Capítulo 2

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  El almuerzo de ese día transcurría con tranquilidad, los ojos de todos se encontraban posados en la pareja que se encontraba riendo y mirándose continuamente, un día llevaba Emily desde que había formado parte del cast y ya se había ganado el corazón de todos con su simpatía y simpleza. 

— ¿Qué nos ven? — inquiere Stephen observando como todos los miraban con una sonrisa en sus rostros.

— Nada, absolutamente nada — responde Willa mirando divertida al resto que compartió su gesto. — ¿Cómo estas pasando Emily? 

— Genial! Esto es realmente delicioso — contestó mirando con deseo el pollo que se encontraba en su plato. 

— Es solo pollo, Em —agregó el castaño mirándola divertido. Ella sorprendida por como la había llamado, se giró chocando con sus ojos azules.

— Lo más hermoso que jamás he visto — reveló en su dirección y notando que debía aclarar algo. —El pollo, me refiero al pollo — aclaró finalmente al ver la mirada de algunos ante su comentario.

   Todo el lugar se sumía en risas y momentos divertidos, el almuerzo anterior había tenido el mismo resultado, todos concentrándose en su nueva integrante e intentando que su presencia fuera de lo más tranquila y ella no se sintiera incomoda con el lugar.

   Concluyendo la comida todos se dirigían a sus casas para descansar y regresar al día siguiente para retomar las grabaciones, el ojiazul se encontraba acomodando su chaqueta cuando visualizó una cabellera rubia en la banca fuera del restaurante y no lo pensó dos veces dirigiendo su caminar hacía la chica.

— ¿Aún no te vas? —cuestionó sentándose junto a ella en la banca.

— Quería pensar un rato antes de irme — informó fijando su vista a los autos que pasaban. Simplemente no quería regresar a su casa.

—Te dejaré sola entonces. Nos vemos — se despedía el castaño levantándose para retirarse del lugar, pero una mano en su muñeca lo interrumpió.

— Quédate — pidió mirándole a los ojos.— Aunque si tienes que irte, no pasa nada.

— Me quedaré —reveló sentándose nuevamente —Cuéntame algo.  

—¿Qué quieres que te cuente? — preguntó con una leve risita.

— No lo sé, ¿Porqué elegiste el papel de Felicity? —indagó con entusiasmo el chico. 

  Por un momento dudo en mentirle, además de hacer lo que ama, actuar era escapar de su vida real. Pero así debía de mentirle, no quería que nadie la juzgará por como vivía su vida, era su decisión y a sus ojos su culpa todo lo que sucedía, por lo que simplemente opto por inventar algo.

—Además de necesitar el dinero, vi la oportunidad de hacer lo que amo y lo hice sin pensar, la verdad no esperaba que me dieran el papel —expresó en parte diciendo la verdad.

— No te tires para abajo, estoy seguro que si los directores te escogieron, algo especial debes de tener —aclaró con una plena serenidad que contagiaba.

—Gracias por el halago — agradeció esbozando una gran sonrisa. — Una vez alguien me dijo que cuando actuaba había un brillo especial en mis ojos. —comunicó, recordando a su Tom de hace unos años y lo especial que la hacía sentir cada día.

—No lo dudo. ¿Qué paso con esa persona? —indagó arrepintiéndose al instante.

— Murió hace un par de años — expresó tristemente, refiriéndose a su Tom, el que conoció alguna vez.

—Lo siento mucho — lamentó e inmediatamente se levanto del asiento y extendió su mano. —Te acompaño a tú casa y ya de paso bajamos el pollo. - propuso con una sonrisa, ella tomó su mano gentilmente y guiándolo por el camino.

  Un largo recorrido se hizo presente, pero entre risas y momentos de silencio para nada incómodos, logró que el camino fuera más corto, conociéndose un poco más sobre sus gustos y hobbies, compartiendo por supuesto el amor a la actuación y a las películas antiguas. 

  Al dejarla cerca de su casa, Stephen se giró para irse a la suya, pensando en que nunca había conocido alguien tan como ella, no encontraba palabras para describir su personalidad y gran manera de ser que lograba que todos se encariñaran con ella...incluyéndolo. 

No Me Sueltes [NMS1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora