El rubio se paró junto a la ventana y miró a través de ella. Escrutó la luna, que ahora brillaba potentemente y se veía gigante. La tormenta era historia, ya no había nubes en el firmamento azul petróleo; sólo dicha maravilla, y millones incontables de pequeñas y luminosas estrellas. De repente un destello atravesaba rápidamente la totalidad del cielo. Era una estrella fugaz. Enseguida recordó lo que su madre le decía cuando era niño: "Pedí un deseo, hijo". Él los pedía, pero nunca creyó que se cumplirían, así que al momento lo olvidaba y luego no sabía si su pedimento se había hecho realidad, o no. Esta vez intentó creer. Cerró los párpados, apoyó sus palmas en la ventana y dijo susurrando: "Deseo abrir los ojos y que él esté parado al otro lado del cristal". Los abrió; lamentablemente no, continuaba solo. Maldita leyenda.
De todas formas él podía llegar en cualquier momento. Tratándose de Christopher, es lo más probable. Entonces permaneció allí parado, tal vez una hora o dos. No lo sabe. Se dio por vencido, sabía que le tocaba dormir solo.
Volvió resignado al sofá, ya tenía sueño. Esta vez se quedó dormido más rápido de lo esperado.
Despertó acalambrado, y lo peor de todo: solo. Se sentó aún sin bajar los pies al suelo, haciendo rechinar el mueble. Oyó una voz maternal proveniente de la cocina.
- ¿Te despertaste, dormilón? Vení a desayunar.
- Sí, mamá. Ya voy. - Respondió el chico con voz rasposa a causa del reciente despertar.
León se incorporó despacio y fue a la cocina. Ahí estaba Diana, junto a la pequeña mesa en la que había dos tazas de leche con chocolate y tostadas untadas con manteca. El típico desayuno que le preparaba su madre todos los días cuando era niño. El chico sonrió y en sus ojos se notó algo de nostalgia. Es que la verdad aún no estaba muy acostumbrado al brusco cambio de vivir solo y realizar una vida de adulto. A pesar de tener ya 19 años, él no es un chico como el resto, siempre prefirió quedarse en casa y ver una película con su madre o encerrarse en su cuarto a leer libros, en lugar de salir de fiesta con otros adolescentes. En realidad, nunca tuvo muchos amigos. Sólo Fernando y Francisco, dos gemelos castaños que vivían en una casa al lado de la suya cuando tenía 8 años; pero luego se mudaron. En la escuela primaria siempre fue muy solitario, pasaba los recreos sentado, viendo como el resto corría de un lado del patio al otro, jugando a atraparse entre ellos y reían como símbolo de diversión, pero León no le encontraba nada de divertido. En la secundaria, también estaba bastante apartado de la sociedad, aunque fue durante esos años cuando conoció a Jade y un tiempo después, a Mónica, sus dos ex novias. Recordó todo esto aún mirando su desayuno con esa sonrisa en el rostro. Reflexionó unos segundos sobre cómo de un momento a otro, su vida había dado un giro completo. Ahora vive solo, tiene un gran amigo, es gay y está enamorado de un ser sobrenatural que aún no sabe qué es exactamente; bien.
Se sentó junto a su mamá y desayunaron mientras hablaban sobre los estudios del rubio. Ya no quedaba leche en sus tazas ni más tostadas, pero la charla estaba interesante así que continuaron en la mesa.
- Yo me voy al mediodía, hijo.
- ¿Por qué? Quedate hasta la tarde. - Dijo León poniendo la misma expresión con la que le pedía cosas a su madre cuando era niño.
- Tengo que ir a limpiar y mañana otra vez al trabajo. - Respondió Diana.
- ¿Te quedás a almorzar?
- No, voy a comer con Roby - Roberto es el padre de León.
- ¿Y cómo está papá? Dale un abrazo fuerte de mi parte.
- Bien, dijo que te de muchos besos y que te extraña.
Su conversación duró hasta dicha hora en que la mujer tuvo que marcharse. Se abrazaron fuertemente. León con la mirada cristalizada, retuvo sus lágrimas como buen adulto; aunque cinco segundos después de quedar solo nuevamente, las dejó escapar de sus ojos formando dos ríos salados que recorrieron todo su rostro enrojecido, empapándolo por completo.
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Ojos de vampiro [Gay]
Vampiri[1° Temporada completa - 2° Temporada subiendo] León Arrechavaleta es un chico normal de 19 años al que le gusta leer libros de fantasía. Su vida era aburrida, hasta que un pelinegro de piel blanquecina y extraños ojos color violeta se presenta en...