🅅🄴🅁🄳🄴

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Ya estaba cerca la época de verano, se notaba en las caras emocionadas de los alumnos de la mansión Xavier, y por el calor que se hacía presente por lo cual la ropa de todos o de la mayoría era mucho más ligera y fresca. Por ende, el mutante de cabellos plateados vestía ropas más frescas de lo normal y eso no pasaba desapercibido para el mayor. Quien al verlo así en la mañana casi se atraganta con el desayuno. Su pareja lucia más tentador de lo normal. Pero no podía culparlo ya que no lo hizo con intención, solo tenía calor como los demás. Lo que no soporto fueron las miradas nada discretas hacia el menor y ciertamente eso causo que el Lobezno besara de manera profunda a su mocoso. Dejando en claro que era suyo, además de mirarlos de forma siniestra.

El calor le hacía sufrir semejante infierno busco entre toda la ropa, sonrío al encontrar una vieja ropa ligera shorts beige y una playera negra. Al ponérsela se dio cuenta de dos cosas: estaba gordo por lo ajustada que le quedaba para su gusto o se había encogido ambas prendas, pero aun así no importó eran suaves y frescas.
—Hola— saludaba a todos con una pequeña sonrisa hasta que vio al mayor observar a su persona —Logan— susurra bajito antes de ser interrumpido por el beso el cual fue claramente correspondido dándole a crecer su orgullo para después ser abandonado sin aliento.

En el transcurso del día sus clases eran relativamente normales, aunque había algo de distracción por el calor, pero para Logan no era problema. Era así hasta que paso la clase donde estaba Peter, su concentración se fue a la mierda, la ropa de su pareja era muy seductora de manera discreta, resaltando y dejando un poco a la vista la piel pálida del Velocista. Tuvo que hacer fuerza de todo su auto—control para no lanzarse hacia el menor y empotrarlo contra su escritorio. Cuando estaba por finalizar su clase iba a dejar que el menor se fuera a almorzar y luego le vería, hasta que recordó algo en su cartera. Algo muy valioso, tomó su cartera de manera disimulada por debajo del escritorio y comprobó que efectivamente traía el cupón verde con sigo. Cuando la campana sonó pidió a su pareja que se quedara, claro utilizando la relación "Maestro — Alumno". Pidió que cerrara la puerta. Cuando lo hizo se sentó en la silla detrás del escritorio mostrando el cupón verde que le había obsequiado hace algunos meses.

—¿Sabes? Hoy es un buen día para usarlo ¿no lo crees amor? —

Se extrañó ante tal petición la cual acató rápidamente, dándose la vuelta tranquila hasta que su rostro se sonrojo leve por el calor y el papel que los dedos largos, firmes jugaban —Tienes clase en 20 minutos, lo sabes verdad— ataja el menor con pensamiento razonable.

Sin quitar su sonrisa ladina miro el rostro sonrojado del menor. Recorrió su cuerpo de manera lenta y sin descaro, teniendo mayor satisfacción en ver a su pareja.
—Así es. Por lo cual bebé estamos perdiendo tiempo. Mucho tiempo valioso— habló de manera lenta y ronca mientras se levantaba y se acercaba al menor y en menos de un segundo ya tenía entre sus brazos al platinado. Reclamó sus labios de manera suave pero profunda.

El adolescente se estremeció ante aquella mirada lo cual le hizo quedarse ahí parado —pero voy a morir de hambre— queja con un pequeño pucherito que es callado por el demandante beso correspondiendo con un suspiro ligero, sostenido de los brazos fuertes del castaño, sus manos posaban en los músculos fibrosos —Dios Logan— gime bajito al ser liberado de su boca y arrastrado al antojo de su hombre.

Sonríe algo malicioso mientras acaricia su cintura, con cuidado y lentamente beso su cuello y hasta las clavículas estremeciendo el cuerpo del menor. Disfrutando de los pequeños jadeos y el rostro sonrojado del menor —sabes que tienes clases libres por Raven, además el cupón dice donde sea— bajo sus manos hasta el trasero del menor acariciándolo sobre la tela y dándoles un pequeño apretón para provocar al menor.

Rueda los ojos por dos cosas: una maldiciendo su gran creatividad con ese dónde sea le había dado un arma y la segunda porque su novio estaba más pendiente de sus horarios que su propio padre —pero tú si tienes clases que dar— se estaba resistiendo demasiado, pero aquello quebró cuando le agarraron el trasero, era una de sus mayores debilidades —por el amor a Cristo, Logan— queja y suspira —será rápido, más te vale ser un anciano precoz— habla con sorna.

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