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A la mitad de la madrugada siente un olor y peso familiar a su lado, su hombre había estado más de tres meses fuera junto a Alex y Sean de misión, él también lo estuvo pero por menos tiempo sólo eran días o un día repartido durante ese tiempo, no había la gran emoción pero de hacía lo necesario, claro que el velocista terminaba salvando al mundo como siempre, sólo le gustaba compartir créditos. Fue arrastrado cinco centímetros atrás hasta topar con un pecho desnudo, se acomoda sabiendo que así tardarían abrazados hasta la eternidad de sus existencias, por hoy le dejara descansar, o tal vez era una alucinación por extrañarlo.

Era un hecho odia con cada fibra de su ser a Alex, y es que ¿¡COMO MIERDA IBA A PERDER EL COMUNICADOR Y LA DIRECCIÓN DEL MUTANTE QUE BUSCABAN!? No podrían comunicarse por lo cual estaban retrasando la misión y eso de seguro a Erik eso le venía como anillo al dedo. Maldito seas Magneto.
Peter debe estar preocupado y de seguro enfadado por la falta de comunicación por un mes, gracias al imbécil de Alex ya que era su segundo mes fuera de la mansión Xavier. En cuanto pudo tomar un celular. Lo uso para estar en contacto con el velocista, pero no contaba de que el mutante al que buscaban les dio problema y el perdió el único comunicador con Peter, se encontraba molesto, frustrado y sobre todo ansioso. Sean y Alex se alejaron del lugar al ver como el Lobezno atacaba sin piedad al otro. Y en menos de 5 minutos el mutante estaba noqueado y amordazado para ir de regreso a la mansión de Charles. Al llegar vio que había pasado tres meses fuera y la hora era muy temprano apenas el sol estaba a punto de salir. Caminó directo a donde se encontraba Peter despojándose de su ropa una vez al llegar quedando en ropa interior. Y su meterse a la cama de su pareja suspiro relajando sus músculos y abrazando a su mocoso contra su pecho y susurrar algo adormitado: —Estoy en casa—

Durmió cómodo en brazos de quien más esperaba con el cálido sentimiento de sus palabras sin despertarse, después de unas horas lo abrazó en la nariz helada enterrada en su pecho, así como sus pies fríos entre las piernas de éste, era su casa, su lugar favorito, el amor para su vida, su hombre, su mundo entero...

Despierta con eso de las 10 a.m. en pleno fin de semana la mansión está vacía seguro todos andan en el patio o afuera de los terrenos de Xavier.
Observa la mano que le rodea la cintura, muerde su labio con emoción, no era un sueño; en modo sigiloso sale y le coloca una almohada para que este lo siga abrazando, adoraría un par de horas más pero su hambre podría ganar la batalla. En pijama baja buscando que comer, un bien tazón de cereal sería maravilloso, pero necesitaba algo más, un letrero enorme color rojo que dicta se cerebro en señal de peligro toma el sartén y lo pone al fuego, suspira –bien no explotó la casa– y comenzó la tarea titánica; a los minutos olía a ahuevo, tocino, pan ligeramente quemado, mantequilla y el dulzor de fruta, cada dos por tres se chupaba los dedos llenos de miel o crema de avellanas.

Al despertar lo único que encontró fue la cama vacía y entre sus brazos una almohada con el aroma de Peter en él. Suspiro levemente aspirando el aroma tan dulce que amaba y extrañaba. Con una sonrisa ladina se acostó boca arriba escuchando el ruido hacia las escaleras, pero si su aroma no fallaba había cierto pan ligeramente quemado así que su chico le preparo el desayuno.
Suspiro algo frustrado al saber que Peter hizo un gran esfuerzo, mientras el no hizo nada. Se sentó mientras observó entrar por la habitación a su pareja. Le mira curioso ante la comida y el saludo sin sus típicos motes ligeramente burlones, pero lo dejo pasar. Al ver la comida y su sonrisa sabía que le había extrañado tanto como él lo hizo.

El segundo reto era subir las escaleras, pero su instinto punzaba en sus venas por correr, la charola repleta de comida se mueve cual gelatina, logra subir esa montaña y camina a lo largo del inmenso pasillo pensando si algún momento tendrá fin o terminará dentro de algún mundo extraño con un conejo por algún agujero o gobernado por un león o Dios sabe que, abre la puerta y se encuentra con un gruñón sentado y adormilado –Buenos días, amor– se contuvo para no decir anciano, viejo u otro mote ligeramente llevado, era la primer palabra que cruzaban, deja en el mueble de al lado la bandeja para ir directamente a sus piernas y llenarle de besos su rostro, sintió esas manos que le hacen sentir vivo y retorcerse sobre él dejándose llevar por el mayor. La angustia vivida era horrorosa, aunque Charles le dijera que estaban bien, que solo podía sentir sus mentes con cerebro, eso no le servía a él, necesitaba escuchar su voz y ahora sentirlo –te extrañe– con los ojos cerrados, agitado ante el semejante

Río por lo bajo al sentir como el menor se tiraba encima suyo y se vio rodeado de besos por su rostro, pasó sus manos por su cintura disfrutando ese momento, antes de tomar con cariño sus labios para demostrarle cuanto le extrañó. Aunque sus manos bajaron hasta los glúteos del menor haciendo una leve presión en ellos provocando que se acercará más a él.
— Ya estoy aquí Peter... Y también te extrañé más de lo que pude soportar— murmuro contra sus labios antes de tirar de ellos y profundizar su beso. Como había anhelado y extrañado a su pareja, sabía que la misión era importante pero también era notorio que Erik le asigno esto junto a Charles por alejarlo de Peter.
Ja que lo siga intentando, volvería por Peter.

