que la única chica que quiero tener entre mis brazos eres tú.

- Solo será un segundo. Un "sí quiero" y un beso rápido, después empieza el plan y...

- Podremos estar juntos - se acerca a mí, me saca el casco y me besa.

- Eso espero.

Nos quedamos abrazados unos segundos hasta que escuchamos unos caballos galopar.

Me pongo rápidamente mi casco y coloco mi mano en el brazo de Daryon y lo empujo suavemente hasta Nieve.

- Príncipe Daryon - habla Storbel - te he encontrado.

- ¿Perdona? - empiezo a hablar - lo he encontrado yo, pero mejor llévalo tú, el mérito es todo tuyo.

- ¿Enserio?

Asiento. Tengo que llamar poco la atención.

Daryon me mira con mala cara y se sube al caballo de Storbel.

Me acabo de dar cuenta que he olvidado decirle a Daryon lo que Branko planea.

En cuanto llegamos, se llevan a Daryon para vestirlo y yo corro a buscar a Drew.

- ¿Qué pasa? - pregunta Drew.

- Branko trama algo.

- Por supuesto - escucho una voz detrás de mí que hace que se me pongan los pelos de punta - pero no serás tú quién lo evite.

Me agarra el brazo.

Drew saca su espada.

Branko niega con la cabeza.

- De eso nada. ¿Quieres ir tú también al calabozo? - señala a Drew.

- Bien, ¡guardias! - dos hombres nos guian al calabozo.

Cuando llegamos abajo, empujo a uno contra la pared y saco mi espada.

- Para, para, para - escucho.

- ¡Tarik! - exclamo.

- Sí y Amis.

- Vístete normal, sin armadura, pero armada, así espero que llames menos la atención entre tanta gente - me recomienda Amis.

Asiento y digo:

- Branko planea beber de la copa, darle a Daryon un mapa falso para que no sea capaz de leerlo.

- Eso no funcionará - afirma Drew - él no podrá leerlo de todas formas.


Escondida bajo armaduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora