Capítulo 7

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Con todo el equipo estamos yendo a festejar nuestra  muy reciente victoria.
Al principio, Las Góndolas estaban ganando por dos puntos. El equipo comenzaba a desanimarse, quedaban menos de 5 minutos y anotar goles con la defensa que tienen es realmente difícil.
En el segundo tiempo, llegué y con una nueva combinación que estuvimos practicando con Luci, pudimos darle vuelta al partido. Terminamos ganando 7 a 4.

- ¡Oh vamos, Maya!, Hoy tenemos que disfrutar, no siempre remontas un partido así.- Contradecía Lucia, mientras caminábamos por la acera, tratando de convencer a nuestra capitana que vayamos a recorrer un poco Japón en busca de un restaurante o algo para pasar el rato. 

- Tiene razón. Capitana por favor, solo buscamos algún lugar, festejamos y volvemos a la cancha para descansar,- Dije mirando a Maya con carita de gato con botas.- Un ratito,  ¿Si?- junté mis manos como si estuviera rezando.  Y es que en realidad necesito una distracción para olvidarme un poco del Hockey, del entrenamiento, de Sena y de Ryan.

- Bien enana inútil, pero yo me vuelvo. Tenemos un próximo partido por ganar.- Ignoro el apodo y salto de la felicidad igual que el resto.

 Aunque me hubiera gustado que ella viniera con nosotras. Se encoge de hombros y se va al autobús del color de nuestra bandera de argentina, el cual tiene una leona impreso en su exterior.

Caminamos con nuestros bolsos  recorriendo las calles de Japón por minutos que parecen horas. 

-¡Chicas!- llama nuestra atención una de las jugadoras.- Miren.-Dice señalando con su dedo a una montaña rusa llena de luces.

A todas, de repente, se le iluminaron los ojos como si fueran niñas a punto de comer su gusto favorito de helado. - ¿Podemos ir?- Voltean todas en mi dirección, realizando pucheros.

- ¿Qué están esperando?.-dije, sonreí a punto de estallar de la emoción.
Una sola vez fui al un parque de atracciones y fue para robar.
Parece buena idea.

10 minutos después.

¡¿BUENA IDEA?! ¡¿UNA MALDITA BUENA IDEA?!. Me reprocho mentalmente, mientras persigo a ese degenerado, quien corre con dos de nuestros bolsos y uno es mío.
Esquivo a todas las familias que se me interponen pasando con rapidez entre ellos.

De repente un niño muy tierno se me cruza. Paro bruscamente para no chocarlo haciendo que me caiga al suelo.
-Lo siento pequeñín, ¿Te encuentras bien?.- comento con la voz agitada.
Al instante en el que él asiente miro hacia donde se escabullo el ladrón.
Qué irónia, yo venía a estos lugares a hacer precisamente lo que él está haciendo.
Me  estabilizó rápidamente, pasando mis manos por mi trasero  quitando un poco de tierra.
Camino intentado buscar al idiota, ¡Bingo! Susurre para mí en cuanto vi esa remera marrón.
Corrí y nuevamente comencé a esquivar personas. Lo estaba por alcanzar cuando algo o más bien alguien pasa por mi lado desplazándose con mucha agilidad.
Arrugo la frente, ¡No me pasarás!.
Acelero más, hasta estar a la par suya y lo analizo. Piel oscura,piernas largas y fuertes, cabello castaño el cuál portaba una bandana con un dibujo de una  pantera. Al parecer siente mi mirada ya que gira la cabeza y me sonríe.
Confundida, concentro mi vista al frente para seguir persiguiendo al ladrón, pero este ya no está. Me detengo en seco, lo que ocasiona que la persona al lado mío también se pare.

-¿Por qué me persigues?- le reclamo aún más confundida que antes.
Él abre la boca para contestar pero unos gritos nos interrumpen.
Frunzo el ceño al ver que dos personas comenzaron a pelear. Achino los ojos y visualizo nuestros bolsos. Al parecer el asaltante se choco con una mujer.

Sonrío, para ser ladrón tienes que escapar más rápido, cariño.
Me apresuro en llegar hasta ellos dejando a la persona desconocida atrás y agarro nuestros bolsos.

-¡POLICÍA!.- Escucho unos gritos que me sobresaltan al mismo tiempo que la persona que tenía nuestras pertenencias , anteriormente, es esposado.

- Señorita, ¿Usted está bien? ¿Los bolsos son suyos?.-  Pregunta un policía que se coloca en frente mío.

- Sí, son míos.- digo mirándolo fijamente.
Abre los ojos con sorpresa.

- Disculpe mi atrevimiento pero es ¿Usted la número 21 de Las Leonas? Sara kobayakawa.- Mis labios se abren ligeramente y asiento.
¿Me conocen?, Pensé que el hockey sobre césped, no era muy conocido ya que sólo había  una sola cancha para entrenar en Japón.

- ¿Me podría dar su autógrafo?, por favor, es para mí hija, está loca con Las Leonas y sus partidos.- Dice mirándome suplicante al mismo tiempo que me tiende un bolígrafo y una hoja que no sé ni de dónde saco.
Se lo firmo rápidamente. Ya quiero volver con el resto del equipo, deben estar preocupadas.

-¡SARA!- Me doy vuelta al llamado, viendo como mi equipo se acerca- ¿Estás bien?, ¿No te hiciste daño?,¿Te duele algo?, ¿Recuperaste los bolsos?.- Dicen todas bonbardeandome de preguntas.

-¡Chicas, chicas!.- Alzó mis manos y las tranquilizo- Estoy bien, no pasó nada y si recuperé los bolsos.- dije sonriente.

- ¿Sara?.-Comenta Luci
-Dime Luci- le respondo mientras verifico si los bolsos tienen todo.
-Con tu carrera enamoras.-  La miro confundida y ella sólo se limita a señalar con la cabeza a un grupo de tres personas que me estaban mirando.
Me levanto y me acerco a ellos, ya que vi a la persona que me estaba siguiendo.

-¿Quién eres?.- Le preguntó al morocho que se encuentra sonriente.
- Soy Patrick Spencer, mejor conocido como "Pantera"- dijo y sé ,por su acento, que es Norteamericano.
Levanto una ceja, nunca escuché de él.
- ¿Por qué me seguías?- dije levantando el mentón.
Él se toca la cabeza con una mano, dando a entender su nerviosismo.
- Sólo quería comprobar algo-.
- ¿Algo como qué?-.
- Corres igual a un jugador que conozco.- ¿Un jugador?.
- Jugador ¿ De Qué?-dije cruzandome de brazos.
- De fútbol americano, me enfrenté a él en un partido.- Dice con la mirada perdida como recordando algo.
Ahora que lo pienso, el fútbol americano es muy conocido acá.
Me acuerdo de Habashira Rui, el juega americano también.
- ¿Juegas Fútbol americano?.- pregunto curiosa.
- Sí, somos un equipo reconocido en Estados Unidos, nos hacíamos llamar los Aliens de la NASA.- dijo un peli rosa que hasta ahora no había notado, igual que el rubio que está a su lado- Soy Jeremy Watt, receptor- se presenta el pelo rosa.
- Y yo, soy Homer Fitzgerald, mariscal de campo.- se presenta ahora el rubio.

Bueno, esas posiciones por lo menos si las conozco, Jeremy sería como Luci y Maya como Jeremy.
- ¿Y tú, Pantera?.- dije llamándole la atención.- ¿En qué posición juegas?.- dije totalmente interesada. Al preguntar esto veo como sus ojos se iluminan.
Corría muy bien, pero todavía le falta para poder pasarme.
- Linebacker, corredor.- responde feliz.

5 minutos después.

- Haber, déjame ver si entendí.- digo un poco mareada por tantas cosas que me cuenta Pantera- Ganaron el partido contra los Deimon.- Ellos asienten- Su coach Leonardo Apolo  y Hiruma, quaterback de los Deimon, apostaron que si ganaban por 10 puntos tendría que irse al país opuesto. Los Deimon a EE.UU  y La NASA para Japón. Pero como no gano ningún equipo por más de 10 puntos, los dos cumplieron su apuesta. Partiendo los Deimon a Estados Unidos y ustedes quedándose.- repase todo y  tal como me lo dijieron.
A nosotras nos pasó algo parecido, Maya apostó  con un equipo de Brasil, quién anotara 9 puntos se iría al país del otro por un determinado tiempo.
Empatamos 5 a 5. Lo que ocasionó que Las Leonas vayamos a Brasil, ahí nació el "león Maldito".
- ¿Los Deimon seguirán en Estados Unidos?.- pregunto a los chicos.
- No creo, ya paso un mes de la apuesta y los dos equipos nos liberamos de ella.- dice seguro el quaterback de los Aliens de la NASA.
- ¿Y que hacen ustedes todavía aquí?.- dije suavemente, intentando no ser grosera. Me cayeron muy bien estos chicos.
- Paseamos, Leona.- responde Jeremy.
Les conté que yo también estaba en un equipo, pero al decirles el deporte se emocionaron mucho, diciéndome que algún día los veré en la gradas de nuestros partidos. A Pantera le emocionó que yo también sea corredora, y nos juramos hacer una carrera algún día.

Al finalizar el día, estábamos todo el equipo comiendo en un local que habíamos encontrado por ahí , pero no solas, con el equipo de la NASA, que nos acompañaba.

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