Sonríe de oreja a oreja –Lo sé, soy irresistible– murmura burlón y presumido entre besos ambos mordisquearon sus labios, los succionaron, Peter se movía ligeramente encima de él, podría haber dos motivos la calentura y un simple te extraño fusionados

—No negare que lo eres. Pero solo mío— habla ante el comentario del mutante Velocista antes de corresponder los besos y pequeñas mordidas, sus manos acariciaban ligeramente la piel descubierta de su pareja sintiendo como este se movía sobre su regazo. No eran necesario las palabras con el simple tacto con los besos sabían expresarse cuanto se extrañaron.

–¡Espera espera espera espera! – recupera su raciocinio antes de comenzar a subir las cosas se tono, si ya comenzaba a jadear era la llave a la perdición –hice el desayuno— pone en sus labios aquel cupón amarillo canario, se lo encontró en un pantalón del mayor antes de lavarlo nunca supo cuando iba a canjearlo, pero ese parecía ser el momento mis dotes culinarios no son de tres estrellas, pero apuesto que no sabe tan mal–habla con el papel en los labios

—¿Qué sucede? — preguntó extrañado cuando el menor se separó de repente, pero pronto su con función paso hacer una divertida y genuina alegría. Río suavemente al ver el cupón en los labios de su chico.
— Así que ahí estaba. Creí que había perdido eso. — besó su mejilla con suavidad antes de tomar el papel y besarlo —adoro tu sazón, pero ten cuidado en la cocina sabes que te puedes lastimar... Así que ¿que esperamos? Comerás conmigo—

—Lo sé — hace un pequeño silencio aceptando el beso casto, amaba verle preocuparse por cosas sin importancia, se mueve de un lado a otro provocativo —podría comerte a ti también– deja otro beso casto levantándose y tomando la bandeja dejándola en la cama–no es la gran cosa, pero parece que está bien, puedes regenerar tu estómago así que no hay problema– sus labios se posan en la mejilla con un sonido tronado, después bebe del cartón haciendo un puchero viendo a Logan comer como vagabundo

–¿Por qué no hablaste en meses?– su puchero de niño pequeño sigue instalado en su rostro dándole un ligero golpe en el brazo –moría de preocupación, Erik estaba feliz, aunque Scott me dio ánimos– Scott no le caía nada bien, Alex si, Peter era un celoso resentido de lo peor aunque muy pocas veces lo demostraba, prefería darle la libertad que su hombre quisiera antes de que se enterara que hizo algo a escondidas, sin duda ni se lo perdonaría
–Voy a colgarlo de las pelotas, aunque Hank no le parezca, tenían que haber llegado hace dos meses–

Sonrió abiertamente mientras comía tranquilo, aunque le mira lascivamente. Le ofrece de comer a Peter, dándole un bocado de tocino para luego comer él. La comida estaba grandiosa sin exagerar, a excepción del pan ligeramente quemado, pero comestible.
— A tu padre le fascina si estoy lejos de ti, no me sorprendería si un día convence a Charles de mandarme más seguido a misiones — Mencionó tomando jugo de naranja antes de besar el puchero de Peter y continuar con el tranquilo desayuno
— Alex perdió los comunicadores, luego de eso el imbécil que buscábamos rompió mi teléfono. Así que si Hank se entera de lo que le harás nos matara—

Espero paciente escuchando la historia completa y suspira creyéndole —y voy a morir con gusto— mastica la tostada con mucha mantequilla y azúcar –Chales decía que estabas bien, pero no era suficiente después del segundo mes– se hunden sus hombros comiendo aún más –¿Te ha gustado? – señala con la mirada

Sonríe levemente mientras mastica con gusto el pan tostado, antes de besar el pequeño puchero de su pareja antes de bajar el bocado —Se que te preocupe y lo siento amor. Prometo que para la siguiente estaré comunicado sin problemas y si algo pasa... Puedes matar a Alex, luego vendré a robarte de la ira de Hank— su voz suena con cariño y un ligero deje de burla.

— Uhm. No me gusto, me encanto. Cocinas muy bien mocoso— Sonríe y antes de que le reclame le besa con cariño sintiendo el azúcar de la tostada en sus labios, así eran mejor la comida. El resto era más que planeado por el castaño, simplemente no se separaría del platinado por unos buenos días.


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