Tweek...
"No es normal"
-Tweek...
"¿Qué rayos usará en el cabello?"
-Tweek...
"¿Y en las manos? son como las manitas de un bebé"
-¡Hey!- Token le sacudió tomándole el cuello de la camisa. Tweek llevaba un minuto apoyado contra la pared viendo a ningún lado, sin responder a nada de lo que le decía.- ¿En qué tanto piensas?- logró sacarlo de su sueño despierto.
-nggg... en nadie- Contestó rápidamente, tan instantáneo que sonaba casi nervioso.
-¿Eh? Pregunté "en que" no "en quien"... ¿acaso será que al fin una chica te ha robado el corazón?- Miraba al chico, sonriendo, esperando haberle pillado la verdadera razón de su divagar.
Decir que pensaba en aquel chico le avergonzaba, a pesar de que sólo eran ideas vagas sin relevancia alguna, probablemente sabía que, explicarlo lo haría más equívoco y propenso a una burla que no pensaba soportar. Siendo así consiguió librarse de la pregunta, trayendo un y tema tras otro sin tener siquiera relación, para Token le era cada vez más obvio que su amigo no están dispuesto a tratar una conversación sobre chicas, claro que estaria feliz de saber que Tweek, siendo tan peculiar, encontrara una novia, éste siempre había sido del tipo difícil de tratar, con sus tics extraños o manías que incomodaban al resto, en especial a las mujeres.
Librado de esa presión, ambos atenderioron sus asuntos dentro del gimnasio. Tweek necesitaba relajarse un poco, en algo que pudiera hacer sin tratar con alguien más, se dirigió al saco para dar algunos golpes mientras sacaba miles de pensamientos basura de su cabeza.
Era curioso que el peso del saco le pareciera diferente en ocasiones, a veces era casi como tratar de golpear un sólido pilar y en otras, lo sentía tan liviano como una almohada. Con el tiempo se dio cuenta que dependiendo de que tanto máquinaba en la cabeza, cambiaba su percepción: cuando lidiba mucho con alguna idea loca y agotadora, el peso era mayor a las ocasiones que se limitaba a dejar la cabeza centrada en nada más que sus puños y movimientos. Ahora, que se había tomado la mañana para preguntarse estupideces sobre Craig, no eran como tal esas dudas, era el porqué le importaba tanto saberlo.
Tenía que dejar eso de lado, enfocar toda su atención en cómo ese enorme bulto de arena se movía devuelta a cada puñetazo que le brindaba, la forma en que debía colocarse... desde ahí podía ver la gran puerta doble...
La velocidad de sus brazos y pies... una de las puertas estaba abierta, tal vez para su hubiera mejor ventilación... En los puntos que eran fácil de atacar... ¿Acaso era ese, Craig?... La defensa... No lo veía bien estaba casi de espaldas, el movimiento del saco obstruia su visión cuando regresaba... ¿Alguien más?... ¿Wendy?... Era wendy, a ella podía verla claramente de frente, aún cuando se encontraba a varios metros, de las pocas chicas pugilistas ella era la única de cabello negro. De alguna manera continuaba golpeando el saco únicamente para poder ver mejor hacia la puerta, ella estaba riendo de forma boba, parecía tan diferente a con quien hablaba ocasionalmente, pero no podía dejar de observarlos, trataba de imaginarse que clase de conversación tenían, nisiquiera sabía que ellos se conocían... ¡Le está acariciando el pelo! ¡¿Por qué!?Sin razonarlo algo de eso le molestaba, Wendy tenía un cabello bonito, pero no era motivo para tomarlo como la maldita obra de arte capilar. Algo que tampoco notaba era la mayor intensidad de sus golpes, ya nisiquiera sabía en donde pegaba solo sólo quería mover ese puto bulto que no lo dejaba ver...
¡Lo besó!
Viendo como último aquel acto, algo enfermizo se apoderó de sus entrañas, quería arrancarle el pelo sin motivo, y de nuevo la vista le era bloqueada por el bendito objeto de cuero, al que le dejó ir casi todo su peso creando que volviera de igual manera, pero como su objetivo ya no era el inerte bulto, éste le dio por completo, derribandolo brutalmente.

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Tiempo de pose: diez rounds
FanfictionTodos los días Tweek Tweak, un boxeador amateur y Craig Tucker, aspirante a estilista, se encuentran en la parada del bus luego de terminar sus actividades. un término empleado en ambos contextos crea una peculiar conversación que enreda todo entre...