capítulo 6

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Habían pasado varios minutos y Mariana no había bajado, me estaba empezando a preocupar. Así que decidí ir a ver qué había pasado.

Subí las escaleras muy despreocupada y llegando al segundo piso empecé a escuchar ruidos extraños pero no sabía cuál era su procedencia, así que me dirigí a baño, pero los sonidos no eran tan fuertes como antes por ende me dirigí a mi habitación. Los sonidos sonaban un poco más fuerte y la puerta estaba entre abierta, medio asomé me cabeza y mi cara se puso roja como un tomate, no podía creer lo que estaba viendo. Cerré la puerta muy despacio y bajé las escaleras corriendo. «¿Pero que carajos le pasa a Mariana?, ¿como se atreve a tocarse mientras esta en mi casa?, Peor aún ¿Por qué quiero ir a verla otra vez?».

Agité varias veces mi cabeza y me dirigí  a la cocina para echarme un poco de agua en la cara, me relajé por un momento hasta a mi mente vino otra vez la imagen de ella gimiendo muy sensualmente mi nombre...«Espera,¿ella estaba gimiendo mi nombre?».

—Oye, ¿por qué tienes cara de espanto?—. Su voz me alteró y me caí al piso.—¿Estás bien?—.Se acercó para ayudarme, pero rápidamente alejé su mano y me levanté.

—No te pre-preocupes, vamos a ver la película—. Pasé por su lado sin llegar a tocarla me senté en el sillón cosa que ella imitó, quedando muy junto a mi.

—¿Qué película pusiste?
—Una de miedo.
—Bien, me gustan.

Nos quedamos un buen rato viendo la película aunque no le puse mucho cuidado ya que mi mente estaba perdida en el momento que encontré a Mariana en mi cuarto. «¿Me había excitado verla de esa manera?, Pero que estoy pensando, mejor le pongo cuidado a la película».

Cuando terminó, ella me propuso ir al cuarto a estudiar, pero me negué diciéndole que me dolía la cabeza. Aunque ella insistió varias veces en ir a la farmacia por algunas pastas por fin se rindió y se fue.

Me calme por un momento y me dirigí al cuarto, cuando entré observé todo, parecía normal, como si nunca hubiera pasado nada. Me recoste en la cama y comencé a pensar que tal vez me empezaba a interesar Mariana, pero no estaba segura, quizá simplemente me atrae físicamente. Fui cerrándolos ojos hasta quedar completamente dormida.

...

Me desperté sudando, y un poco agitada «¿En serio tuve un sueño erótico con ella?, Agg es bastante frustrante no poder dejar de pensar en ella». Me levanté, fui al baño a hacer mis necesidades y a bañarme, duré un poco más de lo habitual pero no me importó, me vestí y decidí llamar a unos de mis amigos los cuales no veía hace mucho para salir, quería dejar de pensarla por un momento.

Nos encontramos en un pequeño local en donde nos habíamos visto unos años atrás, me alegré pues ellos no habían cambiado en nada seguían iguales aunque mis compañeros si que estaba aún más sexys de lo que recordaba. Me senté al lado de ellos e iniciamos una conversación muy amena con unos aperitivos por delante.

Era sábado así que llamé a mi mamá explicándole porque llegaría un poco tarde, ella aceptó aunque no de inmediato, solo fue después de un rato que le insistí. Después de irnos del local unos fuimos a ver una película al cine todo fue muy tranquilo, aunque si que me incomodaba las miradas intensas que me hacían algunos de mis compañeros.

—La película si que estaba buena, en especial la protagonista—. Dijo el más bajo de los chicos dandole un codazo a al otro chico que se encontraba a su lado el cual no dejaba de mirarme.

—Si,si —. Respondió vagamente mientras me seguía mirando.

—Deja de mirar a Lorena que ya la estas desnudando con la mirada—. Dijo Camila que se encontraba a mi lado mientras soltaba algunas risas junto con los demás.

Él quitó su mirada de mi y miró al suelo muy apenado, yo igualmente quería irme a mi casa en ese momento.

Nos dirigimos a la casa de Paula ya que era la que más cerca se encontraba,entremos y todo era normal, hasta que llegó un momento determinado en el que empezaron a aparecer botellas de cerveza y alguno que otro cigarrillo, no sé en qué momento pasó pero ya todos estaba un poco alcoholizados y un poco idos de sí.

Me ofrecieron varias veces, pero todas las negué no quería tomar ni fumar todavía. Me quise ir pero el chico que había estado mirándome me agarró del brazo muy fuerte y me pegó contra una pared, acercándose peligrosamente a mis labios y besándome con desesperación, lo intente alejar pero era muy fuerte y me tenía acorralada, rápidamente me tiró al piso y se subió encima mío para proseguir con lo que había empezado. Seguí forcejeando con él hasta me tocó darle una patada en su entrepierna para alejarlo, cayó al lado mío haciendo muecas de dolor y yo solamente aproveché ese momento para irme corriendo de esa casa. Las lágrimas se hicieron presentes en mis ojos, haciendo que el camino se hiciera un poco borroso, forzosamente tuve que parar antes de que ocurriera un accidente. Saqué el celular y marque el primer número que me apareció, y la voz me Mariana me recibió.

—¿Lorena?, ¿Qué pasó?—. Su voz sonaba muy somnolienta, parece que la había despertado de un profundo sueño.

—Dis-discupame por lla-llamarte a esta hora—. Mi voz sonaba muy rota y sé que tal vez ella se preocuparía.— Pe-pero ¿podrías venir a re-recogerme?.

—Claro, claro ¿dónde estás?.
—En el parque del 20.
—Bien, voy para aya, no te muevas.

Colgó de inmediato y yo me senté en el césped esperando su llegada, de todas maneras estaba alerta de cualquier movimiento extraño.

A los pocos minutos llegó y yo sin pensarlo dos veces la abracé.

mi única excepciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora