[+18] ADRINETTE ▪FURTIVE LOVE▪ Collab w/ Moni_armonica

18. COUNTDOWN

Última noche. Marinette había intentado mantenerse tranquila y descansar, pero su subconsciente no le daba tregua al pensar en los posibles escenarios que podían presentarse.

Agradecía la calidez del cuerpo de Adrien, al acogerla en un abrazo que contenía en cierta manera su desasosiego. Sin embargo, ese abrazo no conseguía hacer que sus temores se disiparan.

Cuando los primeros rayos de sol se filtraron a través de la ventana, ella ya estaba más que despierta. Odiaba que su esperanza pendiera de un hilo, pero aún y así, no podía no estar alerta por lo que pudiera acontecer.

Se fue incorporando al notar cómo su compañero la liberaba y rodaba hacia su lado en el colchón. Al principio, ella se lo quedó mirando sentada en el lecho; admirando su rostro plácido y de apariencia angelical con embeleso.

No obstante, al cabo de unos segundos, se fijó en cómo él se frotaba los ojos y finalmente los entreabría somnoliento. Consiguiendo que Marinette sonriera apesadumbrada al tratar mostrarse serena.

- Buenos días, Gatito.- musitó en un tono apacible.

- Buenos días, princesa.- respondió con la voz pesada, aún impregnada por el sueño, mientras extendía su mano para acariciar la faz de la muchacha con dulzura.- Supongo que no has descansado demasiado bien, ¿cierto? - Ella hizo un gesto de resignación y él le mostró una sonrisa comprensiva.- Bueno, sé que hoy nos espera un día complicado - la atrajo hacia sí para recostarla sobre su pecho y rodearla con su brazo - pero estoy seguro que, a partir de mañana, podremos empezar a vivir como deseamos, y esto no será más que un recuerdo.

El chico intento sonar lo más seguro posible, buscando transmitirle a la azabache la confianza de la que, en realidad, él carecía.

Sabía que lo que tenían por delante era extremadamente complicado, y que muchísimas cosas podrían salir mal, pero no quería trasladar todos sus miedos y dudas a la mujer que tanto amaba.

Besó su coronilla con suavidad mientras acariciaba su espalda.

Ella liberó un largo suspiro, escuchando los latidos acompasados de su corazón, a la vez que acariciaba con los dedos su expuesto torso.

Quería creer en esas palabras con las que él intentaba reconfortarla. Quería no ser una presa fácil de la desesperación. Lastimosamente, una extraña sensación instaurada bajo su pecho, no la dejaba bajar la guardia; una sensación que no sabía exactamente a qué se debía, o si en realidad significaba algo.

«Lo único que ocurre, es que tienes miedo. Nada más.»

Apartando esos pensamientos que no vaticinaban nada bueno, alzó la mirada hacia ese hombre de gemas verde vida que la tenía cautivada.

- Y... ¿Qué vamos a hacer hasta entonces? - preguntó ella en un tono suave.- Aún queda bastante hasta que tengamos que encontrarnos con los secuestradores, y... Bueno...

El rubio fijó sus esmeraldas en los zafiros de la muchacha y se acercó a su boca con delicadeza, dejando un suave beso sobre sus labios.

- ¿Tienes algo en mente, princesa? - rozó con las yemas de sus dedos la curvatura de su espalda.

- La verdad es que ahora mismo no tengo nada claro. - se estrechó a su torso, refugiándose en la calidez de su pecho mientras respiraba en profundidad.- Siento que tengo la mente hecha un lío, y... - sonrió tenuemente.- Supongo que me conformo con estar contigo...

«E intentar no pensar en que todo va a salir mal...»

- Pues como esa es una de mis actividades favoritas... - ella le miró curioso y él se sonrió - Me refiero a tenerte a mi lado.- la apegó más a su cuerpo y besó su coronilla.- Podemos quedarnos un ratito así, abrazados, y luego darnos una ducha juntos y tomar un buen desayuno.