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Sali por la puerta trasera de mi casa adentrándome en el bosque, pare al final de un camino con terminacion en Y, un lado era una forma de llegar a nuestra cueva y el otro camino era para salir de la ciudad pense en dar una ultima vuelta a la cueva, pero con todo lo que esta pasando solo aprete mas la corea de mi mochila y tome la salida de la ciudad, había un cartel algo roto y oxidado, ya que este camino ya no se usa, me detuve al frente del cartel, tome aire y di una ultima mirada hacia atras. Dejar atras todo, mi familia, mis amigos, Nolan....Nolan, una lagrima bajo por mi mejilla, no te peocupes amigo, no importa la lejania ni la circunstancia, siempre estaremos unidos por un mismo hilo. Y sin mas pre ambulos, con paso decidido emprendi mi marcha hacia la salida, no me gustaba la idea de escapar, pero no tenia opcion, pero volvere, volvere a vengarme, y Sairus me encantaria decirte este a la cara, volvere a destruirte.

Estuve horas caminando, ya casi amanecía, mis piernas se sentían como gelatina, en cualquier momento podría desmallarme. Y cuando estaban a punto de desfallecer vi a la amiga de mi madre bajo una pequeña cueva, me acerqué a ella y él dije jadeando.

— yo soy Tezz- el extendí mi mano.

— yo Mirra, lamento que tengas que vivir todo esto pequeña, pero no te preocupes conmigo estarás a salvo- tomo mi mano y me quito la mochila. En ese momento sentí que todo el peso que me mantenía en pie se iba y me deje llevar por la gravedad hasta el suelo.

Sentí como si toda esa tensión, rabia, Confusión, todos esos sentimientos que se revolvían dentro de mi, simplemente se fueran y ya me dejaran en paz, sentí descanso.

Desperté alterada, había sentido un moviendo muy fuerte y rápidamente me incorporé para darme cuenta de que estaba en una carreta, vi unas mantas en la base de este objeto así que supongo que de hay me levante, el interior de esta constaba básicamente de grades maletas y algunas cajas.

— oh despertaste- escuché una voz junto a mi - no fue mi culpa verdad.

— mmm que- me sobresalte de en inmediato pero luego me tranquilice un poco- em no, tranquila.

— oh que suerte, mira haremos unas cuantas paradas por el camino hasta llegar a Tamerville- la mujer rubia de ojos avellana empezó a manipular unas cajas.

— Tamerville?- nunca había escuchado de un lugar así.

— si, es el pueblo donde crecimos tú madre y yo, queda casi al otro lado del país, cerca de la frontera, tardaremos unos.......3 a 4 días en llegar.

— vaya, pero no está muy lejos y mi madre, que pasará con mi familia?, mi vida?, que pasará...- entre en pánico, no había considerado esto al salir de casa, solo tenía una cosa en mente sobrevivir, pero ahora que.

— calma, calma- me sujeta los dos hombros- vamos respira, mira sé que es duro pero empezarás de cero haya, nunca le cuentes  nada a nadie, ni  quien eres, ni porque llegaste, intentaras pasar desapercibida, créeme será mejor así- me miro seria.

— está bien- le di un intento de sonrisa y luego ella volvió a sus cosas.

Empezar de cero en un lugar nuevo, pero no completamente, no estaré ay por siempre, solo hasta que todo se calme, nunca me olvidare de la vida que dejo atrás, me encargare de que la vil escoria que me hizo esto pague por todo lo que me ah hecho.

Hicimos una parada en un pequeño pueblo, solo para recargar suministro, porque, como ya  había dicho, el viaje sería algo largo, nunca nos quedábamos mucho tiempo en un lugar, solo unas cuántas hora y si era necesario una noche, por el camino no me dejaba ver de nadie, nunca salía de la carroza, por órdenes de Mirra, dijo que era por seguridad y la entiendo porque ya a dos días de llegar a Tamerville unos guardias que habían echo un retén en el camino nos  detuvieron. Como pude me metí en un barril y los guardias nos dejaron seguir nuestro camino.

Y al fin llegue a Tamerville, era un pequeño intento de ciudad, no era lo suficientemente pequeño para ser un pueblo y tampoco lo suficientemente grande para ser un ciudad. Todas la casa se veían antiguas como los de la época victoriana, hermosas casas gigantescas, entrando la pueblo mi primera impresión fue que no salía mucha gente por las calles y que, al ser tan poca población todos se conocían. Mirra me había presentando como su sobrina lejana que vivirá ahora con ella, todos se creyeron esa historia, también dijo que mi nombre era Alice, Alice Danvers, nunca hablamos de un cambio de nombre pero tampoco la iba hacer quedar mal delante de sus conocidos.

Después de largas presentaciones, llegue a una hermosa Casa Blanca con puertas de madera, aunque la casa era tan grande como para alojar una familia antigua Italiana, Mirra viva sola, dijo que esto antes le pertenecía a una anciana que le deba asiló a muchas  personas, pero la señora murió y como no tenía hijos le dejó la casa con la chica que más se había encariñado, ósea Mirra.

Mirra dijo que podría elegir cualquier  habitación que quisiera, había unas muy lindas y amplias pero, había una que era la del ático, era un piso completo para una persona, a los dos lados había enormes  ventanas que te dejaban ver todo desde la parte más alta de la casa, en un lado de la habitación está como una especie de estudio y del otro la cama y un par de sofás, era Perfecto, tan silencio y tranquilo. Mirra dijo que si quería podía seguir con mis estudios en la escuela local, no era tan grande como mi antiguo instituto pero estaban bien, hay hice mis primeros amigos, Danna y Owen, dos hermanos que no se toleran para nada pero que no podrían vivir le uno sin el otro.

Pude hacer una vida en Tamerville, casi perfecta, si veías desde afuera todo parecía Perfecto, parecía una chica normal, una más del montón, pero, si vieran mi interior, verías que detrás de mi sonrisa se ocultan muchas cosas, aún pienso en Nolan y en como rescatarlo, aún sigo pensando en cómo destruir a Sairus, aún pienso en mi familia. Y lo peor es, que no puedo hablar con nadie de esto, para todos soy Alice Danvers, una chica alegre y amigable, aqui Tezz Danvers no existe. Que podia hacer, pues lo único, tragármelo todo hasta ahogarme con mis problemas y ya no resistir más, o escribir un diario, en realidad si ayuda, al menos sientes que alguien te "escucha". Pero fuera de todo lo malo, iniciar de nuevo fue sencillo, pero como ya dije antes, no olvidare mi objetivo, Sairus me pagarás toda y cada una de las cosas que me hiciste a mi y a las personas que me importan, dalo por echo.

Serás mí reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora