Me trajeron a esta Ciénega cien dagas
que lance pensado en no volver jamás,
asomando a mis temblores traje llagas
y asesinos de batalla que siempre llevo detrás.
Ahora estoy viviendo en círculos concéntricos,
sin ningún nuevo ingrediente que añadir a mi costumbre,
tan solo intento unir estos vínculos idénticos
de un pasado independiente que caminaba sin lumbre.
Me ahogaron en este lodo mis excusas infantiles,
decoradas con palabras que sonaban a ruiseñor,
hoy escriben mis fantasmas, duendes deformes y hostiles,
que me habitan como carnívoras plantas de interior.
Soy mi único culpable, fragmento de cualquier yo,
por ser una semilla que tuvo miedo de ser flor,
y convivo con mi falso mas autentico, mi otro otro, con
mi horror,
asumiendo esta condena y este justo desamor.
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NACH Hambriento
PoetryA Isabel Olmo. Sin ella no existiría este libro, sin ella no existiría mi pasión por la palabra sin ella no existiría.