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Varios años atrás

— Megan!- su pequeño hermano se abalanzó sobre ella entre risas.

— Jaja hola hermanito, qué pasa?

— Tez llegó! Vamos vamos- El Niño la jalo del brazo y se la llevó con el hasta otra sala.

— Megan!- exclamo una niña de unos 10 años mientras corría a abrazarla.

— Jaja hola Tez

— Megan querida, te agradezco que puedas cuidarla, en serio muchas gracias.

— No hay problema señora Danvers, me gusta mucho jugar con ellos mientras los vigilo- sonrío amablemente.

— Eres muy bondadosa, serás una gran reina algún día y yo estaré encantada de estar a tu órdenes princesa- hizo una reverencia y se fue cerrando la puerta de la sala.

— TEZ! JUGUEMOS A LAS ESCONDIDAS!

— SIII, podemos Megan?

— No lo se.... hoy podaran los árboles y plantas el jardín está muy frondoso y..- miro a los niños que la miraban suplicante haciendo puchero- no me miren así.. sería peligroso...

— Por favor...- se acercó la niña y la abrazó para luego alzar su cabeza y mirarla con los mismos ojos suplicantes.

— Ah- suspiró vencida- está bien pero jugaremos en la Castillo.

— SIIIIII, tú cuentas AJAJAJAJ- dijeron al unísono y se fueron corriendo a esconderse.

— 1...2...3...4...

Megan tenia trece años en ese entonces, muy madura para su edad y siempre se la confiaban muchas responsabilidades, como cuidar de su hermano y su pequeña amiga que eran inseparables, eso le divertida mucho y podía pasar todo el día jugando con ambos, los adoraba, aunque a su padre no le gustaba mucho, era un hombre muy severo, sobretodo con sus hijos, solo quería la perfección, por eso no le parecía adecuado que una joven princesa y heredera al trono se la pasara todo el día corriendo y jugando como salvaje en vez de formase para asumir su gran labor. Megan sobrelleva esas situaciones con buenos modales, excelentes calificaciones y una buena imagen ante su institutriz, eso apaciguaba el descontento de su padre.

Aunque no era perfecta, los demás la veían así, era la princesa favorita de todo el reino, hacía viajes de vez en cuando por le reino junto a su madre, es muy amable con todos y no ponía distinciones por ser de la realeza, todo era Perfecto en ella, esa compasión y humildad la aprendió su madre, una mujer muy dulce y sencilla.

- 1 año después-

— Así que te peleaste de nuevo?

— Si, Jajaj con Tiffani- se burló Sairus.

— Cállate Sairus!- le reprochó la niña

— Otra vez ella?- le preguntaba mientras peinaba su cabello sentadas en su cama.

— Si es que... es... Sai puedes salir?- preguntó la chica apenada.

— Porque? Nos contamos todo siempre- dijo algo indignado.

— Lo se es que... amm

— Sairus creo qué tal vez es un tema que se debe hablar de mujer a mujer, y si Tez lo cree conveniente te lo dirá, pero no la presiones, ok?

— Está bien- se resignó y salió de la habitación.

— Supongo que Sai no vio la pelea- dejó de peinarla y se sentaron cara a cara .

— No, el solo se enteró cuando la directora nos detuvo, no sabe porque.- decía aún algo apenada.

— Y que inició la pelea?

Serás mí reina Donde viven las historias. Descúbrelo ahora