Dreams Of Bad Girl

El final

Caminaba; intentaba por todos los medios encontrar un ápice de luz en aquel oscuro y tenebroso pasillo, que a priori parecía no tener fin. Era un alma errante deseosa por llegar al destino final, quizás la muerte, quizás el jardín trasero de mi casa. No lo sé.

De repente, luz. Una cegante luz estaba delante de mí. ¿Debería seguir? La luz representa el final.

Entonces oí tu voz. Se oía tan lejana que quise gritarte, decirte que te amaba. Obviamente, eso tú ya lo sabías ¿Cómo no amarte? Eres sin duda alguna el punto que le faltaba a mi "i", el mejor despertador que podría tener y el único rincón sin profanar por nuestras muestras repentinas de afectos.

Tú, amor mío, eras la definición exacta de utopía; todos te imaginan, pero nadie te tiene. ¿Por qué estas aquí, entonces? Solo una respuesta posible: por mi. Raro, ¿verdad? Yo aún no me lo creo. Eres tan mágico.

Te veía, me mirabas con amor, como aquel día que nos conocimos hace ya tantos años y tan extintos que no merece la pena ni mencionarlos. Aquel abrazo infinito que hizo a nuestros corazones unirse, aún más de lo que han estado en algún momento. Dejándome sin aliento cuando tus ojos marrones me embrujaron por completo.

Te quiero, ¿tan difícil es de entender? Aunque quizás es porque no te quiero de manera convencional. No te quiero para un rato, te quiero para siempre, con los altos y bajos. Aceptando que no voy a ser la única que intente conquistarte, pero sí la que va a estar ahí cuando caigas o cuando ni tú mismo te soportes.

Prometo ser siempre la mantequilla de cacahuete de tu emparedado.

Y al final, esa luz volvió a ser oscuridad, abro los ojos lentamente para ser testigo de un cuarto con luz tenue, paredes blancas y muebles caoba. Respiro profundamente y caigo en la cuenta de que nuevamente soñé contigo. Contigo y nuestro futuro juntos.

Miro mi móvil y no ha rastro de tu existencia.

La pregunta es sencilla ¿sabes ya que te quiero? porque si no es así, te lo digo: te quiero y para siempre; con todo lo que eso conlleva y las cosas malas que el amarte tan incondicionalmente pueda traer. Aunque en silencio, presa del miedo seguiré amando todo de ti. Y aunque sé que no eres el indicado para el resto de mi vida, eres el indicadamente equivocado.