Lara

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Después de la fiesta, la verdad es que no tenía tanto sueño como esperaba. Dana y yo decidimos dormir esa noche juntas, en mi casa, debido a que no había nadie. No sé porque pero no podía dejar de mirarla, bueno sí­ lo sé, porque está buení­sima. Al entrar en la casa me metí­ un segundo en el baño para desmaquillarme y cambiarme, en lo que ella se ponía el pijama. 

Cuando salí­ no le habí­a dado tiempo a ponerse el pijama, al verla con su pelo rubio, el cual estaba desordenado después de toda la noche. Me dejé llevar por el instinto y me acerqué a ella lentamente, al estar de espaldas a mí no se dio cuenta, la abracé por la cintura pegándola a mí provocando que esta se asustara por el contacto.

-Bebé, sabes que te ves muy bien así pero te verí­as mejor sin ropa en la cama- Una sonrisa pí­cara se dibujó en mi rostro, para después empezar a darle suaves besos por el cuello y acariciar su cuerpo lentamente, al oirla soltar un leve gemido ahogado , sonreí sabiendo como le gustaban mis besos. Lo primero que hice fue girarla para poder contemplarla, para luego volver a besarla y fundir nuestros labios.

La ropa ya empezaba a sobrar y poco a poco fui desprendiéndome de la parte de arriba de mi pijama.

-Mmmm...vamos a la cama bebé - dijo Dana con un hilo de voz .

Ella cruzó sus piernas alrededor de mi cintura y la coloqué suavemente de espaldas en el colchón.

-Bebé quiero que me folles duro.-dijo Dana notablemente excitada.

Sin pensarlo dos veces le quité toda la ropa que tenía y me levanté a por unas cuerdas de bisuterí­a erótica que me regalaron en navidad. Até con sumo cuidado sus manos al cabecero de la cama. Una vez sin ropa y atada, empecé a repartir suaves besos que llegaban desde su barbilla hasta su claví­cula haciéndola rabiar.

- Por favor, t...te...neceee...necesito ¡ya!  me pones como una perra.-Empezé a besar suavemente su cuello y deslizando mi lengua por su clavícula hasta uno de sus pechos, con mi otra mano pellizqué y masajeé su otro pecho. Dana no paraba de suspirar, decidí pasar mi naríz por su abultado clítoris, finalmente pasé mi lengua por este, dejando salir un gran gemido por parte de Dana.

-Ponte a cuatro patas- Dije con un tono juguetón mirándola a los ojos con una mirada con la que solo nos entendí­amos ella y yo.

-¿Qué?- Dijo Dana ansiosa por despojarse el calentón de encima.

-Te voy a follar como perra que eres.-Dije con un tono autoritario.

Me hizo caso y admirando las vistas llevé mi boca hasta su coño y se lo lamí entero, de arriba a abajo, haciendo que temblaran sus piernas.

Me separé de ella poniéndome de rodillas detrás de ella, de golpe introduje tres dedos y sentí como un escalofrí­o recorría su cuerpo sin apenas ningún esfuerzo. Moví los dedos dentro de su cuerpo para luego llevármelos a mi boca. Mi mano izquierda hacía lo que querí­a con su clí­toris mientras que la empotraba con mi mano derecha.

Cuando ya sentí­a que sus paredes se empezaban a contraer saqué mis dedos y uní mi abultado clí­toris a la entrada de su vagina, empezando a hacer círculos hasta que llegué al orgasmo. Ella se intentó tocar y le dí un azote.

-Aún no bebé, quiero darte el mejor orgasmo de tu vida.- Susurre a su espalda.

La había dejado muy mojada y era momento de compensarla, fui al cajón de mi mesita de noche y saqué un bote de lubricante, puse un poco en la yema de mis dedos y lo calenté un poco, me volví­ a colocar de rodillas, la noté un poco tensa se notaba que era la primera vez que hacía un anal.

AMOR UNIVERSITARIO.Where stories live. Discover now