Después de un día aparentemente tranquilo, al caer la noche ambos se dirigieron a la sala de estar. Marinette caminó hacia el sofá, acomodándose en uno de los extremos de mientras contemplaba cómo su anfitrión dejaba unos cuencos con palomitas y tentempiés en la mesita de centro.
- ¿Cómo crees que estaremos dentro de dos años?- preguntó ella sin pensar, observando el rostro sorprendido del varón.- Es decir, ¿piensas que estaremos casados? O quizás... ¿Tendremos un hámster? O... ¿Algún bebé?
La expresión del zagal era cada vez más incierta, haciendo que la joven se arrepintiera de dar rienda suelta a su imaginación.
« Tal vez me pasé preguntando... »
El rubio se acercó a la muchacha, que lo miraba dudosa, y tocó sus piernas, que había colocado encogidas en el asiento, para que las bajase; tumbándose a lo largo del sofá y recostando la cabeza en su regazo mientras cerraba los ojos antes de hablar.
- Yo... puedo verte claramente en nuestro apartamento, sentada en la mesa de la cocina, contándome cómo ha ido tu día en el trabajo, acariciando tu hermosa y ya prominente barriga de embarazada, mientras yo voy preparando la cena para los dos.- narró aún sin atreverse a abrir los ojos.
Una sonrisa ilusionada se dibujó en los labios de la fémina, quien con delicadeza peinó los mechones del rubio a la vez que no perdía detalle de sus rasgos.
- Y en esa imagen... ¿Me ves guapa?- inquirió con curiosidad.- ¿No estoy muy hinchada o crees que parezca menos atractiva?- indagó con facciones más decaídas.- A lo mejor, ya no me deseas si tengo una barriga tan grande...
El chico abrió los ojos de golpe y se incorporó, volviéndose a mirar a la azabache, y acarició su rostro con delicadeza, mostrándole una sonrisa dulce.
- ¿Guapa? No.- negó taxativamente, acompañando su expresión con un movimiento de cabeza.- Increíblemente preciosa, incluso más bonita que ahora, me atrevería a decir.- sus esmeraldas reflejaban la sinceridad de sus palabras.- Y en cuanto a desearte... bueno.- se relamió con picardía.- No podría dejar de hacerlo aunque quisiera, Princesa.
Ella percibió un escalofrío recorriéndola de pies a cabeza, luego besando con vehemencia al rubio al atraer su rostro al suyo con impaciencia. Notando cómo su pulso se aceleraba tan solo de probar el elixir de sus besos.
Al separarse, aprovechó el despiste de Adrien para arrebatarle el mando a distancia. Sonriendo juguetona al exhibir el artilugio como a triunfo.
- Ya que estoy, ¿puedo ser yo quien elija la película que vamos a ver?- cuestionó fingiendo inocencia.
- La película que vamos a ver hoy, lo que vamos a comer mañana, el nombre de nuestros hijos...- rio divertido.- Estoy a su servicio, my lady, ahora y siempre.- se puso en pie, haciendo una reverencia y después se dirigió a la estantería donde tenían los distintos dvd's.
Fue leyendo los títulos de las películas para que la muchacha eligiese lo que le apetecía ver.
- ¡Hey, esa me gusta!- exclamó la joven, enderezándose y avanzando hacia él para tomar el dvd que había llamado su atención.- La Momia.- enunció con una sonrisa complacida.- Tienes un buen repertorio, Agreste.- coqueteó a la vez que le entregaba el disco al muchacho.- Llegas a decirme que tienes Full Monty y te pido hacerme un striptease al son del Y.M.C.A.
Adrien soltó una sonora carcajada ante el comentario de la muchacha, atrapándola por la cintura y dando un par de vueltas con ella, que ante aquella sorpresiva acción se aferró a su cuello riendo.
Poco a poco las risas fueron bajando hasta desaparecer y ambos se miraron con intensidad a los ojos.
Casi como si pudiese oír una melodía, él comenzó a mecer su cuerpo suavemente, llevando consigo a la azabache, que imitó aquella danza que parecía sonar solo para ellos dos.
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[+18] ADRINETTE ▪FURTIVE LOVE▪ Collab w/ Moni_armonica
FanfictionLa suerte puede buscarse o encontrarse; aún y así, no siempre es como uno desea. A veces, algo que se ignora puede convertirse en contra de uno mismo. En una penitencia. Así como un alma pura puede ser corrompida al ser manipulada por los caprichos...