Capítulo 18

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   Las cosas marchaban de manera armoniosa. En las últimas semanas la relación de Emily y Stephen mejoraba con cada instante juntos. Aún mantenían todo en secreto, disfrutar por momentos que el mundo era solo para ellos.

   Cada noche, el castaño iba a la casa de la rubia, para juntos ver una película y preparar la cena. La tristeza aparecía al momento que el cielo ya estaba plagado de estrellas, Stephen sabía que debía de irse. Habían decido llevar su relación de manera tranquila, más que nada por lo pasado con Tom, el castaño no quería asustarla o dañarla. Aún no era el momento para dar el siguiente paso.

   Esa mañana Stephen decidió presentarse de manera temprana en la casa de Emily. Iba a darle una sorpresa con flores y chocolates para alegrarle el día a su chica.

   Al llegar, se posicionó con decisión frente a la puerta y con tres golpes, la rubia abrió rápidamente.

— Buenos días hermosa — saludo con una sonrisa y beso tiernamente sus labios.

—Si que son muy buenos — sonrió la rubia. — ¿Eso es para mi? — preguntó inocentemente.

— Por supuesto que si — contestó entregándole el ramo de flores y los chocolates. — ¿Puedo pasar?

— Siempre — sonrió mientras olía las flores — Muchas gracias, son hermosas.

— ¿Desayunaste? Porque tengo el secreto de las tostadas — revela con un guiño.

— Cariño, no es por mala. ¿Pero que secreto pueden tener las tostadas?... Son tostadas — cometa reinado y sujetando los hombros de su chico.

— Para tu información. Tienen más secretos de lo que crees. Mi abuela me enseñó la forma perfecta de hacerlas — aseguró arrebatandole un beso a la chica.

— De acuerdo, si tanto insistes. Veamos cuál es el secreto — guió Emily al castaño hasta la cocina, sentándose en la barra.

  Después de minutos de espera, Stephen había terminado su creación. Dejándo las tostadas frente a la rubia, que lo vio con escepticismo y prosiguió a probar una.

— ¿Y? ¿Que tal? — veía stephen la expresión de sorpresa en su chica.

— ¡Oh por dios! Amor, retiro todo lo dicho — expresó para seguir comiendo.

— Eres hermosa — reveló el castaño que la veía con cariño comer esa tostada.

— thu go dhs mgs — contestó con la boca llena, sin que se le entendiera nada, causando una sonrisa aún más grande a Stephen.

  Al llegar a las instalaciones donde se filmaba Arrow, ambos procuraron que no se notará que llegaron al mismo tiempo... Pero fue un poco inútil para cierta personita, David venía llegando y vio más de la cuenta.

— Será que las pocas horas de sueño me están afectando... — habló en voz alta mientras se acercaba a sus compañeros.

— Podemos explicarlo — comenzó Stephen al percibir la mirada de sorpresa de su amigo. — Em... Tu explícale — pidió el castaño a lo que la chica, lo miró con ojos achinados por su cobardía.

— Creo que la única forma de explicar esto, es así... — reveló plantandole un beso apasionado a su novio delante de su compañero.

  David que veía con los ojos bien abiertos la situación, sonreía de oreja a oreja. Por fin recalcando el hecho de que siempre supo que ellos tenían química y pudiendo asegurar que la ficción traspasó la pantalla en este caso.

   Observaba como sus compañeros compartían salvia, quizás en el primer minuto era algo tierno y romántico. Pero ya al pasar cuatro, estando de tercero y viendo la pasión contenida, definitivamente era incómodo.

— Chicos, estoy feliz por ustedes. Pero.. — carraspeo. —... Esto ya es un tanto incómodo de ver.

   La pareja al escuchar las declaraciones de su amigo, se separaron rápidamente. Dándose cuenta que se habían perdido el uno al otro, olvidando completamente la presencia de David.

— Lo sentimos amigo, nos perdimos un poco — río nervioso el castaño, sujetando la mano de la rubia.

— Lo note — sonrió burlon — ¿Les parece si entramos? Estamos llegando tarde — informó para dirigirse a la entrada. — Y Stephen.. Tienes labial hasta en la nariz — carcajeo para seguir su camino.

— ¿Se nota mucho? — se volteo a mirar a la rubia.

— Bueeeno, si te digo te miento, amor — bajó la mirada con una sonrisa. — Pero te vez bien guapo con los labios rojos.

— ¿Tu crees? — soltó una carcajada

— Nos olvidamos de decirle a David que no contará lo nuestro — se alteró un poco la rubia.

— Tranquila, cariño. Él no dirá nada, es un buen amigo — logró rápidamente tranquilizarla y a su vez darle un abrazo.

— Mejor entremos, amor. Acá afuera nos puede ver cualquiera — informó Emily, que mirando rápidamente para todos lados, le dio un corto beso al castaño y entró rápidamente al establecimiento.

  El tiempo pasa tan rápido dentro de ese lugar. Ya casi estaban por la mitad de la segunda temporada, que ya estaban firmando para realizar una tercera. Les habían informado que la relación de Felicity y Oliver sería cada vez más importante. Eso puso muy feliz a la pareja.

  Horas de grabación, donde Emily y Stephen se veían para repasar su guión. Al finalizar, ambos salieron hacia el auto del castaño. Para así, llevar a la rubia a su casa.

— ¿Cenamos juntos hoy? — preguntó el castaño sin quitar la vista del camino.

— Si por supuesto...— se mantuvo en silencio por un momento hasta proseguir — ¿Qué te parece si esta noche te quedas conmigo? — preguntó tímidamente, causando que Stephen la viera por un segundo.

— Creí que nunca me lo pedirías — reveló formándose una sonrisa en sus labios.

No Me Sueltes [NMS1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora