Eyeshield 21

Capítulo 13

Bostezo y estiro mis brazos.
Me levanto alterada al sentir tierra en vez de mi cama.
Noto que unas sábanas están cubriendome.
Frunzo el ceño, al recordar lo que pasó ayer,  y busco a Shin, pero este no está. Agarro las sábanas que no sé ni de dónde salieron y las acomodo en mi mochila.
¿A dónde habrá ido Shin?, ¿Se molestó por lo de anoche?. Al parecer  no está acostumbrado a que se le acerquen mucho.
Pienso decepcionada comenzando a correr hacia el Monte.

Shin Seijuro POV'S
¿Qué estoy haciendo? Yo respiro y vivo el fútbol americano, no puedo darme el lujo de volver a sentir algo por alguien. Pero es que esa chica tan linda... Basta Shin, ya no pienses en ella, le dejaste una nota pegada al árbol para que pueda volver a su casa.

Suspiro y pienso en mi pasado.
Antes de entrar al equipo de Los Oujou tenía una novia, Dakota William, alta y de esbelta figura, obviamente yo no estaba como estoy ahora. Era más flacucho, débil y con inseguridades como cualquier adolescente, por lo que siempre me preguntaba por qué Dakota me quería, una chica popular como ella podría tener a cualquier adolescente a su alcance, pero me eligió a mí. Por lo que me apunté al fútbol americano para fortalecer mi cuerpo pensando que eso le iba a encantar a ella aunque fue todo lo contrario. Los entrenamientos ocupaban mi mayor tiempo posible haciendo que Dakota me dijiera en la cara que ya no tenía tiempo para ella, lo cuál era verdad. Terminamos después de varias discusiones y por lo poco que sé de ella es que se mudó a España, Madrid.

Niego con la cabeza y me centro en correr más rápido intentado dejar todo esos recuerdos atrás, desde ese día no me había vuelto a acercar a una chica jamás, pero eso se rompió anoche, cuando vino Sara, la hermana de Eyeshield 21, mi más grande rival la cuál se me apoyó en el hombro quedando dormida al instante.
Me dió tanta ternura que le arme una cama con unas sábanas que había traído por las dudas de que llegue una ola de frío, ya que arriba la temperatura baja.

Sara POV'S
Miro el cielo, ya está comenzando a oscurecer. Mi estómago gruñe bastante por lo que busco en mi mochila alguna comida dónde encuentro una manzana y un sándwich de jamón y queso en un tapete. Cogí la fruta dándole un gran mordisco y sacando agua también de la mochila.
Me siento en un árbol descansando y comiendo cuando de pronto se escucha un ruido raro proveniente de un costado de mi mochila. Miro confundida y abro el pequeño sector encontrándome con el Wokie toki que me entrego Maya antes de dejarme.

Pongo el aparato en mis manos dándole a encendido.

-¿Sara?,¿Sara, me escuchas?.- Diviso la voz de Lucia.
- ¿Luci?. Soy yo, Sara.- Respondo al cabo de segundos escuchando un grito agudo de parte de la otra línea. Alejo un poco el transmisor de mi oreja.

-¡Sara! ¿Te encuentras bien? ¿Te sucedió algo?.- Pregunta tan rápido que sólo asiento pero caigo en cuenta que no me puede ver.
- Sí, sí estoy bien. No te preocupes.
- Menos mal, Maya nos acaba de avisar que te mando a una montaña para que entrenes, nos tenías a todas preocupadas.- Sonrío que haría yo sin mi equipo.
- Diles a las demás que estoy bien - Me moví sacando las sábanas de mi súper mochila acomodandolas en la tierra para poder recostarme. - Y que ya estoy por la mitad de el monte.- dije mirando para abajo.
- Te extrañamos, Sara. Espero que regreses pronto tengo noticias nuevas que contarte.- Levanto una ceja al escucharla emocionada.
- Adivino, esas noticias no serán de un tal rubio rapado y alto.- Ríe y puedo jurar que está sonrojada ahora mismo.
- ¡Es tan lindo!.- Sonrío ojalá tuviera algo así.- ¡LUCÍA, VE A TU HABITACIÓN MALDITA SOPENCA, DESPUÉS ESTÁS MUERTA DE SUEÑO EN LOS ENTRENAMIENTOS!.- Se escucha lejano y sé que es Maya.
- Nos vemos Sara y cuídate no vaya a ser que caigas en las garras de un oso.- Dice despacito y de repente se escucha un bip dando a entender que corto la transmisión.

Dejo el Wokie toki dónde estaba y pongo mi mochila como almohada. Me tapo con las sábanas y cierro los ojos.
Respiro hondo y persibo el perfume de Shin entre las sábanas, así que eran suyas después de todo. Me río mentalmente, si supieras Luci que ya caí en las garras del oso. Un oso bien sexy y callado.