Capítulo 10

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    Paso a paso fueron acercándose al sofá para sentarse, él no permitía que se apartara de entre sus brazos y ella no quería hacerlo.

—Quiere hacerme daño Stephen, ayúdame por favor... Me duele, ya no quiero, por favor —pedía entre lágrimas que la sacara de ese infierno en el que creía haberse metido, la culpa la carcomida.

—¿Quien Emily? ¿Quién te hace daño? — preguntaba con tranquilidad para no hacerla sentir peor y besando su sien con dulzura.

—Te lo ruego, no dejes que él me haga más daño — repetía sin parar de llorar, se sentía débil e indefensa cada día y quería que eso terminará, ya no le importaba el Tom de antes o su amor, solo quería terminar esto.

— ¿Él te golpeó? — inquirió con preocupación entendiendo de quien hablaba y una impotencia le surgió al sentir como ella asentía con la cabeza.

–Tengo miedo Stephen — admitió cabizbaja — Todo esto es mi culpa.

—No, escúchame bien, ningún golpe que él te haya dado es tu culpa ¿De acuerdo?. Eres perfecta, y no hay ninguna razón para golpearte. — recitó agarrando las mejillas de la chica para que lo mirara directo a los ojos.

— Pero yo lo hacía enojar, a él se le fallecieron sus padres hace poco más de dos años y está dolido... Solo quería complacerlo y no lo hacía como quería.—declaraba con pena, esta chica estaba tan cegada por el miedo que no podía diferenciar lo bueno y lo malo de esta relación.

—Eso no es razón para golpearte Em. Contéstame esta pregunta con total sinceridad ¿Haz hecho algo contra tu voluntad? — indagó y ella comprendiendo a lo que se refería bajo su mirada.

— Más de una vez —reveló sollozando sin poder verlo a la cara.

—Aquel día no fue un simple robo — expresó volviéndola a abrazar, ahora más que nunca quería protegerla.

—No lo fue, tenía miedo de que me juzgarás y que no me apoyaras. Que me dijeras que era una estúpida por guardarme todo esto.— relato, un poco más tranquila.

—Yo nunca diría eso de ti, entiendo porque no hablaste. Te entiendo, Emily y te voy a apoyar y ayudar en todo lo que necesites — aseguro, aferrando un poco más su abrazo.

—Tengo mucho miedo de volver a mi casa, ¿podría..?

— Por supuesto, quédate.–ofreció sonriendo tiernamente, aunque por dentro solo pensaba en las mil maneras de hacer sufrir a ese tipo por provocarle tanto daño a una mujer. Por tratarla como un objeto o sirvienta.

  Pasado el rato, la noche comenzaba a hacerse presente. La joven ya estaba más tranquila, aunque aún no se despegaba del chico, juntos se pusieron a ver algunas películas. Stephen le ofreció que se quedara en su habitación mientras él dormiría en el sofá. Ella insistía en que no, pero es de esperarse que el castaño no aceptaría un no como respuesta.

   Pasadas la media noche, unas pisadas llamaron la atención del chico, que hasta hace unos instantes estaba consolidando el sueño. En un intento por saber quien era, encendió la lámpara que se encontraba en el mueble detrás de él.

—Em, eres tu. Que susto me diste — expresa el joven al ver a la chica llevando uno de sus pijamas, que a decir verdad, a ojos del castaño no le quedaba nada mal.

— Lo siento, es solo que... ¿Cómo haré ahora? ¿Cómo regresaré a mi casa? La última vez por un momento creí.. Creí que quizás...iba a morir. — concluyó con unas leves lágrimas en sus ojos y juntando sus manos en manera de parar sus temblores.

—Ven aquí, te prometo que te protegeré ¿Me escuchaste? No dejaré que te haga daño nunca más. — prometió haciendo sentar a la chica junto a el. —Vamos que te acompaño de vuelta a la habitación — ofreció tomando sus manos con cariño.

— ¿Podrías quedarte conmigo? —preguntó con timidez y con un leve color rojizo en sus mejillas.

   Sin decir una palabra, él simplemente se acostó junto a ella, lo que no esperaba, era que de un momento a otro, los brazos de la rubia rodearan su pecho.

— Descansa Stephen y gracias por todo — pronunció para seguidamente cerrar sus ojos.

— Igualmente Emily y no hay nada que agradecer, haría todo por ti—respondió besando su frente— Lamento no haberte protegido antes—susurro más que nada para si mismo y finalmente cerrando sus ojos.

No Me Sueltes [NMS1] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora