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Sal conmigo–demandaron dos de los tres muchachos que acababan de llegar.

TaeHyung se hizo el de oídos sordos, pues sabía que nadie nunca le iba a pedir algo así. JiMin, quién estaba ahí, haciéndole compañía a Tae, desde antes de que llegarán los otros tres jóvenes, observaba en silencio esperando por la respuesta de su mejor amigo; respuesta que jamás llegó.

–¿Tae?–llamó el rubio al castaño; Tae alzó la vista hacia el rubio–Están esperando tu respuesta–murmuró.

–¿Respuesta?–preguntó sin entender de quién hablaba su mejor amigo, hasta que dirigió su mirada hacia el frente, encontrándose con un pelinegro, un pelirrojo y un malhumorado de pelo celeste. Su cara se pintó de rojo.

Hay que recapitular primero, ¿no?

¿Cómo fue que Tae llegó hasta ese punto en su vida?

Pues... A la semana siguiente a lo que sucedió con HoSeok, TaeHyung se había vuelto a encontrar con JungKook en la misma clase de la última vez, en el mismo lugar; en la misma situación.

No es como si JungKook hubiera planeado quedarse dormido nuevamente en su penúltima clase de su propio horario para esperar al chico de castaños cabellos, no, para nada; tampoco había considerado rogarle al profesor del castaño.

¿A quién engaño? Él realmente planeó quedarse dormido en su penúltima clase y rogarle al profesor del castaño para que lo aceptara en su clase. Estaba obsesionado.

Ese día Tae realmente había disfrutado de la compañía del pelinegro, pero no todo fue color de rosas —al menos para el pelinegro— pues había llegado HoSeok con la excusa de que quería agradecerle a Tae por lo de hace una semana, después de eso se quedó acompañando a JungKook y a TaeHyung durante todo lo que restaba del camino a casa del castaño, porque sí, ambos de habían ofrecido para acompañarle de regreso a casa. Al día siguiente, al llegar al instituto y tomar el mismo camino de siempre a su casillero para guardar, acomodar y sacar los libros que necesitaba, cuando cerró la puerta de su casillero, se encontró con su rubio amigo recargado en el casillero de junto haciendo que ésto nos lleve al inicio.

Nuevamente el castaño volteó en dirección a su mejor amigo mientras le observaba con ojos que anhelaban una pequeña ayuda.

Por otro lado, el pelinegro y el pelirrojo cruzaron miradas deseando poder matar al otro y claro que podían hacerlo, solo que no estaban en el lugar, en la forma ni en la época adecuada.

Oh, lo siento–finalmente la voz del castaño sonó, llamando la atención de los chicos que se asesinaban con la mirada–, pero justo de eso estaba hablando con Minie–JiMin al saber por dónde iban las cosas decidió seguir con el juego del castaño.

Ah, es verdad–esta vez habló el rubio–. Vine aquí a pedirle una cita a TaeTae.

[...]

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  | °Minie🐶 (2):°
  | Ya llegaron, apresúrate...
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Después de que revisara sus notificaciones y guardara su celular se preguntó el cómo fue que terminó en esa situación, se supone que había negado indirectamente la propuesta de ambos chicos, pero vamos, no todo resulta cómo lo planeado.

Continúo caminando hasta llegar al frente de una cafetería, pudiendo localizar a las personas que lo esperaban sentadas en una mesa en la parte de la terraza, deteniendo el paso en cuanto su mirada se conectó con uno de los chicos de ahí; su memoria se vió invadida con el recuerdo del último sueño que tuvo, observando así al pelinegro de ropaje antiguo hecho con la más fina seda frente a él.

Recobró su camino hacia la mesa de los chicos, ignorando su recuerdo y el dolor en su pecho.

Lamento haberlos hecho esperar–hizo una leve venia y tomó asiento junto a su mejor amigo.

Por mí hubiera estado genial que no te aparecieras–fueron las primeras palabras de recibimiento por parte del peliceleste, quién recibió un golpe en las costillas por la persona sentada a su lado.

Acabamos de llegar, no te preocupes–le sonrió comprensivamente su mejor amigo, pasando un brazo alrededor de sus hombros, atrayéndolo más cerca de él, ocasionando una fulminante mirada por parte de los otros acompañantes.

Lo importante es que llegaste bien, TaeTae–empatizó sonriendo el pelirrojo.

Esperaría por tí el tiempo que sea necesario–dijo el pelinegro, haciendo sonrojar de manera brusca al castaño quien sintió un agradable alivio al sentir su pecho arder ante las llamas de los recuerdos.

Recuerdos que se mantendrían ocultos hasta que merezca realmente el perdón de su rey...














































[...]

Bien, se supone que iba a actualizar la semana pasada, pero ha sido semana de exámenes y tenía que estudiar, pero aquí les traigo el capítulo.

¡Por favor, disfrútenlo!

[11-Mar-2019]

Entre luz y sombras... (Kookv) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora