La primera gota cayo
con el injusto desprecio infantil de un profesor en el
colegio,
la segunda gota cayo
de la mano que quise tenderle a mi padre, pero que me
negó,
la tercera gota cayo
al ver otra vez tras una pantalla a un niño de mi edad
agonizando,
la cuarta gota cayo
cuando alguien peor que yo me humillo y me hizo
creerle,
la sexta gota cayo
cuando mis primeros ojos enamorados recibieron
indiferencia como respuesta,
la séptima gota cayo
cuando juzgaron el interior de mi corazón sin ni siquiera
abrirlo,
la octava gota cayo
cuando corrí a saludarla después de años, y al darse
la vuelta era otra,
la novena gota cayo
cuando mi hermano me abofeteo con un comentario tan
hiriente como exacto,
la décima gota cayo
cuando conté un secreto intimo a alguien que resulto ser
mi enemigo,
la undécima gota cayo
cuando me convencí e que quien debía protegerme me
estaba robando,
la duodécima gota cayo
al darme cuenta de lo poco que nos queda entre nacer
y morir,
la decimotercera gota cayó
cuando mi hermana se fue sin ni siquiera poder
despedirse,
la decimocuarta gota cayó
cuando aquel verano fue otro invierno, y aquel invierno,
otro invierno,
la decimoquinta gota cayó
cuando llegué a aquella estación concurrida pero no
había nadie para recibirme,
la decimosexta gota cayó
al correr hacia lo que creía que era una isla y darme
cuenta de que era una hoguera,
la decimoséptima gota cayó
por la nostalgia de no este siendo quien quisiera ser,
la decimoctava gota cayó
al perder otro tren que salía con retraso.Así el caso de la vida se va desbordando,
y algunos no lo soportamos,
y todo lo que deseamos es salir de nosotros mismos,
como sea...
Vamos achicando el agua del vaso.
Con terapias, con pastillas, con deporte.
Con sexo, con relaciones de amor y posesión, como sea...
Vaciando el vaso
hasta que nuevas gotas caen
y caen
y caen.

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NACH Hambriento
PoesíaA Isabel Olmo. Sin ella no existiría este libro, sin ella no existiría mi pasión por la palabra sin ella no existiría.