Capítulo 5

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Nos levantamos cuando apenas sale el sol.

Visto mi armadura, cojo mi espada, escudo, insignia y el collar que perteneció a mi madre. Un círculo plateado con una piedra de zafiro en su interior. Es lo único que tengo de ella. Drew tiene una espada de nuestro padre con otra piedra de zafiro en su empuñadura, pero nunca la saca de casa, dice que es demasiado valiosa.

Antes de irme voy a despedirme de Addy y de Annabeth, en dos días estaré aquí para la unión.

Cuando vuelvo a casa para ir con Drew al castillo escucho una voz.

- Psss... escondida bajo armadura.

Me giro, sé quién es.

- No me llames así.

- Solo es un nombre en clave - contesta Daryon.

- ¿Qué haces aquí? ¿No tendrías que estar poniéndote guapo para la princesa?

- Darte los buenos días, y yo ya soy guapo. La verdad es que no quiero casarme con alguien que no conozco.

- Es por el bien de tu pueblo.

-Incorrecto, es por aumentar la riqueza de mis padres. ¿Te llevo? - señala el caballo negro que tiene detrás.

- Tengo que ir con mi hermano, además no sería muy normal que llevaras a un caballero en tu caballo.

- Pero no eres un caballero, sino una hermosa dama guerrera escondida bajo armadura.

¿Me ha llamado hermosa dama?

- ¡Diana!

- Es mi hermano, nos vemos después.

Se sube a su caballo y se despide con la mano. Yo voy a junto Drew y juntos nos dirigimos al castillo.

Cuando llegamos ya están todos los caballeros que servirán al príncipe: Amis, Tarik, Storbel, Quacey, Bran, Augusto Blazh, Nathan, Drew y Diana (Daniel para el mundo).

Hay diez caballos en fila y el carruaje en el que irá el príncipe.

Yo me acerco al único blanco que hay, es precioso. Lo acaricio.

- ¿Te gusta? - pregunta Daryon detrás de mi.

- Es muy bonito. ¿Son para el viaje?

- Sí, pero si te gusta, te lo regalo.

- ¿Enserio?

- Pues claro, es una yegua.

- Gracias, por todo - me da ganas de abrazarlo, hace muchas cosas por mí. Es un príncipe, no tenía que hacer esto.

Se aleja a su carruaje. En unos minutos nos iremos.

La llamaré Nieve.

Me subo encima de Nieve. Drew está en un caballo marrón.

Daryon se despide de sus padre Tord Sloan, su madre, la reina Isabella, lo acompañará en el viajes.

Cuando llevamos unos kilómetros, escucho algo que se mueve entre los árboles.

Aviso a Drew y me acerco a al lugar del que proviene el ruído.

Al momento unos veinte miembros del llamado círculo de los enmascarados, sale de entre el bosque.

Empezamos a pelear.

Me aproximo a dónde están Daryon y su madre y evito que dos entren en el carruaje.

No me gustaría hacerle nada a nadie, pero no me queda otra.

Se me da bien esto de la espada.

Tarik cae al suelo y uno de negro le coloca la espada en el cuello.

- O el príncipe o este muerto.

Todos nos quedamos quietos.

Preparo mi arco despacio.

- He dicho - repite - o el principe o el chico.

Justo cuando voy a disparar escucho a Daryon:

- ¡Diana, cuidado!

Me giro y lanzo una flecha al que iba a clavarme una espada, a continuación doy media vuelta y le lanzo otra al que iba a matar a Tarik.

Ya no queda nadie del otro bando todo a sido muy rápido.

Respiro.

Todos se me quedan mirando, pero no para darme la enhorabuena, sino porque Daryon me ha llamado Diana.

- ¿Cómo que Diana? - pregunta Amis.

Yo miro a Daryon, que se baja del carruaje.

- Tranquilos, tranquilos, em..., sí, su nombre es Diana, no Daniel.

Me hace seña para que me saque el casco, y lo hago.

- ¿Enserio? Una chica no puede ser caballero - habla Tarik.

- ¡Calla la boca! - le ordena Daryon - te ha salvado la vida. Ya la habéis visto, es muy rápida y pelea mejor que todos vosotros juntos. Más os vale que la respetéis - nunca lo había visto tan firme.

Se sube al carruaje mientras ordena que sigamos caminando.

Drew se acerca a mí.

- ¿El príncipe sabía que eras una chica?

- El fue quién me dio la armadura, ni Annabeth ni Alloy quisieron dejármela. Me colé en el castillo.

- Eres un desastre, cualquier día tus travesuras y caprichos van a tener consecuencias.

- ¿Perdona? ¿Travesuras y caprichos?

Me enfado y me alejo.

Menos mal que ahora puedo ir un rato sin el casco porque ya me estaba dando calor.

Nieve se acerca al carruaje. Daryon mira por el ventanuco y yo le digo en bajito un "gracias".

Él sin importarle que su madre esté presente me dice:

- Estás más guapa sin el casco.

Yo me sonrojo y le sonrío. Isabella le da una colleja en la nuca y me mira con mala cara diciendo:

- Espero que vengas aquí para cumplir tus deberes de protectora, debes tratar al futuro rey como tal, él no es tu amigo. Si te vuelvo a ver acercarte a él más de lo debido, informaré que te has hecho pasar por caballero y te ecerrarán hasta que te pudras.

- Lo siento reina.

Niega con la cabeza - Llámame excelentísima y señora reina.

- Lo siento, excelentísima y señora reina - hago una reverencia y me alejo.

Vaya bruja. No se parece en nada a su hijo. Le diría cuatro cositas yo a la cara si no fuera porque si lo hago me vayan a cortar la cabeza.

¡Yo no he sido la que me he acercado al príncipe! ¡Ha sido él! En el bosque me guiñó un ojo, me compró unas manzanas, me prestó la armadura, vino a darme los buenos días, me pidió que lo acompañara subida en su caballo, me regaló una yegua, me llamó hermosa dama guerrera, me defendió delante de todos y me dijo que estaba más guapa sin casco. ¿Enserio es culpa mía?

Para que os hagáis una idea: Drew tiene veinticuatro, Daryon, diecisiete (igual que yo) Tarik debe tener mi edad o un año más, Amis alrededor de veinte, Bran igual que mi hermano (ya que han sido amigos toda la vida), Quacey y Augusto andan alrededor de los treinta, Nathan es como lo llama Daryon "su niñero" (lo acompaña a todos lados y fue él quién lo vino a buscar las veces que se escapó) debe de tener casi cincuenta, es el que mejor me cae, Blazh veintidos y Storbel diecinueve.

Tarik se coloca con su caballo a mi lado.

- Gracias, me has salvado la vida, siento lo de decirte que porque fueras una chica no podías estar aquí. Los chicos y yo guardaremos tu secreto y pelearemos juntos.

- Gracias.

- Pues yo aún no estoy convencido - habla Storbel - no me parece que seas lo suficiente buena para estar con nosotros.

- Está bien - le digo - cuando te ocurra a ti lo mismo a Tarik, no tendré buena puntería.

Tarik se rie.

Escondida bajo armaduraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora